Chuy!!!

Amateur

Chuy!!!
No podria llamarlo padrastro, pues solo duró un año con mamá. Yo tenia 10 años y él 25, pues era mas joven que ella… No podría llamarle padrastro pues solo duro un año con mi mamá viviendo con nosotras.

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Yo tenia unos 10 años, no recuerdo bien. Él andaría por los 25 era menor que mi mamá. Lo recuerdo alto, no sé unos 1.8 metros y fuerte. Así como le gustaban a mi mamá. Esos días de cuando llegó a la casa los recuerdo porque mi vida cambio mucho. Ya no me sentia confiada como antes, porque Chuy siempre estaba mirándome cuando andaba en calzón y en camiseta de tirantes como me gustaba en el calor. Hasta má me decía que no había problemas con él, que no fuera sangrona, pero no me sentía agosto. No era yo una belleza, mas bien era flaca, pues no comía bien porque no me gustaba. Sí era altita, de las mas altas de mi clase, pero delgada. De piel clara y cabello castaño lacio y largo a la espalda, de cara si era bonilla, cara de niña pues. La primera vez que él se me insinuó claramente fue como al mes que llegó, una vez que salió del baño envuelto en una toalla por la cintura, mamá estaba en el patio lavando ropa y yo en la cocina desayunando para irme a la escuela. Chuy fue asi medio desnudo a la cocina y saco jugo de naranja del refri y se puso a beberlo frente a mí. Estaba parado del otro lado de la mesa cuadrada para cuatro sillas que teníamos en la cocina y se empezó a frotar el pene sobre el respaldo de esa silla de donde estaba parado . A los 3 minutos su toalla se levanto como si tuviera un tubo entre las piernas, pero bien grande como un rifle escondido debajo de la toalla. Se paro de puntas y el tubote quedo sobre el respaldo de la silla, como descansando en ella. Lo posaba muy cínicamente sobre el respaldo sin decirme nada, viendo como yo en mi inocencia me lo comía con los ojos. Mordía mi galleta y miraba como se desplazaba aquello como sobandose de panza en la silla, bien grandote bajo su toalla blanca, no podía apartarle la mirada. Él tampoco me decía nada, solo me miraba serio, pero sonriente. Cuando termino su jugo, dejo el vaso en la mesa y se acercó a mí por un lado, de reojo, sin voltear mi cara, vi claramente como se echaba la toalla a un lado, pero no alcance a ver lo que sacaba de adentro porque el ángulo era muy cerrado y no quise volver la cara. Pero él me agarró de la mejilla contraria con una mano, como acariciándome y me dijo que me fuera con cuidado. Pero sentí que me tocaba la otra mejilla, la mas próxima a él con algo que no era su mano. Pues sentí algo como un solo dedo, pero muy gordo. Mientras me seguía diciendo consejos de que me cuidara, me seguía acariciando la mejilla con eso, incluso me lo paso por debajo de la cara, por mi papada, por mas que bajaba mis ojos para ver lo que era no alcancé a verlo y en mi oído mas cercano a él escuché claramente un ruido como de rascarse cabello, como de dedos en pelos. Yo estaba congelada, suponiendo con lo que me estaba recorriendo la cara pero no quería voltear, estaba muy asustada de mirar algo tan feo y tan grande, pues recordaba como se le veía minutos atrás cuando estaba al otro lado de la mesa y por lo que podía sentir en la cara, debía de ser moustroso. Tenia mucho miedo. Luego ya se fue y ahí me dejo toda lacia del susto. La siguiente vez fue viendo la televisión, hacia un calor bien fuerte y Chuy llego y se sentó muy junto de mí. Mamá estaba en el piso de arriba, limpiando y sacudiendo. Era de noche y yo veía una telenovela. Él llegó y haciéndose el simpático me abrazó por los hombros recostándome en su pecho, de lado. Me gustaba sentirlo asi pues yo me sentia grande, suponia que asi debia sentirse que te abrazara tu novio. Ademas como él era tan alto y fuerte yo me sentia protegida entre esos brazones bien anchos. Pero de repente voltié para abajo, como si tuviera un imán en su cosa y él se dio cuanta de eso, así que me hizo voltear mi cabeza hacia abajo, ya no viendo la tele, sino mirando hacia allí a su bultote y se lo empezó a tocar con la otra mano mientras me besaba el cabello detrás de la cabeza, forzándome a voltear para abajo. Se le paró bastante, y se le veía mucho ahí bien hinchado. Luego, vigilando la escalera por si mamá bajaba de repente, se metió el dedo pulgar de la mano libre, con la que se sobaba y jalo el elástico del short sobre su estómago, deteniéndome la cabeza en la misma posición, así que pude verle para adentro del short y como no traía calzón se le vio todo el chile bien grandote y bien grueso. Así me tuvo mirándosela nada mas, no paso de ahí esa noche. Me estuvo enseñando su miembro como una media hora y ya sacándosela completa, pues forzaba mucho el elástico del short y la cosota se le salía toda bien cercas de mi cara y le rebotaba en el estomago. Ya hasta me dolía el cuello de tanto estar en la misma posición, pero no le decía nada, me hacia la loca y ni la tele miraba, solo veía esa vergota brillosa y paradota. Luego ya se escuchó que mamá bajaba y él se acomodo como a un metro de mí tapándose con la camiseta el bulto. La siguiente vez también estaba yo mirando le telenovela y má estaba con una vecina en una lotería de topper ware. El llego del trabajo y se subió a cambiarse. Cuando bajo vi que traía un short muy aguado que le quedaba grande. Se sentó a mi lado y luego luego me agarró una mano y se la metió por un lado del short. Como estaba muy flojo de las piernas, mi mano cupo fácil. Sentí como su cosa ya estaba muy parada y se la tocaba bien nerviosa sin decir nada. Se la apretaba y se la tallaba con mi mano, hasta sentía que se me iba el aire, como taquicardia, batallaba para respirar del nervio que tenia. Él se estiraba de piernas y se iba al borde del sillón. Así me tuvo como 20 minutos y luego se la saco por ese lado, poniéndosela bien derecha apuntando para arriba, yo me asuste al verla, estaba muy tosca y gruesa, como de unos veinte centímetros y con mucha cabeza como de un hongo. Él se la sacudía y me miraba como estaba yo de azorada, en la vida había yo mirado algo así. Me dio bastante miedo, pues aunque ya se la había visto la otra vez no se le veía tan claramente como ese día. Y aunque ya tenia rato agarrándosela y se la sentía bien grande y gruesa no imagine que estuviera así de toscota. Así que me paré y me salí de la casa corriendo a jugar con mis amigas, me dio bastante miedo seguir con eso. A los pocos días me armé de valor para no salir corriendo. Me hice el propósito de aguantar lo más que pudiera mis nervios y no escapármele. Me daba miedo y nervios pero quería volver a verle allí, lo tenía bonito. Además sentía mucha morbosidad de estar así con él, como desesperación de que me hiciera hacerle cosas sucias. Así que llego la noche y me senté a ver la tele según yo. Pero él acabó de cenar y se metió a bañar. Mamá estaba lavando trastes, así que me subí y de adrede pasaba por el baño, cantando y tarareando una canción, pero para que él supiera que ahí andaba. Oí que cerraba las llaves del baño y me empezó a latir el corazón bien rápido, sabía que ya me había escuchado que andaba en la planta alta y me empezó el nervio, sentía cosquillas en el estomago, bien raro. Luego cuando escuché que habría la puerta del baño casi me da un ataque, estaba bien nerviosa. Me quedé de palo mirándolo bien seria. Él se acercó a mí y me agarró la cara acariciándome y se agarró el bulto por encima de la toalla. Me llevó cercas de la escalera, como para vigilar a má desde allí por si subía. Se frotaba muy fuerte la cosa por encima de la toalla para que se le parara bien y se la sacó por un lado y se empezó a masturbar delante de mí que me recargué en la pasamanos de la escalera. Luego como le estorbaba la toalla se la quitó completa y la puso en el pasamanos y asi desnudo total se zarandeaba y se jalaba el chile. Lo traía bien rojo y parado. Me agarró una mano y me hizo rodearle la cosa, estaba bien gorda y dura, como un músculo. Con una mano hacía la seña de cómo debía hacerle para masturbarlo y empecé a jalarle la cosa tan grande. La miraba y estaba más larga y mas gruesa que mi antebrazo y la cabezota era mas grande que mi mano cerrada. Me la quitó de la mano y él mismo se la jalaba mientras yo lo veía. Luego se detuvo y se echó un escupitajo y me dijo que lo esparciera por el tallo con mi mano y quedó muy resbalosa. Me hizo que yo lo siguiera masturbando y así estuvimos como 10 minutos. Cada vez se le ponía más dura y grande, pero yo ya no sentía nervios ni miedo. Me dijo que le escupiera ahora de mi saliva y no me salía mucha, traía la boca seca de la emoción ya no de los nervios o no le atinaba. Así que me escupí las dos manos y con ambas se la seguí jalando pues con una sola ya no podía, se le puso más gruesota, pero mucho más. Me dijo ya te está gustando verdad? Y yo solo afirmé con mi cabeza y se la seguí jalando bastante. Me pidió que le sobara los huevos y con una mano se los acariciaba y con la otra seguía masturbándosela bien fuerte, hasta donde podía yo. Sus huevotes parecían una bolsa de piel muy redonda como una pelota con las que jugaba pero mas pesada y suave, me gustaron mucho. De repente me pidió que le pasara la toalla que dejó en el pasamanos y se la di. Me quitó la verga de la mano y me dijo que me hiciera para allá y se empezó a venir bien fuerte. Echó mucha leche en la toalla y se limpió la cabeza del pene con ella. Me dijo que me lavara las manos y me dio un beso en la frente y se fue a su cuarto. Luego una tarde yo estaba en le patio, sentada en una cubeta de plástico al revés mirando como se peleaban dos hormigas. Chuy llegó con un amigo y se sentó en una sillas para tomarse unas cervezas con el amigo que llevó. Yo ahí me quedé sentada donde estaba. Cuando ya llevaban como cinco cada uno, él me habló y fui para allá con ellos. Me dijo que es era su compadre, que lo saludara. Así lo hice y le saludé de mano. Luego me iba a ir, pero Chuy me detuvo de una mano y me jaló hacia él y me abrazó por la cintura pegándome a su costado parada. Yo le eché un brazo en los hombros y así nos quedamos mientras ellos platicaban de quien sabe qué cosas de su trabajo. Mientras hablaban yo le acariciaba el pelo y le sacudía los hombros de la camisa a Chuy, no sé porque pero le estaba agarrando cariño y sentía bien ser así con él. El compadre de él le dijo que yo era una niña muy cariñosa y él le contestó que solo con los que yo quería. Me reí y él me dio un beso en la mejilla, sentí muy bonito y lo abracé por el cuello. Así estuvimos, ellos hablaban y yo ahí de salero, pero estábamos como si nada. Me puso de frente a él y yo sentía muy rico cuando me le pegaba con mi cosita a sus costillas, hasta más me empujaba y Chuy me apretaba de la cintura hacia él, me rodeaba completamente con su brazote, bien rico que sentía yo. Luego ya me cansé y con mi pierna golpeando la de él, le di a entender a Chuy que me quería subir en él porque ya estaba incomoda parada tanto rato. Me hizo canchita y me senté en sus piernas. Con la platica me fui quedando dormida, hasta que ya no supe de mí. De repente sentí que me apretaban mucho y desperté, era Chuy que me abrazaba fuerte. Le pregunté por su compadre y me dijo que había ido por más cervezas. Le pregunté por mamá también y no estaba en la casa, se había salido no sé a donde. Sentí mis muslos, por la parte de atrás desnudos sobre su pantalón y es que ya me había echado la falda de la escuela sobre la cintura y mis piernas descubiertas estaban en contacto con su ropa. Sentía su cosa dura en mis nalgas claramente y me movía sobre de ella. Parecía un mecate bien gruesote. Me volví a acurrucar en su pecho y él me acarició las piernillas flacas que tenía hasta que llegó a mi calzón y me empezó a acariciar mi cosita, le abrí las piernas y me agarraba bastante allí con toda la mano, sentía mucho sueño y modorrés, como si me estuviera hipnotizando. Estaba bien abierta de patas, toda abierta dejándolo pasarme la palma de la mano por mi calzon en la mera vagina y medio dormida escuché la puerta de la calle abrirse, ya venían con mas cervezas. Chuy me bajó la falda y me dijo que me fuera a bañar y que me recostara un ratito porque tenía sueño. Yo me negué con la cabeza, sin decirle nada pues quería seguir encima de él, pero me dijo que lo hiciera y que le iba a decir al compadre que ya se fuera y me iba a ir a contar un cuento a mi cama cuando estuviera recostada. Así que me bajé y me fui corriendo a la regadera. Me bañé bien rápido y me puse una camiseta de tirantes, muy fresca y sólo mi calzón limpio y me acosté esperando a que fuera Chuy a contarme mi cuanto. Pasó casi una hora y me estaba quedando dormida. Cuando escuché que se despedían él y su compadre, mi corazón se aceleró a 100 por hora, bueno como a 1,000. Y cuando lo escuché acercarse a mi cuarto casi se me sale por la boca, me entraron los nervios otra vez, pero por volverle a ver su cosota tan grande y tan gorda que ya me estaba gustando tanto y tanto. Escuché el ruido que hacían sus orines en la taza porque había llegado antes al baño y no le había cerrado a la puerta. Al poco entró a mi cuarto y ya tenía la verga fuera de la bragueta sin guardar. Caminaba asi con ella de fuera hacia mi camita y se le bamboleaba a cada paso que daba, la traía muy super de larga y de gruesona apuntando hacia mí. Chuy se acercó a donde estaba recostada, me hizo una seña para que me pusiera de pie sobre la cama. Cogió mi cabello húmedo y me lo peinaba con sus dedos… Chuy se acerco a la cama donde estaba yo recostada, me hizo una seña de que me levantara y me puse de pie sobre la cama. Él cogió mi cabello húmedo y me lo peinaba con sus dedos acercándome cada vez mas a su cara hasta que quedé recargada en su pecho. En mis rodillas podía sentir su cosota bien parada rozándose en una y en la otra. Yo quería voltear para abajo, mitad por que se la quería ver y mitad porque le olía la boca mucho a cerveza. Bueno y en parte porque sabía que quería besarme, no estaba tan mensa y como que eso no me gustaba, no sé pero como que no era mi mas grande deseo en ese momento Y lo que de verdad ansiaba era verle allí, al objeto de mi curiosidad infantil del momento, esa cosa tan rica que estaba en mis pensamientos hasta en clases. En ese tiempo después de haberlo masturbado en la escalera, casi toda la mañana me la pasaba pensando en ella, ni ponía atención a la profesora. Se me iba la mañana repasando mis recuerdos de lo que Chuy me enseñaba. Trataba de dibujar en mi mente su bonita verga y ni me daba cuenta de lo que pasaba en mi rededor. Quería plasmar en mi cerebro su apariencia, su color y hasta la ultima vena, me concentraba y hasta sentía en mi mano su contacto tan pesado y tan morboso. Ponía mi brazo estirado sobre mi paleta y acomodaba la vergota de Chuy a un lado, como si fuera un montaje de fotos. Agarraba mi regla y hacía memoria para medírsela con ella basándome en mi ante brazo. Me medía desde el codo hasta la muñeca y veía incrédula como se completaban 22 centimetros mas o menos. Dudosa de que mis cuentas estuvieran bien volvía a hacer la misma operación de medida y siempre dudaba del resultado, no me cabía en mi mente de niña que fuera tan grande la cosa de Chuy, me ponía la regla a escasos centímetros de mis ojos y la miraba fijamente contando rayita por rayita hasta llegar al 22, estaba bien perturbada. Mi compañera de enseguida me preguntaba que qué estaba haciendo?, y yo le decía simplemente NADA. Le decía que me prestara su regla y las ponía en escuadra, con la de ella me media el antebrazo de lo grueso, me daban 4.5 centímetros asi que calculaba lo gordo de la verga en unos 6. Hasta llegué a ponerla dibujada en una de las hojas de mi libreta para ver bien las proporciones y casi no completaba, apenas cupo en la hoja. Estaba bien bueno. Cuando ya vi que Chuy me iba a besar en la boca, bajé mi mano y le agarré el chilote, se lo jalé y me le alejé hacia abajo apartándomele de la boca apestosa a cerveza. Él me separó de su pecho y me hizo voltearme y ponerme hincada de rodillas en la cama, se medio flexionó de piernas y me pasaba su verga por las nalgas besándome en las mejillas y haciéndome a un lado el cabello para besar mi cuello, yo sentía riquísimo y echaba para atrás y movía mis pompis contra su chilote bien rico, me estaba agasajando como si fuera grande y me gustaba mucho sentirme así. Luego me paró otra vez en la cama y me monté en su verga y él se olvidó de besuquearme cuando vio que lo que hice yo sola. Sentía su cosa bien gordota entre mis piernillas tilicas, pero me gustaba mucho la sensación, se sentía súper. Abracé a Chuy por el pecho y me recosté en él bien aferrada para que se olvidara de besarme en la boca. Sentí como me acoplaba las nalgas con sus manotas, sentía que me las cubría todas, las dos, yo era muy delgadita. Luego mientras yo le apretaba la cosa con mis muslos él metió las manos entre mi calzón y me agarraba las pompis desnudas. Me fue bajando mi chón hasta que me quedó debajo de las nalgas. Me separó de él y me lo bajó hasta las rodillas. Me empotró de nuevo el chile entre las piernas, pero ahora lo sentía completamente en vivo, me gustó mucho lo que sentí, bien padre, pero no me le quería soltar del pecho, mi mejilla estaba bien pegada a su hombro porque sabía que me querría besuquear y le olía bien feo la boca. Así que más me echaba para abajo y más sentía el poder de esa abundancia tan dura y fuerte de mi merita vagina, casi estaba sentada en ella. Chuy me quitó todo el calzón y me dejó en la pura camiseta, asentó en sus manos mis pompis y me elevó haciéndome que lo rodeara con mis piernas por la cintura, forzándome con esto a levantar la cabeza y quedar boca a boca, pude envolverlo completamente con mis piernas pues eran largas, yo era alta de estatura para mi edad y él no era gordo, solo de la espalda y de las piernas pero no tenía panza, así que entrelacé mis pies detrás de él. Era insoportable el olor de su aliento, pero no le decía nada. Así como me puso cargándome, sentía que su cosa me pasaba ahora por el culito, ya no tanto por la vagina, esa era otra novedad para mí que también me gustó. Bueno siempre me gustó lo que me hizo Chuy cuando era chiquita, lo único que no le aguantaba eran los besos después de haber bebido cerveza, me daba repulsión besarlo así. Así me tuvo un rato cargada, ya no me sostenía de las nalgas, yo misma me sostenía conmis manos de su cuello y con mis pies enredados, pero me agarraba de la cintura y casi se podía tocar sus dedos como si fueran un cinto, y estaba empujándome su cosota contra mi culito, solo me la empujaba despacio y no me lo metía, bueno ni yo pienso que me hubiera cabido por ahí, era demasiado gruesa. Sentía mucho calor y Chuy sudaba mucho también, pero me gustaba sentirme así con él tan íntimamente y sentía muchas ganas de todo con él. Ya hasta casi me había acostumbrado a su aliento a alcohol y estaba dispuesta a besarlo, así que me le acerqué y nos íbamos ya a besar en la boca cuando de repente escuchamos la puerta principal abriéndose, era mi mamá!!! Me bajó de él y se salió casi corriendo de mi cuarto. Chin!!!, llegó mamá y ya no pudimos hacer nada ese día. Pero nos hicimos bien atrevidos. Una vez, cuando mamá estaba haciéndonos de cenar estábamos sentados en la barra desayunador, por fuera de la cocina donde má estaba en la estufa. Chuy se sacó el chilote bien parado y me hizo que se lo cogiera con mi mano, ni cuando mamá nos trajo lo platillos dejé de jalarle la verga, con mi mano izquierda lo masturbaba muy lentamente y con la derecha cenaba, bien rico. Cuando ella se iba a la estufa de nuevo a traer más tortillas nos mirábamos a los ojos y yo mordiéndome el labio inferior, dándole a entender que me gustaba mucho agarrarle la cosa tan grande que tenía y él me sonreía muy bonito. Luego, en una de esas, Chuy dejó caer una cuchara al suelo y me hizo la seña de que la fuera a recoger del piso y me bajé de la silla alta. Cuando me iba levantando me agarró de la cabeza y me acercó la verga a la boca, yo sin que él me lo dijera me la metí entre los labios y como pude me atraganté con la cabezota de su miembro bien gordo, fue la primera vez que me hizo mamársela. Me gustó tanto que ni me quería levantar y Chuy me tuvo que retirar de los pelos y aventarme con su muslo pues mamá ya venía de vuelta a sentarse frente a nosotros. Después de cenar, yo quería mas de la verga por mi boca, me encantó el momentáneo contacto que tuve con ella, pero má quién sabe qué tantas cosas le decía a su novio y no se le veían ganas de dejarlo irse de ahí. Así que dije que iba para mi cuarto y cuando me bajé de la silla, Chuy hizo por guardarse la verga, pero yo se la apreté fuerte y le hice señas de que me esperara tantito. Fui a la escalera y pisotié en los escalones como haciendo ruido con los zapatos para que se escuchara como si subía. Me regresé al primer escalón y vigilé a má desde allí. Cuando ella se descuidó, me eché de gatas al piso y avancé hasta los pies de Chuy que me miraba sonriendo desde arriba, meciéndose al chilote sabiéndome ya bien metida en el asunto como él lo quiso desde el principio. Me puse de rodillas apoyada en las piernas de él y lejos de la mirada de mamá que seguía hablando como perico y empecé a meterme la cabezota de esa súper verga en la boca, chupándosela a Chuy como si fuera un barquillo de fresa. Él tenía tal control que ni con mis más largas chupadas se descomponía o perdía la plática con má, así que bien confiada se la estuve mamando durante todo el rato que duró la conversación con ella. Luego mamá se levanto de la silla y se fue a lavar los trastes al fregadero al fondo de la cocina y de espaldas a Chuy y a mí escondida de rodillas en la media pared del desayunador. Casi ya no me cabía la vergota de Chuy en la boca, se la había logrado poner al 100 por 100 completamente desplegada y grotesca de grande y de dura, ya apenas le chupeteaba la cabezota, pos no me cabía más si no me la hubiera atragantado completa, ya estaba muy sonsa por ella y ni mamá a cintarazos me la hubiera podido sacar del hocico si me hubiera sorprendido haciendo eso. Él se la levantó y me dijo muy bajito que le lamiera los huevos y así me tuvo otro rato chupandole los testículos bien llenos de semen, bien hinchados por los minutos que le había estado comiendo la verga. Yo hasta temblaba debajo de él entre sus piernas comiéndole los huevos. Sentía una desesperación muy rara de estarle haciendo esas mañas tan sucias, como que no me era suficiente, quería tragarme todo aquello ya estaba bien perdida por los genitales de ese hombre. Me separo de sus cosotas y me dijo que lo esperara. Se guardo la verga y se levanto hacia la sala, mamá seguía en el lavatrastes muy entretenida pues yo escuchaba el ruido del agua y de la loza que lavaba. Chuy trajo sus cigarros, se volvió a sentar y encendió uno. Ni me tuvo que decir nada, yo misma le saqué la verga del corto y me puse de nuevo a mamarsela toda con todo y huevotes. Al ratillo me dio unas servilletas y me hizo la seña de que ya se iba a venir. Con su dedo índice en su boca me hizo la seña de que me los tomara. Me alejó de ella y se masturbó lento hasta que empecé a ver que le iban saliendo a gotas gruesas poco a poco, luego los chorros se fueron haciendo más gruesos e intensos hasta que aquello era una fuente de semen que se me esparcía por toda la cara y el pelo. La soltó y yo la agarré y me le prendí como si fuera una teta de mamá y le saqué los ultimos restos de semen, ni asco me dio. Me supo rarillo pero me gustó. Me limpié la cara con las servilletas y Chuy me dijo que se la limpiara también a él, le hice señas de que ya con esas servilletas no se podría pues ya estaban rebosantes de leche, aventaba mucha ese hombre. Me pasó mas servilletas de papel y se la limpiaba bien y con calma viendo como se le iba bajando. Cuando estuvo menos grande se la empecé a chupar de nuevo y así me podía meter casi media verga en la boca, me gustó mucho porque me cabía más y mas cómoda y se la mamaba con más ganas, pero él me separó de ella y me dijo que má estaba por terminar, que me fuera para arriba. Me fui a gatas como cuando llegué y me metí a bañar y a lavarme el cabello todo lleno de semen que olía bastante. Por eso prendía cigarros cada que yo le vaciaba los testículos, para que má no oliera la leche de mi padrastro. Como era tan flaca me deslizaba con facilidad hasta donde quisiera sin que mamá se diera cuenta. Era alta para mi edad, pero solo tenía 10 años así que pos era una niña como quiera y muy ágil. Esa misma noche yo quería mas de Chuy, ya estaba bien metida en el asunto del sexo y de recordar como se la chupé en la cena hasta me sudaban las manos por tenerla de vuelta en ellas. Así que me levanté y me fui a gatas al cuarto de ellos, eran como las 3 de la mañana. Entré a pecho tierra como los soldados en la tele hasta que llegué al lado de la cama donde estaba Chuy dormido, hasta roncaba. Metí la mano por entre la sábana y empecé a acariciarle la verga, estaba sin nada, desnudo. Poco a poco sentí como iba creciéndole rico. Se despertó y volteó a ver a má que dormía como tronco. Me acarició la cara y se sonrió, con la luz de la calle se podía ver bien. Luego, despacio para no despertar a má se puso de costado en la cama, muy al filo de la cama y sacó la vergota por un lado de su sábana. Así él de ladito y yo sentada en el piso me la dio para que hiciera lo que quisiera con ella. Me puse a jalar la cosa medio dura de Chuy sentada en el piso junto a la cama, con mamá dormida enseguida de él. Me puse a jalar la cosa medio dura de Chuy sentada en el piso del cuarto de ellos. Mamá estaba pero bien dormida al otro lado de la cama. Él acostado bien en el borde del colchón tapándose estratégicamente con la sábana, para que sólo le saliera la verga, dejaba que yo se la estirara a mi antojo, la luz que entraba por las ventanas era suficiente para ver como en minutos aquella barbaridad tan venosa y pesada crecía en mis manos. Me acordé de que así medio parada me cabía bien en la boca y me la metí hasta donde me topaba y se la empecé a chupar bien fuerte sin que me importara que se oyeran mis succiones muy sonoras. En pocos minutos ya no me pude comer eso, ya le había crecido mucho y por más que le hacía la lucha no podía seguir metiéndomela a la boca. Así que como el me había enseñado me eché saliva en las manos y con ella y la que tenía embarrada en la verga de mis babas se la dejé bien resbalosa para masturbarlo bien rico con jaladas largas y calmadas que lo hacían estirarse bien en la cama y salirse mucho de ella hasta casi caerse al piso. Luego se puso boca arriba y volteaba a ver a má roncando. Puso un pie en el suelo y me hizo meterme entre sus piernotas bien anchas y me echó la sábana sobre la cabeza y me escondió allí para darle otras jaladas y agarrarle los huevotes a mi gusto. Él vigilaba a mamá y yo le tocaba bastante ahí en medio. Me dijo ven con sus dedos señalándose en mero en medio de sus piernas para que le lamiera todo el costalón que se le veía bien sabroso. Sin dudarlo un minuto me puse a lamerle ahí mismo desde donde le empezaba el chilote hasta donde le terminaban los huevos, bien pero bien delicioso que estaba yo. Me sacó de honda pues me agarró de la cabeza y me bajó un poco hasta que mi boca quedó en su cola, en su ano y me empujaba de cara hacia él. Ni abrí la boca y menos ni saqué la lengua, me daba asco porque le olía a caca, pero como quiera me repasó de cara un rato por ahí por su fundillo. Yo me le quería soltar porque me llegaba toda la peste de su culo en las narices pero él me jalaba bien fuerte hacia él, hasta que logré safármele. Tuve que limpiarme con la sabana la cara porque sentía el olor tan gacho a mierda en mi nariz. Luego me puse de rodillas, me valió que la sábana se levantara tanto sobre mi cabeza y me puse a besarle el miembro. Después de un ratillo de mamarle la verga me levantó y me hizo recostarme de costado en la orilla de la cama!!! Se recorrió un poco solamente, por lo flaca que yo era no necesitaba tanto espacio y me puso de nalgas a él untándome el chile detrás, bien lanzado. Yo quería voltear a ver mamá porque me puse bien nerviosa por lo que hizo, me dio mucho miedo de que ella se despertara y me sorprendiera con él desnudo, capaz que me mataba. Pero Chuy no me dejaba y me acostaba la cabeza en su almohada. Luego empezó a bajarme los calzones hasta las rodillas y me puso toda la vergota en medio de las piernas, sentía que me cruzaba toda por abajo hasta salirme bastante por delante. Me metió las manos por debajo de la camiseta y me amasaba las chichillas que tenía apenas en crecimiento, bien chicas todavía. Sólo tenía los pezones muy picudos y grandes pero casi no tenía senos, era más bien grasita. Pero sí sentía muy rico que me estirara y sobara los pechos, sentía sensación en mi cosita, muy rico. Además su mecate grueso me raspaba la vagina muy fuerte, lo tenía muy áspero y gordo y se sentía todo eso en mi puchis y en mis muslos por dentro, como mucha aspereza. Yo me ponía bien derecha pegando mi espalda a su pecho y sacando bien mis nalguillas hacia atrás para que me tocara bien las tetitas y sentirle todo el chilote debajo de mí. Le apretaba la cabezota con una mano y hasta pude usar las dos tomándole un cacho de verga, así de grande la tenía Chuy, bien rica. Según yo me estaba cogiendo y en mi inocencia así se lo dije, le dije COGEME RICO, PAPI…. sin saber siquiera lo que era eso, pero había escuchado a mamá con él y sus novios anteriores cuando los espiaba haciendo sus cosas. Chuy puso su cara en mi oído y me dijo en secretito que qué le decía y se lo repetí COGEME RICO PAPI….. Se agarró la verga y se echó para atrás, yo lo sentí. Y me la puso de punta en la vagina cabeceándola solamente, como preparándose para metermela. Yo hasta me le echaba de pompis al chile, ya quería que me la dejara ir. Pero él como que dudaba, como que me sentía muy chiquilla para su gran vergota, asi que se me volvió a acercar a la oreja y me pregunta que si ya me la habían metido antes. Yo le contesté que nunca y ya no le hizo la lucha, me la volvió a acomodar entre las piernas y yo me le quería retirar para sentirla como me cabeceaba antes, me gustó muchísimo. Pero de vuelta me sostenía para no acercarme la punta del chilote a mi entrada, pues de seguro porque sabía que no iba yo a ser precisamente muy silenciosa si me la llegaba a meter por la vagina, pero pos yo ni sabía eso. Lo que quería era seguir cogiendo según yo. Estaba muy niña para saber de lo que se trataba. Así que seguimos así como estábamos sólo masturbándolo con lo más alto de mis muslos y sintiéndole todo el grosor del chilote bárbaro que me daba. Pero nos confiamos y le dábamos muy fuerte sin recapacitar que má estaba ahí mismo con nosotros a un metro detrás de él. Entonces que se va despertando!!! Híjoles!! Me asusté bastante y me quería tirar al piso pero Chuy me detuvo y nos tapamos todos hasta la cabeza con la sábana. Sentimos a mamá levantarse y oímos como caminaba con sus chanclas por el cuarto por delante de la cama, clarito sentía que jalaba la sábana y me sorprendía ahí montada en el chilote del novio, pero pasó de largo y salió al pasillo rumbo al baño, de buenas que no prendió la luz pensando en no despertar a su novio. Nos destapamos y me paré para irme a mi cuarto, pero má no cerró la puerta del baño y no podría pasar sin ser vista por ella. Nos miramos bien asustados Chuy y yo y me dijo que me metiera debajo de la cama, lo intenté pero no cabía, pues por más flaca que estuviera la cama era muy bajita, no había espacio. Aterrorizados escuchamos como mami le bajaba al baño y buscábamos a ver dónde meterme. Vimos el closet pero se hubiera escuchado el ruido de la puerta corrediza del mismo, así que lo único que nos quedó fue debajo de una cómoda que estaba frente a la cama de ellos. Me tiré al piso y me metí debajo, justito cuando ella entraba de regreso al cuarto. Qué susto!!! Me quedé bien quietecita, hasta ni quería respirar cuando mamá entró y pasó junto a mí. Se subió a la cama y como Chuy se había quedado destapado cuando me levanté yo de junto a él, má le dijo PAPASITO, MIRA CÓMO ANDAS!!, seguro que él todavía estaba con toda la verga bien parada y a ella se le antojó mucho cuando la vio así. No sabía que su hija de 10 años se la había puesto tan dura y enorme, que si no. Escuché unos quejidos tanto de él como de ella y poco a poco y en mucho silencio me fui saliendo de debajo de la cómoda para con mis brazos levantarme un poco y mirar lo que estaban haciendo. Con mis piernas debajo del ropero y doblando bien mi cintura pude elevarme hasta la altura de la cama y vi como mamá estaba besándolo en la boca y bien montada arriba del novio con todo el chilote de él metido en medio de las piernas, con la luz de la calle se podía ver como ella chorreaba de allí pero bastante y se movía metiéndose y sacándose la vergota de Chuy hasta que le topaba y le quedaba un pedazo de fuera. La verga de él brillaba bastante bien embarrada de lo que le salía a ella de la vagina, nunca me había imaginado como se cogía la gente, estaba bien impresionada. Mamá le decía muchas cosas a su novio, como QUE BUENA VERGA TIENES PAPITO LINDO, ES LA MEJOR QUE ME HE COGIDO. ME MATAS, CHUYITO, ME MATAS. UUUFFF QUE VERGOTA TIENES MI AMOR, METEMELA FUERTE, DAMELA MUCHO, ÁNDALE!!!. NO ME DEJES, NO ME DEJES NUNCA, TE AMO. Sentía bastante envidia de mi mamá, quería ser yo la que estuviera diciéndole todo eso y estarle sintiendo toda la verga dentro como ella. Me sentía celosa de ella. Mami era, bueno es, muy nalgona, tiene un trasero muy hinchado y amplio, peor aún así se destacaba mucho muy bien el a****lote de Chuy, mucho más que me gustó al ver como se le veía en medio de las nalgotas de mi má. Chuy sin dejar de cogerse a mamá me hizo señales con una mano para que aprovechara y me saliera del cuarto, pero yo no quería y ahí me quedaba viendo todo lo suyo. Pero él no dejaba de manotear, asi que me fui gateando como llegué. Me acosté en mi cama y hasta allá se escuchaban los quejidos de mamá bien claritos y todo lo que le decía a Chuy, todas esas cosas tan calientes que yo memorizaba para decirle cuando estuviera con él. Me quité los chones y asi solo en camiseta, me tocaba la vagina con mis dedos. Estaba mojadilla, pero yo pensaba que por lo que le salía a Chuy cuando lo masturbaba, creía que él se había venido cundo me daba por atrás, ni sabía que era yo la que estaba segregando ese líquido. Luego me quité también la camiseta, nunca había dormido encuerada, sentía muy ricas las sábanas en mi cuerpo, andaba bien caliente. Me puse boca abajo y me alcanzaba fácilmente, con mis brazos largos y delgados, la puchis desde atrás, esparciéndome con mis dedos la leche de Chuy, según yo. Hasta pensaba que le había salido mucha, pues no se terminaba. Era mi vagina la que estaba derritiéndose. Mmmmhhhhh, qué ricura. Aunque no fuera Chuy, pensaba, el que sea que viniera y me diera por aquí, con que tuviera con qué, no me importaba quién, ni su edad, ni su apariencia. Recorría con la mente a los compañeros más chulos de mi escuela, a los más altos, a los profes más jóvenes y hasta al director que estaba muy bien también.. Luego a los vecinos adolescentes y jóvenes y a sus papás, había algunos muy buenos. En ese momento me hubiera dejado de cualquiera, me valía. Con cada imagen de hombre que cambiaba en mi mente, sentía un estremecimiento y me sentía más mojados mis dedos. Fue la primera vez que me sentí caliente deveras, pero loca perdida de caliente que me puse por vez primera. Una de las veces que más recuerdo con Chuy fue cuando fuimos a una piñata de una hija de un amigo de él. Me llevó a la fiesta y mami no quiso ir con nosotros. Desde que íbamos en el taxi para el salón infantil le iba tocando en chile a él sobre el pantalón. En el asiento trasero del coche me llevaba abrazada, como si nada. El taxista ni se fijaba pues creería que éramos padre e hija, o hermanos pues él era un muchacho de 25 años todavía, así que más pronto que tarde me dediqué a tocarle el bulto. Se puso el regalo que llevábamos tapando su bragueta y se la abrió para irlo masturbando mientras llegábamos a nuestro destino. Se la fui jalando más de media hora muy despistadamente. Ya ni se ponía calzones para que no estorbaran y yo lo mismo, para que me pudiera tocar fácilmente la cosita. Ese día llevaba un vestido amplio de la falda. Así que él también metía la mano y me dedeaba la vagina muy riquísimo en el camino. Cuando llegamos a la fiesta yo iba bien ardiente, ni me llamaban la atención los juegos y los concursos, sólo quería estar pegada a Chuy. Toda la fiesta nos la pasamos juntos, hasta me sentía adormilada de lo caliente que andaba. Nadie me pudo convencer de que fuera a jugar con las demás niñas, yo sólo quería jugar con él, con más nadie. Pensaban que me había encariñado mucho con mi padrastro, y razón les sobraba, pero no sabían a qué jugábamos. Fue la primera vez que me dio besos en la boca. Cuando empezó el show de los payasos, todo el mundo estaba muy atento de ellos, así que él me tomó de la mano y me llevó detrás de unas cajas que estaban al fondo del salón. Ni había nadie y él se sentó en una de esas cajas donde se veía muy bien todo el jolgorio pero nosotros no. Yo me quedé parada frente a Chuy y entre sus piernas, así me tomó de la cara y me empezó a besar en la boca. Poco a poco me enseñaba a besarlo dándome su lengua para que se la chupara y esperando la mía para lo mismo. Recuerdo que él traía un chicle Clorest de los verdes y le olía la boca muy bien, así ni quien diga nada verdad. Yo abría toda mi boca y sentía su lengua bien adentro llenándome de su saliva, sintiendo que las piernillas se me hacían de trapo al sentirme bien llena de su lengua moviéndoseme en toda la boca. Luego la sacaba y abría la boca suya para que le metiera la mía y hacerle lo mismo. Hasta bufaba él cuando empecé a aprender a besar, se ponía bien loco con mi lengüilla en su boca y me metía las manos debajo del vestido, aprovechando que andaba sin chones, acariciándome las nalgas bien fuerte, hasta yo solita me dedeaba la puchis mientras lo besaba muy rico y él me abría las nalgas y pasaba un dedote por mi anito muy despacito, sentía delicioso. Me pasaba el chicle y yo le daba unas cuantas mascadas y luego se lo volvía a pasar a él, le agarraba la verga tan parada sobre el pantalón y se la quería sacar para jalársela pero él no me dejaba, nos podían cachar, pero a mí me valía. Así estuvimos un buen rato hasta que se acabó el show y él se fue al baño y yo a sentarme a merendar. En la mesa todo giraba a mi alrededor, sentía como cuando tienes calentura por la gripa, sentía como frío y calor al mismo tiempo, escalofríos y bochornos, bien chistoso. Oía el alboroto cercas de mí, pero no lo escuchaba, estaba allí pero no estaba, no sé, me sentía muy rara. Y esa somnolencia tan especial, tan lánguida, tan no sé cómo. Sentía lo mojado entre mis piernas, no entendía el porqué si Chuy no me había echado de su leche allí, sólo sentía muy, pero muy mojado. Hasta sentía su dedo en mi culito todavía, clarito sentía que me cosquilleaba ahí, en mi ano, como cuando me lo estaba tocando con sus dedos. Tenía otro ataque de cachondés. Le bebía a mi coca y hasta sentía rico lo fresco del refresco cuando pasaba por mi garganta, me relamía los labios para quitar el líquido que se quedaba en ellos y podía sentir el sabor de la saliva de Chuy en mi boca, la tenía impregnada del sabor de sus besotes. Hasta hablaba sola y decía muy bajito PAPASITO, QUE BESOS TAN RICOS ME DISTE. La niña que estaba sentada a mi lado volteaba y me decía que si le estaba hablando a ella, yo ni en cuenta. Luego otra vez…. MMMHHH, BESAME OTRA VEZ, PAPI… Y de nuevo la niña: MANDE?? …NO, NADA… le contestaba yo. Cuando Chuy salió del baño, ya no hubo lugar para que se sentara conmigo, se ocupó toda esa mesa. Él se sentó en otra de al lado. Fue la primera vez que sentí, también, la frustración femenina de no poder estar con el enamorado. Me sentía muy mal, porqué teníamos que estar así tan separados?? No, no podía ser, así que me levanté dejando el plato servido y me fui a sentar con él, a su mesa. En cuanto me vio venir a él, sentado me abrió sus brazos y me recibió en ellos, los rodeé con los míos por el cuello, me recosté en su hombro y le dije al oído, NO ME DEJES NUNCA, PAPASITO, TE AMO. Sentí que me apretó más fuerte de la cintura con sus brazotes, delicioso. Los adultos que ahí estaban se admiraron y le dijeron, QUÉ LINDA NIÑA, CHUY, CÓMO TE QUIRE!! Qué linda niña, Chuy. Cómo te quiere!!, le dijeron los adultos sentados en esa mesa mientras yo me abarzaba fuerte de él. QUÉ LINDA NIÑA, CHUY, CÓMO TE QUIERE!! Le dijeron a mi padrastro los amigos y sus esposas que estaban sentados en la mesa. Él me abrazaba de la cintura y yo estaba colgada de su nuca prácticamente, con mi cabeza recostada en su hombro y diciéndole cosas en el oído. Con la pena que me causó el comentario de los adultos más me le acerqué, más me embarré en él, así que como tenía sus piernas abiertas, conmigo en medio, pude sentir claramente su miembro levantado en su bragueta. Ahí mismo, sin interesarme en lo más mínimo la presencia de esas personas, me le subí y me monté en su faldilla, me valió un cacahuate lo que pensaran esos desconocidos. Chuy respondió a los comentarios que continuaban cuando vieron mi nueva posición, que sí que pues efectivamente yo le había tomado mucho cariño, pero que era muy ranchera y muy vergonzosa. Ellos le respondieron que pos me sacara más, pues habían notado que no había echo amigas durante lo que iba del festejo. Y él les dijo que así era yo, muy introvertida, pero que además había estado algo enferma y como él me cuidaba mucho por eso andaba como clueca, verdad. Echaba mentiras para justificar que yo estuviera encima de él, sobre sus piernas, en lugar de bajarme y además yo no tenía la más mínima intención de hacerlo. Estaba muy alejada de la conversación a pesar de que se trataba de mí y me dedicaba a mover muy despacio mi pelvis de adelante para atrás recorriendo con mi vagina desnuda la gran erección que tenía Chuy en su cosa grandota. En secretito y suspirando le decía lo que memoricé aquella noche que desde debajo del ropero miré como mamá lo montaba, como yo allí, PAPASITO, DÁMELA MUCHO. QUÉ RICA LA TIENES. Le preguntaron “qué tanto te dice? y les contestó que le dije que me sentía mal, como mareada. Aprecié que una mano me acariciaba la espalda y luego el cabello y escuché la voz de una señora que me decía que si me dolía algo. Yo, sin despegar mi cara del hombro de Chuy, le dije que no con mi cabeza solamente. Y él me dijo que le respondiera bien a la señora, así que levanté mi rostro y voltié a verla y le dije que me dolía un poco el estómago y que tenía frío, y no mentía ya que sí me dolía el vientre, sentía una punzadilla como de un cólico. Ella me miró y me tocó la cara y dijo que estaba ardiendo, que tenía temperatura, además que estaba muy colorada y con cara de sueño. Pues claro si andaba bien excitada!!! Chuy les dijo que me sentía también muy caliginosa, y cómo no?? Si desde que nos subimos al taxi no habíamos dejado de acariciarnos y de besarnos!! Pero ellos creían que mi alta temperatura era por algún tipo de enfermedad. Entonces Chuy les dijo que mejor nos retirábamos, que ya se había preocupado por mi estado y no quería que me fuera a poner peor. La señora metiche de vuelta le dijo que cómo asï??, si ni siquiera habíamos merendado. Chuy me preguntó si tenía hambre y yo puse cara de asco y dije que no. Ya no insistieron y nos fuimos de la fiesta, ni siquiera me bajó, asi me levantó y se despidió de sus amigos que le decían preocupados que ojalá y no fuera nada malo lo que tenía. Yo iba pero si bien colgada de su cuello, sólo me jalaba el vestido de abajo con una mano porque sabía que no tenía calzones y Chuy estaba muy alto y las gentes seguían sentadas en sus sillas. A la mejor algunos lograron ver que yo andaba a rais pero me valió, total. Cruzamos todo el salón así, conmigo cargada y él sosteniéndome de las nalgas y salimos a la calle a buscar otro taxi. Cuando ibamos por la banqueta me dijo que si realmente me sentía mal y le dije que no que sólo me sentía como debilitada, como muy excitada. Y eso para que no me fuera a bajar de él al suelo, me sentía en las nubes, deverasss!!! Él me sonrió y me dijo CABRONAAA , y me besó la mejilla y luego muy discretamente se escurrió a mi cuello, yo sentí que me orinaba con ese beso ahí. Eran como las 7 de la noche y estaba oscureciendo y aparte estaba bien nublado y se veían relámpagos y tronaban muchos truenos. Cuando le dimos vuelta a la esquina del salón para caminar hasta la avenida grande pata tomar un carro, estaba bien solo y le dije que me besara otra vez. Así caminando me dio besitos en los labios bien quedito, yo me aferraba de su cuello y le quería meter la lengua en la boca pero él temía que alguien nos fuera a ver. Como nadie pasaba por ahí, por fin abrió su boca y me chupó la lengua, yo hasta más lo apretaba bastante con mis brazos y piernas. Luego saqué mi lengua de su boca y abrí la mía bien para que me diera la suya y se la fui chupando hasta la siguiente esquina. Quién sabe de dónde pero empezó a caer uno de esos aguaceros bien fuertes, pero se caía el cielo, así que me bajó y empezamos a correr para encontrar dónde meternos a taparnos del agua. Llegamos a un carrito de tacos cerrado, de esos de fierro pero como plateados, como de aluminio que tenía un toldo de lona y hasta unos bancos amarrados con cadenas para que no se los robaran. Chuy jaló uno y lo pudo poner en sus cuatro patas, aunque siguió encadenado y se sentó. La tormenta estaba al máximo, no se veía ni donde empezaba la banqueta, menos el otro lado de la calle. El banco quedó instalado entre el carrito taquero y el resto de los bancos y unas hieleras apiladas en el terrenito ese, así que Chuy quedó medio escondido ahí. Me agarró bien fuerte de un brazo y me puso de espaldas a él levantándome la falda y metiéndome una mano entre las piernas y tallándome por detrás la vagina y el anito. Me dijo MAMACITA, YA ME URGÍA TENERTE ASÍ… Yo hasta temblé cuando me dijo eso y voltié para decirle igual de caliente: SACATELA CHUY, ÁNDALE. Se desabrochó la bragueta y hasta batalló para sacarse el miembro, porque lo traía bien parado, bien rico como siempre, giré mi cuerpo y quedé de frente a él. Chuy se estiró en la silla y yo se lo agarré con mis dos manos y lo empecé a masajear bien fuerte. Traía muchísimas ganas de agarrarla, de jalarla mucho. Se la apretaba con los dedos y veía como se hinchaba la cabezota bien magna, hasta parecía que le iba a reventar. Me eché saliva en una mano y la tallé con la palma de mi mano, como si la estuviera boleando. Él se ponía duro de las piernas cuando le hacía eso y chirriaba sus dientes muy fuerte. Me volví a echar saliva en la mano y se la volvía a poner en la punta de la verga y le daba giratoriamente como si abriera una cerradura de puerta, pero para ambos lados y también se ponía muy tenso y se quejaba y bufaba mucho. Después de unos minutitos alternando mis caricias en su pene, en su cabeza, ya la tenía como se le sabía poner, bien enorme de tamaño, de venas gruesas y bien dilatada. La agarré del tallo y la miré de varias posiciones y le dije: HAY CHUY ESTÁS BIEN GRANDE DE AQUÍ… Se sonrió y me dijo que si me gustaba, desde luego que le respondí que me encantaba!! Me jaló a su lado y me puso junto a él de pie. Me dijo que se la siguiera masturbando y me metió la mano por detrás entre las piernas y me cogió la vagina con los dedos, yo luego luego me abrí de patas. Me dijo que estaba muy mojadita de allí y le respondí que toda la tarde había andado así y que ni sabía porqué. Me dijo que lo que pasaba era que ya era mujercita, que por eso me salía agüita de allí. Le contradije diciéndole que no, que era niña todavía y me dijo que ya ni tanto, pues ya estaba por cumplir los 11 y muy pronto me iba a bajar regla. Y pos sí, a los tres meses me bajó sólo 2 días antes de mi cumple años. Creo que por eso mismo me daban cólicos cuando andaba tan excitada. Entonces se levantó de la silla y me sentó en carrito de los tacos, en donde come la gente y giró su silla para sentarse frente de mí, con su cara a la altura de mis piernillas. Me levantó la falda y hasta sentí muy frío el fierro en las nalgas. Me abrió las piernas y metió su cabeza ahí en medio. Me mordisquió leve ahí enmedio de las piernas y poco a poco sentía que se iba acercando a mi puchis. Sentía luego bien clarito como me la lambía bien fuerte, como si fuera un perro y me la metía muy adentro entre los labios de mi vulvita, sentía que me moría de la ansias y le agarraba de los pelos para retirarlo porque sentía ganas de gritar, pero él más se aferraba de mis muslos y más me metía la lengua en la pucha, me sacaba de honda eso, nunca pensé que se hiciera eso. Había escuchado a una chavas mas grandes platicarlo una vez que fui con una amiga a su casa y ahí estaban sus hermanas grandes y una amigas, pero yo pensé que había escuchado mal. Y ahora tenía a este hombre más grande que esas muchachas que de por sí se me hacían grandes a mí, si me vieran qué envidia les iba a dar. Me hice al proposito de aguantarme y resistir lo que me hacía y me aferré bien de la mesilla con una mano y con la otra me lo enterré bien a él entre las piernas tomándolo de la nuca y presionándosela fuerte hacia mí. Poco a poco me acostumbré al contacto raro para mí de su lengua dentro de ahí y le fui agarrando el gusto, más bien el GUSTAZO!!! Con cada pasada que me daba por toda la rajilla sentía que yo me salía por allí toda, bien sabroso. Sentía que me ardían los pies, bien raro. Sentía que su saliva me llegaba hasta el ano, debajo de mí estaba bien mojado de su saliva, hasta se me resbalaban las nalgas para adelante sobre la mesa de acero. Al notar Chuy los esfuerzos que hacia por mantenerme allí, se levantó y me bajó del carrito, se sentó y me dijo que me le subiera montada en el miembro. Me le subí encimas y él me puso la falda del vestido en la cintura. Ya ni llovía pero nos valía poco, ni nos fijábamos de que nos fueran a ver. Me puso la vergota bien gorda en la mera rajadita recostada en su vientre y yo me tallaba de ida y vuelta, hasta parecía que estaba subida en un gato de lo ancha que se la sentía. Las luces de los coches en al calle nos alumbraban a veces demasiado y nosotros estábamos bien concentrados en lo nuestro. Yo estaba tomada de su nuca moviendo la pelvis como si me estuviera lavando las nalgas en un lavadero de cemento, estaba segura de que eso era coger y vaya que me estaba gustando, pero en cantidad!!! Y Chuy me agarraba de las caderitas y me aplanaba hacia abajo, tallándose mi vagina en el chilote bien fuerte. Yo volteaba mi cara para arriba, bien excitada, sentía mi puchis muy caliente y abierta y sentía cada vez más íntimamente la cosota de Chuy. De repente escuchamos un claxon que pitaba bien fuerte y él me bajó del pubis y yo me jalé el vestido para abajo. Se guardo la verga como pudo y me tomó de la mano y nos fuimos de ahí. Ni volteábamos para atrás. Ahora que lo pienso chica broncota en la que se hubiera metido si lo encuentran con una niña de 10 años montada sin calzones en su verga, no? Ya me imagino a mami cuando le llamaran para darle la queja de que a mi padrastro lo usaba de columpio, y sin calzones!!!, híjolesss!! Me hubiera ido bien mal. Pero en esas fechas eso me importaba poco menos que nada y lo que quería era estar cerca de él, pero bien cerca, untada a él si era posible. Esa noche cuado le hiza la parada a un taxi hasta me enojé, no quería que nos fueramos a la casa todavía y le dije: NOOO, NOOO CHUY, A LA CASA NO QUIERO IRME, NI TE LA HE CHUPADOOO…. y él me respondió: PUES ES QUE ESTA MUY DIFÍCIL ASI EN LA CALLE HIJITA, NOS VAN A VER. Total que se paró el carro y nos subimos, yo iba bien triste. Pero que le dice al chofer cuando le preguntó que adónde le daba que le diera a una colonia que no era la de nosotros y hasta me emocioné. Me dijo que iríamos a la casa de él y de sus papás, pera visitarlos. Llegamos y entramos a esa casa. Sólo estaba una viejita muy grande de edad viendo le televisión con el volumen muy alto, como que estaba medio sorda. Chuy la saludó y era su abuelita. Le preguntó por sus papás y le dijo que no estaban, él le respondió que iba por algo de ropa pero la viejecita a mí no me vio porque Chuy me dejó fuera de la sala donde estaba sentada su abuelita y no le dijo que iba acompañado. Me agarró de la mano y me llevó al segundo piso de la casa, a su cuarto. Cuando íbamos llegando vi un baño y le dije que yo quería hacer chis y me soltó y se fue al cuarto donde me dijo que me esperaba. Yo hice mi necsidad y me salí a alcanzarlo, cuando entré al cuarto me dijo CIERRALE CON LLAVE y así lo hice. Pero cuando lo vi casi me orino otra vez. Estaba en su cama encuerado de la cintura para abajo agarrándose el chile y ensañándomelo bien grande. HORA SI, HIJITA. VEN A CHUPARMELA BIEN, ERA LO QUE QUERÍAS NO??, me dijo con voz temblorosa. Yo me acerqué a su lado y estiré mi brazo para alcanzar el miembro tan lindo que tenía y se la empecé a acariciar despacito, luego usé mi otra mano y se la jalaba mucho para que le se pusiera como me gustaba. Me dijo que me quitara el vestido y lo hice quedando encuerada total, pues ni traía chines. Me subió a la cama u me puso entre sus piernas de panza al colchó y me dijo que le lamiera la verga desde los huevos hasta la punta y empecé a satisfacerlo con mi boca hambrienta. Estaba en el cielo, tenía su chile y sus testículos a mi disposición completamente y aproveché el momento dándole la mamada más larga que recuerdo, pues estuve comiéndome su verga y sus huevos por mas de media hora. Me cansé del cuello de estar en esa posición y se la deje en paz, pero cuando la vi me impresionó mucho pues la tenía completamente hinchada y le salía mucha agüita color cristal cuando él se la exprimía desde debajo de los huevos. Le dije que si era pis y me dijo que no, que era juguito rico, que lo probara con mi boca. Me apoyé en sus piernas y le chupé de ahí de agujerito el jugo que le salí y me supo saladito pero rico, me gustó mucho. Le salía mucho entre más le chupaba más me daba. Me dijo que le besar las piernas y empecé a hacerlo poco a poco, desde las rodillas hasta las ingles y los huevotes le pasaba la lengua y le lamía la piel bien sabroso mientras Chuy se masturbaba despacio. Luego me dijo que me subiera encimas de el y que lo besara. Me puso en su pecho y nos empezamos a besar bastante como me había enseñado, con las lenguas. Al raro me pidió que me montara en su cara para comerse mi vagina y lo hice como me lo dijo, tomando su cara, de caballito y dándole mi puchis en la boca. Me atragantaba de lengua la vagina, así se la sentía mucho más adentro que cuando en el carro taquero, pero mucho más. Sentía claramente como se movía dentro como un gusano y me ponía muy caliente. Yo abría mis piernas en la almohada, alejando mis rodillas de su cabeza y lo jalaba del copete para hacer más fuerte el contacto con su boca y él me miraba desde abajo entre mis piernas con los ojos saltones del esfuerzo pues yo me dejaba caer muy fuerte encimas de él y no lo dejaba respirar. Sólo cuando me movía de atrás para adelante embadurnándole bien mi pucha en la cara podía tomar aire, en esas sentía que me lamía el anito también y se sentía delicioso. Esa vez sentí que era bien obsceno lo que le hacía yo, sentía maldad de tenerlo así debajo de mí, me sentía malvada, pero me gustaba mucho hacerlo comerse mi vagina, tiemblo de recordarlo ahora. Me levantó un poquito y me detuvo con sus manos para lamer más mi culito y sentía su lengua fresca en él, sentía como me lo humedecía con saliva y me lo lambía mucho, pero mucho. Luego me acostó y me siguió comiendo allí entres mis piernas, así estaba mas cómoda sintiendo y viendo como me lambía la puchis muy sabrosito y como me metía la lengua en el culo muy fuerte. Se enderezó y se sacudió el chilote muy cerca de mi puchis y me lo empezó a cabecear con ella. Estaba bien gruesa su cabezota y yo notaba que mi vagina estaba como abierta y muy brillosa de saliva de Chuy. Le dije como mamá: COGEME PAPASITO, COGEME MUCHO, DAMELA TODA, y le acerqué la vagina a la cabeza del miembro casi metiéndomela yo solita. Me dijo que me dolería mucho pero le respondí que no le hacía, que quería cogérmela toda, como había escuchado a mami que le decía a uno de sus novios, pero ni sabía la que me esperaba. Me puso saliva de su boca en la rajita y se puso en la punta del chile y me la empezó a meter despacito, sentí que mi puchis se estiraba bastante y apretaba mis dientes y mis manos en la sabana. Me dolía mucho, pero no le decía para que no se desanimara. Me metió la cabezota y yo hasta quería rajármele porque ya no aguantaba el dolor tan fuerte, pero él así me la dejó un ratito, besándome en la cara. Yo ni lo besaba, estaba pujando por lo grande que me estaban metiendo, pensaba que iba ser mas facil, pero qué equivocada estaba. Sin decirme nada, me tapó la boca y se dejó caer de sopetón sobre de mí retacándome el a****l hasta donde me topó, adentro de mi panza. Yo pegué un chillido y empecé a llorar, pujaba pero él no se quitaba ni me destapaba la boca para que no gritara. Pataleaba con fuerzas queriendo que se bajara de mí, sentía desfallecer de lo pesado que estaba y de lo mucho que me dolía el estómago con todo ese cañón dentro de mí. Lo miraba suplicante, dándole a entender que no me hiciera más daño, pero él me decía que no me moviera porque me dolería más y que no me la iba a sacar porque me podría hacer mal. Me tuvo así como 10 minutos, se apoyó en un brazo y luego se puso de ladito, ya sin aplastarme, poco a poco el dolor iba pasando, bueno el dolor fuerte, porque todavía me dolía. Me quitó la mano de la boca y me preguntó si ya? Si ya no me dolía? Le dije que ya no tanto y así estuvimos con él enterrado dentro de mí otro 15 minutos. Él me decía muchas cosas, como que ya era mujercita, que ya iba a poder tener relaciones sin que me doliera y que me quería mucho. Además me dijo que no le fuera a decir a nadie, ni a mis amigas que ya no era señorita porque iban a hablar muy mal de mí. Yo pos le ponía atención y cuando menos lo pensé ya casi no me dolía, pero me sentía como envarada, como muy llena del estomago. Sentía bien abierta la vagina, pero soportable. Le dije YA NO ME DULE, y me respondió: YA VES, QUE TE DIJE… Luego sentí que él la hinchaba dentro y me gustaba. Poco a poco la iba sacando y metiendo de nuevo muy despacio preguntando siempre TE DUELE? Y yo le decía que despacito no, tenía miedo del dolor tan fuerte que me dio cuando me la metió toda. Estuvo mete y saca otros minutos y ya él se salía y se quedaba así, sólo con la cabezota dentro y yo sola me adelantaba y me la iba metiendo de vuelta. Cuando vio eso, me dijo: COGEME TÚ, TÚ COJÉEME Y YO NO ME MUEVO PARA QUE NO TE DUELA. Como estaba apoyado con un codo de la cama no me aplastaba y yo avanzaba y retrocedía en su vergota para metérmela y sacármela a mi antojo. Luego ya se apoyo con ambos codos de la almohada y me empezó a coger él, yo sentía que la puchis se me deshacía de lo caliente que la sentía y me colgaba de su cuello bien fuerte. Me dolía el estómago y sentía calambres en el abdomen, pero me gustaba estar así con Chuy, era mi ideal desde que empezamos a tener sexo que él me diera como le daba a mamá. Al rato me la sacó y me limpió con una toalla que estaba en una mesilla, en seguida de la cama. Quedó manchada de mi sangre, Chuy me volteó de panza en la cama y me abrió las piernas, me pasó la verga por la rajita de la vegina y me la dejó ir de nuevo. Yo estaba que no lo podía creer, pues me tenía como lo había soñado la noche aquella en que masturbaba sola pensando en que me la metieran así. Sentía su respiración bufando en mis cabellos y luego se acostó a todo lo largo de mí y me besaba la mejilla y el cuello sin dejar de bombearme con la verga. Me hizo cerrar las piernas y así se sentía todo lo gordo de su pitote en mi vaginilla tan estrecha. Sentía que me la metía hasta adentro, bien sabrosísimo y yo más me empujaba debajo de él. De repente tocaron a la puerta!! Y él se detuvo y no contestó, pero de vuelta tocaron y giraron la cerradura queriendo abrirla. Chuy gritó que quién era y le dijeron SOY YO, TU MAMÁ. A QUE HORAS LLEGASTE? Él le dijo que hacía rato, que estaba durmiendo un rato, que lo dejara en paz. Su mamá quien sabe que le dijo, ni le puse atención y se fue, yo mientras que él respondía no me dejé de mover debajos de su cuerpo, me valía si entraban tumbando la puerta, estaba emocionada con Chuy metido en mi puchis sintiendo su enormidad tan adentro de mí. Hasta se medio levantó como queriéndose salir de mí, y yo ahí voy, de nalgas y quedando casi de rodillas no lo dejaba que se desprendiera de mí, como una perra en celo con el macho enganchado por su verga. Al ver Chuy que su mamá se iba y notar cómo quedé yo, casi hincada delante de él, me agarró de la cintura y me puso bien en cuatro patas para darme así unos buenos arrempujones con la verga. Sentía exquisito todo lo largote de su verga, así me llegaba muy rica en medio de allí y no me dolía nada. Chuy me agarraba de los hombros y me presionaba mucho hacia su cosa, me la estaba metiendo casi toda pero no llenaba, quería que me saliera por la boca. Le dije que me estaba doliendo de vuelta y me dio mas despacio. Luego me volvió a acostar de panza en la cama y se recostó sobre de mí para seguir cogiendo mas despacito. Me la sacaba toda y me la iba hundiendo completita de vuelta. Se puso tieso encimas de mí y empezó a bufar diciéndome que estaba muy rica y que me los iba a echar todos adentro. Ya me imaginé lo que seguía y más me empujaba de nalgas. Empecé a sentir su cosa más gruesa y él pegó un mugido bien fuerte y se vino en mi puchis bastante, porque en cada mugido echaba un chorro de leche y dio como diez. Nos quedamos así un buen rato, hasta nos quedamos dormidos así como estabamos. Chuy se medio bajó de mí, pero seguía en mis encimas. Me abrazó por detrás y con su chilote dentro de mí nos dormimos no sé cuanto tiempo. Cuando él me despertó, ya estaba vestido y tenía la toalla manchada de sangre con la que me había limpiado en la mano. Me dijo que abriera mis piernas y me limpió la puchis, la toalla estaba mojada como si él la hubiera humedecido y así me limpió muy bien allí enemdio. Salimos del cuarto y me tomó de la mano caminando de pintillas. Bajamos las escaleras y se iba escuchando cada vez más la televisión, pero todo estaba a oscuras. Al llegar al final de las escaleras pudimos ver a sus papás viendo la tele, pero ellos no nos vieron. Cuy me dijo en secreto que me fuera gateando a la puerta y que lo esperara afuera entre los árboles de la calle. Me puse a gatas y me fui hasta la puerta, mientras Chuy iba hablándole fuerte a sus papás, diciéndoles que se había dormido mucho rato y que ya se iba. Despacio abrí la puerta y salí de la casa sin ser vista y me fui a unos árboles que estaban a dos casas de la de Chuy. A los 15 minutos salió él y nos fuimos a buscar un taxi. Traía una mochila y cuando nos subimos y pasamos por una escuela Chuy abrió la mochila y sacó una bolsa de plástico de las que dan en las súper tiendas y la tiró por la ventana. Le pregunté por qué la tiras?, y me dijo que eran la toalla y la sábana de su cama que estaban manchadas de mi sangre. Llegamos a mi casa como a las 11 de la noche, pero mamá no nos dijo nada, yo iba muerta de hambre, pero mejor me fui a bañar porque sentía que se me salía algo de la puchis y yo pensaba que era más sangre. Y pues si era sangre, pero además de eso era mucha leche de Chuy de la que me echó cuando se vino en mí. Me lavé bien y sentía deliciosa el agua caliente, me dolía todavía. Ya mejor ni cené, me acosté y tuve cólicos toda la noche, pero si hubiera que repetir lo que hicimos, no dudaría en hacerlo de nuevo con Chuy. El domingo mamá y Chuy se fueron desde temprano de paseo y yo no quise ir porque me sentía muy adolorida por todo lo que me hizo él un día antes. El domingo mamá y Chuy se fueron desde temprano de paseo y yo no quise ir porque me sentía muy dolorida y cansada. Me dolía mucho el estómago y hasta estaba bien pálida y ojerosa. Me quedé acostada todo el día y casi ni comí nada, traía muchos ascos. Mi boca estaba bien impregnada del sabor del miembro de Chuy y por más que me lavaba los dientes y me enjuagaba con Astringosol no se me quitaba el saborcillo del pene de mi padrastro de la boca. Me comí unos chicharrones Barcel con mucho limón y salsa picosa y a la coca le puse bastante limón para ver si se me quitaba el sabor, pero fue peor porque me dolió mucho mas el estomago. De la vaginilla me salieron chorros y chorros de la leche de él, pero bastantes. Cada que iba a orinar quedaban en el agua del escusado como si fuera leche cuajada y olían bastante como a cloro, bien feo. Luego gomité los chicharrones y bastante baba, me sentía fatal y lo peor eran los cólicos que traje todo el día, hasta me doblaba porque me dolía bastante el abdomen. Me acordé que mami tenía sibalginas en el botiquín y que ella las tomaba cuando le daban los dolores de la regla y me tomé como cuatro en menos de tres horas, con eso me sentí mejor y me quedé bien dormida toda la tarde. Ya de noche sentí que me despertaba mamá y me decía que si estaba enferma. Le dije que me sentía muy cansada y me checó la temperatura y andaba muy caliente. Chuy estaba detrás de ella donde no lo veía mas que yo y se estaba agarrando la verga sobre el pantalón y sonriendo me miraba, como diciéndome que ÉSTA ES LA QUE TE TIENE TAN ENFERMA CABRONCITAAA. Hasta ponía cara de felicidad el maldito. Mamá no se iba y yo me estaba orinando!! Pero no me podía levantar delante de ella porque iba a renguear bastante al caminar, traía bien dolorida la vagina, aparte!! Todo el día había sufrido mucho para moverme por la casa, me ardía y me dolía mucho la puchis, pero horrible. El lunes que fui a la escuela amanecí igual que el domingo, bien rozada. Me ardía bastante la vagina y la sentía bien abierta, casi ni caminar podía y andaba como si trajera algo enterrado en el medio de las piernas. Luego cuando me bañé noté que el rededor de mi puchita traía moretón, como cuando te das un golpe en la cara y además en las caderas y en la cintura también traía pitados los dedos de Chuy, me dejó bien molida la sangre de esas partes, cómo andaría por dentro con tanto golpe que me dio ahí con su enorme verga???, pero me tuve que ir al colegio si no mami iba a sospechar algo y me iba a querer revisar toda y para qué quieren!! Ni quería caminar en la escuela porque se me notaba que andaba muy adolorida. Mis amigas me preguntaban si me dolía algo porque en la cara tenía la mueca del dolor tan fuerte que sentía en la pubis por dentro y en la rajita bien irritada, hasta sentía le vergota de Chuy todavía allí bien metida. Tuve que pedirle a la profesora muchos permisos para ir al baño y con papeles mojados me los ponía ahí y me limpiaba la pucha y sentía bien rico cuando lo fresquito me la enfriaba. Hasta todavía cuando retiraba los papelillos olía bastante a la leche de Chuy, todavía después de dos días me estaba saliendo su esa de la vagina, me echó demasiada. Chuy a cada rato que tenía chance quería cogerme de vuelta, siempre andaba con la verga bien parada de fuera atrás de mí, pero yo le tenía mucho miedo y hasta se la miraba más grandota que antes. Le daba muchos besos en la boca y se la mamaba, pero cuando me quería quitar los chones para metermela me le escapaba y ahí lo dejaba jadeando de caliente. Ya ni me ponía faldas en la casa para que no me pudiera tener fácilmente encuerada de abajo y volverme a dar por delante con su cosota. Y ademas cuando veía que se iba a venir me le soltaba y me le alejaba para que echara la leche en el piso, porque él quería que me la tragara pero de acordarme cómo me hizo daño la ultima vez mejor me le alejaba cuando se ponía tenso y resollaba, ya hasta sabía cuando se iba a venírsele la leche. Me preguntaba que porqué ya no quería que me cogiera y le respondía que si no se acordaba cómo me había dejado la ultima vez de jodida??, y se reía mucho. Me insistía en que ya no me iba a doler y no le creía. A veces casi me convencía porque con los besos me ponía muy caliente, pero cuando le miraba el garrote tan gordo que se le ponía a él también con los besos, me echaba para atrás y no quería, él como que se estaba empezando a enojar, pero ni modo. Una vez dormida en la noche, sentí que me bajaban los calzones y era Chuy. De mad**gada se fue a meter a mi cama y ya estaba encimas de mí con la verga bien dura y grande para metermela toda. Empezamos a luchar cada uno jalando mis calzones, él para abajo y yo para arriba. Empecé a llorar de miedo pero no me dejaba de arrempujar la vergota en medio, como que él andaba como viejo marihuano, bien loco y bien caliente. Hasta que le dije que si no me dejaba le iba a decir a mami lo que me hacía se me bajó, ya sentía la cabezota de su cosa entremetida en mi vagina, casi casi me la mete toda. Se fue y yo me quedé temblando de miedo, pero pensando si me la había metido o no, porque entre sueños sí se la sentí adentro y cuando me desperté ya tenía los chones en las rodillas y quién sabe desde qué horas estaría encimas de mí, yo era y soy de sueño muy pesado. Aparte me sentía muy mojada y resbalosa de ahí, así que me levanté y cerré con la llave la puerta y me revisé el agujerillo con los dedos y me cabían tres y me salía mucha como brillantina o crema de la puchis. A chihuas, pensé, ni me dolía nada. Entonces me acosté de nuevo, pero seguí con ese pensamiento de si sería cierto que ya no me iba a doler cuando Chuy me cogiera y me levanté de vuelta y agarré un bote de crema de los picuditos, de los que tienen envase como con un cuello. Pues ahí estoy metiéndome el bote por la pucha, me cabía todo hasta que topaba y ni me dolía para nada!! Pero nada que ver lo delgadito de ese bote con la vergota gruesa de Chuy, asi que me levanté y ahí voy de vuelta a mi peinador a buscar otra cosa mas gorda para metermela y saber si era cierto. Encontré uno de mis cepillos del pelo con un mango más gordito que la crema y me lo ensarté y sentí delicioso, pero no me dolió. Pues les cuento que casi iba a amanecer y yo ahí voy para la cocina, a buscar una zanahoria gorda para hacer la prueba, pero las que había en el refri estaban muy flaquitas, pero vi en la canasta de las verduras unos pepinos y me llevé dos, uno mediano y otro de los grandes, casi como la tenía Chuy. Me acosté y empecé con el mediano, mmmmm…. sentía riquísimo cuando entraba y salía, y nada de dolor. Luego el granadote, pero grandote de a de veras!!, como el a****lote de mi padrastro, hasta los granos del pepinote parecían las venas de la vergota de Chuy. Me lo metí hasta la cuarta parte, para esto con lo de la crema, el cepillo y el primer pepino ya mi vaginilla estaba súper resbalosa, así que poco a poco me lo iba atascando todo hasta que topó. Sentía como se me estiraba la puchis, pero me dolía muy leve, un dolorcillo rico. Me emocioné y pensé que entonces Chuy no me estaba diciendo mentiras y que ya no me dolería tanto cuando me cogiera de vuelta, hasta me quería levantar para ir con él a su cama y decirle que me la metiera si quería, pero ya estaba por levantarse mi mami y ya no se iba a poder, pero ganas no me faltaban porque con tantas cosas que me metí por la pucha esa noche, aparte de la de él que de seguro sí me la había logrado meter, pues andaba súpercalientísima. Al otro día me fui feliz a la escuela porque por la tarde cuando llegara Chuy le iba a decir lo que hice y que no me dolió, para que me la metiera toda y bastante, andaba bien emocionada. Cuando regresé a la casa me puse a hacer mi tarea rápidamente para desocuparme y como a las 4 de la tarde me metí a bañar. Me puse un vestido blanco de botones por delante y nada más, sin chones y una chanclitas de plástico. Me hice una coleta y hasta me pinté un poquito con las pinturas de má, casi nada para que ella no lo notara. A las 5 llegaron del trabajo y mami apenas y me miró, pero Chuy si se fijó en lo arregladita que estaba yo. Se me quedó mirando extrañado, pues hacía semanas que no me veía con faldas o vestidos. Apenas má se nos alejó y yo me levanté el vestido y le enseñé que no llevaba chones, se mordió la boca y se me acercó y me dijo agarrándose mucho la verga en el pantalón: CHIQUITA, TE VOY A COMER TODA LA PEPAAAA. Casi me da un desmayo de lo caliente que estaba. Y le respondí: Y YO TAMBIÉNTE LA VOY A CHUPARRR, PERO QUIERO QUE ME COJAS, ahí mismo con mamá acomodando unas cosas que trajo en la cocina me cargó a enredarle mis piernas en la cintura y nos dimos un besote de lenguas bien salivoso, de los ricos. Yo le tallaba mi rajita en la panza bien fuerte y él me sobaba las nalgas debajo del vestido sin importarnos que má estuviera separada sólo por una pared, incluso hasta la puerta de la calle estaba abierta desde que llegaron. Cuando escuchamos los pasos de mami venir a nosotros nos dejamos de besar pero me siguió cargando en sus brazos y hacíamos como si platicáramos y nos riéramos de algo. Mamá nos reclamó lo de la puerta abierta, la cerró y nos dijo que nos pusiéramos a hacer algo y se subió al segundo piso y nosotros nos reímos y nos dejamos caer en el sillón de la sala conmigo montada en Chuy besándonos como desesperados de nuevo y escuchando que má iba subiendo las escaleras. Él me levantó de su bragueta y me hizo ponerme de pie frente a él con mis pies a los lados de sus piernas y me levantó el vestido y metió su cara entre mis piernas para lengüetearme la papayita bien delicioso un ratito. Yo le empujaba la vagina en la boca para que me metiera bien la lengua y hasta alcé una pierna para abrirme más y que él llegara bien a mi vagina abierta. Hasta puse el pie en el respaldo y quedé completa sobre su cabeza con su cara debajo de mí, así que me recorría toda la parte de debajo de mí. Llegó un momento en que estaba completamente montada de lado sobre Chuy, con una rodilla en el respaldo del sillón y mi pie sobre una de sus piernas sintiendo que su lengua se me iba bien adentro de mí. De tan fuerte que me movía encima de Chuy él me sostenía para no caerme y aparte porque de seguro le dolería el cuello por lo fuerte que lo usaba de frotador en mis debajos. Empecé a pujar porque sentí que se me venía algo de adentro y temblaba mucho como si tuviera frío y Chuy más me chupaba como comiéndose algo que me salía y que yo ni sabía hasta ahora lo que me pasaba. Se escucharon los pasos de má por la escalera y me bajó rapido y me puso sentada a un metro de él y seguimos como si estuviéramos platicando. Mamá bajó con una gran canasta ropa sucia para lavarla y se fue al patio a donde estaba la lavadora y los tendederos y Chuy se metió al baño de abajo. Le grité a mami que iba para arriba a hacer mi tarea a mi cuarto, ya la había hecho, así que lo que quería era que Chuy me oyera y se fuera tras de mí. Agarré una libreta equis y me recosté boca abajo en mi cama para hacer como que la leía hojeándola. No pasaron ni 5 minutos cuando Chuy entró y se echó a mis pies en la cama y me los empezó a acariciar y a besar, desde las plantas y los dedos. Yo seguí asi de panza sin dejar de hojear mi libreta sintiéndolo como iba subiéndose por mis pantorrillas y luego por mis piernas acariciándomelas, besándomelas y lamiéndomelas muy rico por detrás. Luego se metió de cara entre mis pompis y me lamía la pepa, como él le dijo, y el culito, delicioso, pero yo seguía hojeando mi libreta como si nada y dejándome hacer lo que quisiera Chuy. Sólo empiné bien mi traserito para que me llegara la lengua de él bien lejos y sentía como hacía ruidos como de un puerco en medio de mis nalguitas, absorbiendo bien fuerte mis enmedios. Se medio salió de mis nalgas y me dijo que estaba muy rica y que me olía muy bien y yo sólo me sonreí y le volvía parar el trasero para que se volviera a enterrar en él. Ni perdió el tiempo y se clavó de nuevo allí a chupar y lamberme toda desde la vegina hasta el culito y me mordisqueaba las nalgas bien sabroso. Luego me agarró de la cintura y me volteó boca arriba y yo tomé mi libreta y la puse frente a mis ojos sosteniéndola con mis manos, como si siguiera estudiando. Sin que me dijera nada me abrí bien de piernas y le echaba la pepita en la cara para que se la comiera. Chuy me empezó a meter la lengua ahí bien hondo dentro de mí y me la absorbía bien recio, yo sentía delicioso, muy diferente a las primeras veces en que me m*****aba esa caricia íntima. Ahora para nada!!, sólo sentía perfectamente la lengua de Chuy entre mi vagina, bien clarito que sentía como se movía allí en medio muy rápido. Dejé mi libreta a un lado y me abrí bien de patas para que me chupara toda. Luego se subió y me rodeó con su brazo por la nuca y me dio un besote de lengua de los más ricos que le había sentido hasta entonces. Me desabrochó el vestido y me chupó las tetitas, nunca lo había hecho, solo me las acariciaba, pero nunca se las había comido y me encantó. Se bajó de vuelta a mis entrepiernas y se puso a chuparme la pepina de nuevo, me quedé inmóvil sintiendo completamente el beso que me daba mi padrastro en la puchis, concentrándome bien en sólo eso. Me metió las manos debajo de las nalgas y me medio levantaba para chuparme a conciencia la panuchis, mmmmmm…. sentía que me salía de mí misma. El ruido de la lavadora allá abajo me arrullaba, casi me quedaba dormida sintiendo la boca de Chuy en la vagina y el ronroneo de la lavadora donde lavaba mami. Ni me di cuenta cuando Chuy se me subió en el pecho, ya sin sus calzones y me ponía la verga en la cara. Sólo cuando sentí su cabezota en los labios y reconocí el olor y el sabor de su miembro abrí los ojos. Híjolesss!!! La traía como nunca de cabezona y de gruesa. Se la tomaba con su mano y me la embarraba por la boca y por la nariz dejándome embadurnada de lo que le salía por la punta. Luego se la levantaba y me dejaba caer los huevotes en la cara pasándomelos bastante de ida y vuelta. Me dijo que sacara la lengua y lo hice, sintiendo los pelos de sus huevos en la boca. Adrede ponía mis manos en la cama, con las palmas hacia arriba como si me estuviera forzando, me gustaba sentirme abusada por ese hombre tan vergudo y tan guapo. Me sentía muy chiquita debajos de él y pues lo estaba, por eso me gustaba más. Me levantó con una mano en la nuca y con la otra se agarró la vergota y me la apuntó a la boca para que me la comiera. Casi no lo podía creer cuando sentí que sí me cabía toda la cabezota y hasta parte del miembro!!! Como si también la boca me hubiera crecido desde la ultima vez que me había hecho mamársela. Me tomó del chongo y lentamente me la metía y me la sacaba de la boquita, aumentando cada vez más la velocidad de las metidas y las sacadas. Hasta el ritmo agarré para tomar y exhalar el aire, bien rico. Cada vez me entraba mas la verga de Chuy en la boca y ni sentía dolor o asco como al principio cuando empecé a chuparsela antes. Ya hasta Chuy estaba bien derecho hincado en la cama y yo casi sentada con él agarrándome con ambas manos del chongo cogiéndome por la boca a gran velocidad. Pero faltaba algo en el ambiente, LA LAVADORA ESTABA APAGADA!!! Forcé a Chuy para que me la sacara de la boca y le dije tosiendo, porque se me amontonó toda la saliva en la garganta, que mami ya había apagado la lavadora y que a la mejor iba a venir para arriba y él se levantó bien rápido y se salió de mi cuarto. Yo me abroché el vestido y fui a la ventana que da de mi cuarto al patio y ahí estaba má tendiendo ropa en los alambres que había en el patio. Le pregunté desde allí arriba que si ya estaba por terminar y me contestó que ya casi, que sólo le faltaba tender la ropa. Cuando me iba a ir a buscar a Chuy para seguirle, mamá me empezó a preguntar cosas de la escuela y de mis amigas y me tuve que quedar platicando con ella. A los 3 minutos sentía que alguien me levantaba el vestido y me tocaba la cola y la vagina. Era Chuy que sentado en el banco de mi peinador estaba masturbándose y tocándome al mismo tiempo. Yo seguí platicando con mami y voltié a ver a Chuy diciéndole bajito que me cogiera, pero despacio para que no nos oyera mami, pero mas que nada para que no me doliera. Entonces él arrimó el banco y me sentó en su verga y me la empezó a meter mucho. Me agarraba de la cintura y me movía bastante arriba de él, pero como má ni me volteaba a mirar para arriba cuando me decía algo, pues no se daba cuanta como brincaba yo por los levantones que me daba su novio cuando me arrempujaba la vergota en la puchis. Yo nomas me mordía la boca de lo rico que sentía el a****lote del Chuy bien metido en mi vagina y con lo fuerte que me la metía y me la sacaba, pero delicioso que estaba sintiendo. Mami y yo platicábamos como si nada, bueno ella platicaba más, porque yo sólo entrecerraba los ojos por las cogidotas que me daba Chuy, aunque de repente le respondía sí o no, pero de ahí no pasaba. Cuando me quedaba callada me volteaba a ver y me decía: HEE!!, como si estuviera esperando mi respuesta a algo que me preguntaba y yo respondía: CÓMO, MAMI? NO TE ESCUCHÉ, y ella me volvía a preguntar lo mismo a lo que yo no había prestado atención por estar concentrada en las cogidonas que me daba su novio. Cuando vi que mamá estaba por terminar, le dije que horita venía, que iba al baño y me alejé de la ventana. Sólo me eché más de nalgas para atrás para quedar completamente subida sobre Chuy y sobre su vergota. Le dije que se apurara que mami ya iba a terminar de lavar y me agarró de la cintura usándome prácticamente de masturbador portátil. Me dio una santa cogida que todavía me pregunto como no me hizo daño en la vaginita tan pequeña que tenía en comparación con su tosco miembro. Pues es que me levantaba bastante y me jalaba para abajo enterrándome la verga hasta que topaba y de vuelta para arriba y de nuevo para abajo. Lo sentí clarito cuando se tensó y empezó a bufar bien recio, hasta le tuve que decir que no hiciera tantos ruidos porque estábamos muy cercas de la ventana y mamá estaba ahí junto y lo iba a oír, luego se vino como loco dentro de mí, todavía me agarró de la panza y me movía en círculos con la verga bien metida en mí hasta que echó todo en mis adentros. Poco a poco sentí que disminuía la presión de su chile en mis interiores y me la sacaba bien chorreante de leche. Me bajó de sus encimas y me volteó y nos besamos fuerte, como agradeciéndome que por fin me había dejado coger de nuevo. No eran tan seguidos los contactos sexuales que tenía con él porque mamá me cuidaba mucho, pero aprovechábamos las oportunidades que se presentaban. El sexo con mi padrastro Chuy no se daba muy seguido pues teníamos que buscar la manera de estar a solas y vigilábamos a mami cuando se descuidaba o se salía de la casa. Pero a veces ella no se descuidaba o me llevaba con ella, no era mensa y me cuidaba mucho pues un novio anterior era medio largo y siempre me estaba mirando malsanamente, como que quería darme unas arrimadas. Yo no era ninguna belleza a mis 9 o 10 años, pero de cara si era muy guapilla y estaba alta para mi edad, aunque flaca, así que sí llamaba la atención de los viejos sátiros de la colonia y a algunos muchachos grandes, y a ese exnovio de má se le notaba que me traía muchas ganas, por eso ella era tan desconfiada a veces. Pero él no estaba tan chulo como Chuy, era gordito y medio pelón, además de la edad de mami, unos 30 y tantos, y Chuy no estaba tan grande, tenía 25 años apenas y mucho más buenote. A Mario le vi la verga una sola vez que entró a orinar al baño y dejó la puerta entre abierta adrede para enseñármela, la recuerdo algo corta pero gruesa porque la traía bien parada y se la jalaba sin voltear a mirarme pero sabiendo que yo estaba en la puerta viéndole como bruta el chile. Se le veía bien roja e irritada y él estaba con los pantalones hasta las rodillas agarrándose con la otra mano los huevos. Pues sí me llamó la atención, porque ya había visto tres vergas de unos idiotas de la escuela que una vez que estaba con mis amigas en el patio en hora del recreo que llegaron y se sacaron los chiles para asustarnos y nos fuimos corriendo, pero eso sí, mirándoles las cosas a cada uno y luego comentábamos cual de los tres la tenía más grande. El de en medio en estatura era el que tenía un pito más largo y grueso a pesar de que había uno de ellos mucho más alto, pero ese la tenía normalilla. Pero Mario estaba mas vergudo que el muchachito enseñón de la escuela, pues sí, tenia una verga de adulto, verdad? Así que ahí está la mensa de Carolina comiéndome con los ojos ese gordo asunto que no pensaba que existieran así de grandes. Si no es porque mami se peleó con él y lo corrió de la casa, de seguro que él hubiera acabado haciéndome que se la mamara, ni creo que hubiera batallado mucho para convencerme. Yo tenía poco más de 9 años en ese entonces pero sí era muy fisgas, me gustaban mucho los muchachos más grandes y tenía mucho interés en sus vergas, en sus bultos. Era muy boba y siempre me fijaba en las braguetas de ellos para calcular por medio del bulto cómo la tendrían. Bueno no era la única ya que con las que me juntaba en ese entonces también eran así, les mirábamos allí y luego andábamos comentándonos cuál era el mejor bultote que habíamos visto durante el día. A veces hasta íbamos a checar el bulto de algún muchacho o señor que una de nosotras aseguraba que se le veía demasiado, éramos bien babosas. Una vez una de mis amigas dijo que se había subido a un micro bus con su mamá para ir al centro y que iba bien lleno así que se quedaron hasta mero adelante de pié a un lado del chofer. Nos dijo que volteó a verle allí al chofer y que lo tenia bien imponente, como si trajera una toronja ahí adentro del pantalón. Que cada que metía cloch para los cambios se le movía bastante, pero rico. Pues ahí vamos a esperar ese micro a la parada. Pasaron como diez y nada, hasta que llegó y ella lo reconoció. Nos hicimos a un lado para que subiera toda la gente y nos montamos al camión, le pagamos al chofer y nos quedamos allí cercas de él, riéndonos de nervios. Poco a poco fui bajando la mirada y sí era cierto, se le notaba pero bastante el bultote, pero bien grande, mi amiguita se había quedado corta. Nos pelamos los ojos las tres idiotas y nos reímos mucho. Él nos dijo que le pasáramos para atrás, que allá había lugar, pero Mayra una de mis amigas le dijo que nos gustaba ver cómo se conducían esos camiones tan padres y según él se puso a explicarnos como se metían los cambios, que la primera que la segunda que la tercera, nosotros ni en cuenta!! pues íbamos a su lado comiéndole con los ojos la vergota que se le notaba perfectamente. Era un señor como mamá, a la mejor más grande, pero que tenía un bultote bien riquísimo. Hasta una de mis amigas se puso en cuclillas según ella para ver bien como metía el cloch, pero lo que iba era viéndole de cerca el a****lote que se le distinguía morrocotudo, bien lanzada la huey!!! La otra, Paty y yo nos íbamos secreteando y nos decíamos lo grande que la debía de tener y lo que nos gustaría vérsela de fuera. Ella me preguntaba si se la chuparía y yo, sin quitarle los ojos al tambache le decía que quién sabe, y me comentaba que ella sí se la mamaba toda, que de seguro la tenía enorme por como se le veía bien requete rica. Apenas teníamos 9 años y ya éramos bien fisgonas y calientes. Cuando la que estaba agachada se cansaba la otra la sustituía y se ponía en cuclillas junto al chofer, como si fuéramos checando como metía el pedal, pero haciendo bizcos con semejante espectáculo, hay qué pena!!!. Él quien sabe si se daría cuanta porque nos dimos toda la vuelta completa hasta que llegamos a la parada de la colonia, donde nos habíamos subido mas de una hora antes. Todo el paseo nos lo echamos a su lado contemplándole el pitote gigante que tenía y ninguna se atrevió a tocárselo, pero ganas no nos faltaron, se le veía delicioso de grande. Nos retábamos en secreto a manoseárselo, hasta la que decía YO MERA la tapábamos con nuestros cuerpos para que los pasajeros no la fueran a ver, pero ninguna se atrevió. El señor iba muy despreocupado pensando que sólo íbamos interesadas en como manejaba el camioncito pero para nada!!, las tres íbamos bien interesadas en la toronja que se le notaba bien buenota. Cuando conocí a Chuy, cuando mamá me llevó a cenar con ellos una vez, pues claro que lo primero que le voltié a mirar después de la cara fue la bragueta que se le veía deliciosamente abultada, pero dilatada en serio!!! Y luego cuando se vino a vivir con nosotros no iba a desaprovechar el verle cuando se podía la verga guardada, no? Él debe haber notado mis curiosas miradas, yo nunca pensaba en si se fijaba o no se fijaba que yo le veía la verga en todo momento y eso de seguro lo animó a empezar conmigo aquella mañana que se fue en pura toalla a la cocina a tomarse un jugo mientras yo desayunaba, digo lógico, no?? Por esos días antes de conocer a Chuy había en mi barrio una niña más chica, de unos 7 años que ni me juntaba con ella por lo mismo, pero una vez su papá estaba lavando su coche en la banqueta y andaba en pantalones cortitos y muy apretados. Era más joven que mami, no sé bien de unos 28 años, güero y alto. Cuando pasé por la casa de ellos lo vi y se le veía bien rico el chile marcadito en la tela del chort claramente. Así que me paré a platicar con su hija que jugaba en un triciclo ahí mismo junto al carro. Me valió que mis amigas me estuvieran esperando a que llegara a casa de una de ellas y allí me quedé. A los 15 minutos ellas, las dos, llegaron a buscarme y me empezaron a reclamarme que no fui con ellas que me esperaban durante tanto tiempo. Con una señal de mis ojos les indiqué en silencio hacia el vecino que lavaba su carro y ellas se fijaron en él y en el chilote que se le notaba bien delicioso, se quedaron mudas y se sentaron calladitas con nosotros, la hija de él y yo, a darse un taco de ojo con el gran miembro que se le veía al papito ese. HIJOLES, QUE RICO SE LE VE, CARO… me decían ellas delante de la niña y bien emocionadas, CON RAZON NI IBAS CON NOSOTRAS, HUEY…. PAPASITO, PARA JALÁRSELA TODA… ESTÁ BIEN BUENO, VERDAD? MIRA!! SE LE NOTA BASTANTE…. La niña ni en cuenta, seguía hablándonos de quién sabe que tantas cosas, pero nosotras sólo teníamos ojos para su papá, estaba bien bueno. Tenía una piernonas muy musculosas y unas pompis bien paraditas, pero lo que más nos emocionaba era el bultote que se le pintaba en el chorcito que con lo mojado del agua de la manguera casi se le transparentaba y se le notaba más el chilote gordo y granadote. La más pelada siempre fue Mayra, era dos años más grande que Paty y yo, tenía ya 11 años, casi 12. Era más alta que nosotras y ya tenía cuerpecillo, no como Paty y yo que éramos una niñas solamente, estábamos juntas en la escuela porque había repetido dos años, era muy burra para las clases, pos sí si siempre andaba caliente, nunca ponía atención y salía reprobada porque nomás andaba pensando en el chile de los hombres. Bueno, nosotras también pero no tanto como ella. Mayra platicaba, no sé si sería verdad por como era ella, pero platicaba que un primo mayor que ella de 20 años, la hacía que se la chupara desde los 10 años, que sabía muy bien mamársela a los hombres, hasta nos explicaba como se hacía cuando comíamos plátanos. Pelaba el plátano y lo lamía y lo chupaba muy quedo diciéndonos que así la había enseñado su primo, incluso nos hacía practicar con nuestro plátano. Nombre!! Estábamos bien salidassss!!! Bien idiotas. Decía que la verga de su primo medía como 20 centímetros y estaba bien gruesa, cabezona y llena de venas y que cuando se la chuapaba mucho le daba una natita muy rica que se tragaba toda. También nos dijo que su primo se la metía por la cola desde hacía tiempo y que a ella le gustaba mucho, quién sabe si sería cierto, pero nos dejaba bien traumadas y calientes. Una vez en vacaciones escolares llegó una feria a la colonia, con carrusel, rueda de la fortuna y otros juegos nuevos, bien padre. Así que nos pasábamos toda la tarde en los juegos, pero nos hacía falta dinero para completar tantas horas en las diversiones y nos teníamos que ir temprano con ganas de seguir ahí. Uno de los viejos que manejaban las tazas voladoras, que era el juego que más nos gustaba, se le quedaba viendo mucho a Mayra y ella le coqueteaba para que nos dejara subirnos sin pagar. Ya estaba bien viejo, hasta canas tenía, pero con tal de que no nos cobrara esta Mayra le coqueteaba bastante. Una tarde que llegamos él aparte de dejarnos subir gratis a las tazas le dio a ella dinero y aparte muchos boletos para que nos subiéramos a los juegos más caros, incluso a los carros chocones. Cuando le preguntamos que porqué le daba tantos boletos y dinero, ella nos dijo que la noche anterior que nos habíamos ido ella se regresó y se la mamó mucho al viejillo y que él le iba a dar permiso de subirse a los juegos sin pagar con nosotras porque era el dueño de la feria y que el dinero era para ella. Todos los días nos platicaba como se la chupaba al señor en una casa móvil toda vieja y durante un mes que estuvieron en la colonia no nos faltó diversión y dinero. Él le decía que nos llevara con ella para que también se la chupáramos y nos daba bastante lana, pero nunca quisimos porque nos daba miedo, pero ella era bien arrojada. Una vez sí fue Paty con ella y entre las dos se la mamaron al ruco ese. Decía Paty que la tenía bien grandota pero que le olía bien gacho y que él era muy brusco con ellas y se las metía muy fuerte en la boca hasta que se venía mucho, pero después de unos minutos se la paraba de vuelta y a mamar verga otra vez. Paty me platicaba que Mayra ni gestos le hacía a su vergota gedionda y que ponía al ruco bien cachondote, que sabía bastante de mamarle la verga a los hombres y que de seguro era cierto lo que nos decía de que tenía sexo con su primo desde hacía mucho tiempo. Que entre las dos se la chupaban al viejillo y que echaba la leche 3 o 4 veces en una noche y luego les daba muy buenos billetes a las dos. Pero ella sólo fue una vez porque no aguantaba el olor del miembro del viejillo, además de que le lastimaba la boca cuando él se ponía bien loco metiéndosela y sacándosela muy fuerte y que Mayra no se le notaba incómoda pues hasta ella misma lo agarraba de las nalgas para que se la metiera más adentro de la boca. Yo no me atrevía a tanto como ellas, le tenía mucho miedo a mami y no era tan atrevida como ellas. Mi primer hombre fue Chuy, con él si me atreví, pero es que estaba bien chulo y me gustó desde que lo conocí. Y además su vergota me atrajo desde que lo conocí esa noche que fuimos a cenar con él. Ahora me imagino como me vería de mensa cuando él pasaba por donde estaba yo y mis ojos volaban a su bragueta, hay hasta me da risa, que bárbara. Pero es que se le notaba mucho, era imposible no obligarte a verle allí siempre que se podía. A nadie de los hombres que tenía cerca, de los maestros o vecinos se les notaba tanto la verga en al pantalón como al novio de mami, era demasiado para mí que siempre estaba al pendiente de los bultos de los hombres. Y yo era una afortunada porque vivía conmigo en la misma casa, así que se los comentaba a Paty y a Mayra, pues me sentía orgullosa de que un chavo tan bueno estuviera en mi casa y me gustaba ver sus caras de envidia cuando les platicaba lo rico que se le miraba el pene gordote y grande que se le notaba tanto. Claro que ellas no querían salir de mi casa según ellas iban a hacer tareas, pero lo que querían era contemplar a Chuy que parecía que siempre traía la vergota medio parada cuando caminaba por la casa, pues se le bamboleaba de lado a lado dentro de su pantalón. Todas, las tres, nos quedábamos impactadas por como se le veía a veces más grande de lo normal. Creo ahora que fácilmente se dio cuenta de que las tres morrillas calenturientas siempre estaban al pendiente de su majestad que traía colgando entre sus piernas y se le medio paraba de pensar que ya tenía su club de fans. Seguramente eso le dio otro motivo de seguridad para acercarse a mí, la hija de su novia y enseñarme lo que tanto le demostraba que me interesaba mucho, su deliciosa vergota. Verdad?? Pues le tiró a la segura porque yo era materia dispuesta para aprender todo lo que me quisiera enseñar y dejarme de todo lo que me quisiera hacer, a pesar de lo mucho que le arriesgaba con mamá siempre cerca de mí al pendiente de que no fueran a abusar de mí los hombres chacales que había cercas de nosotras. Ni se imaginaba que el principal chacal vivía con ella y que su hijita estaba ya bien perdida por él, que si no… Cuando podíamos Chuy y yo aprovechábamos las oportunidades o nos le escapábamos a mami con cualquier excusa. No éramos muy descarados porque ella era muy lista y me conocía muy bien, pero también estaba muy enamorada de su novio y le encantaba que nos lleváramos tan bien, pues era raro que yo me portara bien con sus novios, hasta me caían gordos, unos más que otros pero no me llevaba bien con ellos porque amaba estar viviendo sola con má y ellos eran a veces muy metiches. Aunque Chuy era el segundo de ellos que se iba a vivir con nosotras, los otros casi no salían de la casa, no dormían con mamá pero todo el día se la pasaban con ella, bueno el tiempo que tenían libre después de su trabajo se lo pasaban ahí metidos con nosotras. Pero con Chuy era muy diferente, adornaba la casa, porque estaba bien chulo y bien bueno, ademas era bien simpático y tenía eso que me volvía loquita cada que se podía, esa vergona súper rica y sexi. Un sábado estábamos bien aburridos en la casa, el día estaba muy fresco era invierno y medio nublado. Con ese clima como que mas se me antojaba estar con él bien juntitos pero mamá ahí estaba y no se podía. Así que me dispuse a salir a buscar a Paty pues en la casa no había que hacer. Pero cuando salí a la calle iba llegando un hermano de Chuy en su carro con su esposa y su hijo de 5 años. Edgar, así se llamaba, me preguntó por su hermano y lo pasé a la casa para que hablara con él. Me quedé ahí para ver qué pasaba y escuché cuando Edgar le decía que iban para las cabañas que estaban en unos cerros de aquí cerca, que si querían ir con ellos. Mamá no quiso ir porque siempre fue muy friolenta y le temía mucho al frío y allá estaba muy fuerte. Pero le dijo que se fuera con ellos, que no había problema. Así que yo presta me anoté para irme de paseo con ellos, mami desde luego que puso cara de NI EN TUS SUEÑOS, pero yo le insistí y le aseguré que me iba a portar muy bien y que le iba a hacer caso a Chuy de todo lo que me dijera y que no me iba a separar de él ni un momentito. Chuy astutamente casi no intervino en mis súplicas, sólo de vez en cuando decía: PUES QUE TE PROMETA QUE SÍ ME HARÁ CASO EN TODO, YO NO QUIERO RESPONSABILIDADES CON ESTA NIÑA, YA VES CÓMO ES DE INQUIETA Y CURIOSA… Mami después de una serie de recomendaciones y amenazas me dio permiso de irme con ellos, incluso se estaba animando a acompañarnos pero de buenas que pudo más su terror al friazo que de seguro iba a hacer allá arriba y no se convenció ni siquiera por mí y mi cuidado. Hasta la cuñada de Chuy le decía que se fuera con nosotros, que allá en la cabaña había chimenea pero no quiso ir. Por fin nos fuimos en el coche de Edgar y agarramos carretera. Yo iba bien emocionada. La niña se sentó con sus papás adelante y Chuy y yo nos fuimos atrás. Ni habíamos salido de la ciudad cuando yo ya iba bien juntita con él echándome sobre su pecho mientras que él me rodeaba con su brazo. La señora era quien más conversaba porque Edgar iba concentrado en conducir, nosotros íbamos detrás de ella así que casi ni volteaba avernos, cogí una chamarra de Chuy que iba a mi lado y me la eché encima así que también tapé medio cuerpo de él. Ni falta hace contarles que sin perder el tiempo le empecé a frotar la verga a Chuy sobre su pants. En poco tiempo ya la llevaba completamente parada y deliciosa. Él seguía hablando con su cuñada y yo le iba dando unas buenas agarradas de verga bajo la chamarra. Nomás abría sus piernas para que le frotara también los huevos. Luego muy despacio fui colando mi flaquita mano por entre el elástico del pants y la pude meter para tocarlo libremente y masturbarle el chilote bien rico y despacio como le gustaba. Él niño dijo que quería hacer pipí y Edgar se detuvo en un restaurante en la carretera y preguntó si se nos ofrecía algo y sólo su esposa le pidió un café. Él se bajó con su hijo en los brazos y se metió al restaurante al baño y a comprarle el café a su esposa. Chuy bien atrevido se medio enderezó y se jaló un poco el pants para abajo y se sacó media verga para luego empujarme e inclinarme sobre ella para darle una chupadita. Con la chamarra me tapaba la cabeza para que se la mamara un poco sin que su cuñada se oliera lo que pasaba detrás de ella. Yo le lamía toda la cabezota y se la chupeteaba despacio para no hacer ruidos, pero él me presionaba la cabeza y me la metía bien adentro de la boca para que se la mamara bien. Canijo Chuy, andaba bien caliente y yo pues igual con chica vergota para mí solita, mmmmm… ricaaaa. Con la otra mano él se la jalaba despacio para que le saliera su agüita saladita que me gustaba tanto. Luego bien descarado se la sacó toda y me hizo chapársela por debajo, por la panza del miembro y así me la embarraba en la boca mientras la señora hablaba del clima y del frío y él sólo le respondía que estaba bien gacho el día. De repente me la quitó de la boca y se la guardó pues Edgar ya venía con el niño y con un vaso desechable para su esposa. Nos acomodamos bien sentados y seguimos nuestro camino, pero como Chuy se quedó con la verga de fuera se la fui tocando por el camino. Luego entramos a una gasolinera para echarle al carro y le dije a Chuy que quería ir al baño y me dijo que él también. Cuando se estacionó Edgar nos bajamos y me tomó de la mano y nos encaminamos a los baños que estaban detrás de las bombas, a la vuelta del edificio de la estación. Yo entré al de damas pero cuando iba a cerrar la puerta Chuy la empujó y me dijo que lo dejara entrar conmigo allí mismo. Nomás entró y cerró con el pasador y se bajó el pants a media pierna y me dijo que se la mamara rápido. A mí me valió que el piso no estuviera muy limpio que digamos y me puse de rodillas a chuparle bien la verga. Él me tomó de la cabeza con sus manos y me la metía y me la sacaba de la boca muy rápido, desesperado por venirse cuanto antes. Luego me la retiró y se masturbaba muy fuerte diciéndome que le sobara bien los huevotes, yo con las dos manos se los frotaba y se los apretaba mirando la cabezota como se le hinchaba cuando su mano la friccionaba de ida y vuelta y las venas bien marcadas por las jaladas que se daba. Me dijo que me levantara y me alejó como un metro de él para empezar a echar los chorros de cosita blanca y espesa. Aventó 2 o 3 chorros espesos y pegados a la cabeza y luego muchos chisguetes y me dijo que lo traía muy caliente con mis cariños en el carro y yo creo que sí porque echó demasiado, dejó todo el piso batido de leche. Luego se salió y se fue al baño de hombres y yo me metí a un escusado a orinar. Hasta temblaba de las ganas que tenía, Chuy ya había echado la calentura pero yo no. Llegamos a la cabaña como a las 4 de la tarde y luego luego empezaron a tomar vino y cervezas, incluida la cuñada. Yo me divertía con el sobrino de Chuy pero quería divertirme con él, como ya había echado leche en el camino pues yo ni en cuenta para él. Tomaban y platicaban muy a gusto riéndose a carcajadas, pero sabía que ya no tardaría Chuy en acordarse de mí pues era muy cogelón y a las dos horas de echar mucha leche ya quería más sexo, ya lo conocía yo, ya le tenía tomada la madida. Así que dibujaba y pintaba unos cuadernos que llevó su sobrino para divertirse sabiendo que al raro iba a buscar el modo de hacerme que le sacara más lechita de los huevos, si lo sabré yo!!. Si había algo que a mis 10 años me gustara tanto como observar las braguetas de los hombres, era dibujar y colorear. Pero sentía un dolor en el bajo vientre, necesitaba a Chuy. Si había algo en el mundo que me gustara tanto hacer de niña, tanto como observar las braguetas de los hombres en ese tiempo, era el dibujar y colorear figuras, así que entre mas dibujaba en la libreta del hijo de Edgar, mas me pedía figuras, casitas y a****les de todos los tipos y razas. Los hacía con gusto porque me gustaba mucho, pero también sentía un cosquilleo insoportable en mi cosita y esos dolorcillos que me venían en el bajo vientre. Hasta me bajaba de la alfombra y me tendía de barriga en el vil piso para sentir lo fresco en mi abdomen y en mi pubis, eso me aliviaba algo lo que sentía. Dentro de la cabaña había una chimenea de leña muy calientita, pero afuera estaba la temperatura bajo cero, hacía un friazo que seguramente mamá se hubiera querido devolver para su casa. Iba y miraba como Chuy, su hermano y su cuñada seguían consumiendo alcohol con singular alegría, no se vislumbraba para cuando mi padrastro se acordaría de mí. Pasaba junto de ellos y ni se enteraban, me metía la baño y me bajaba la ropa para sentarme en la tapa de escusado y tocarme la rajita calientita con mi dedo, la sentía abierta y sensible pensando en Chuy. Me encontré un cepillo de dientes de adulto con un manguito más grueso de lo normal y para dentro!!, me lo metí en la vagina un ratito… y me lo sacaba y me lo metía… deliciosamente… hasta donde empezaban las cerdas limpiadoras, quién sabe de quién sería, si de su señora o de Edgar, pero lo dejé bien lleno de babita mía, jijiji. Me salía del baño y pasaba junto a ellos para irme con el niño de vuelta a dibujarle más cosas. Luego de unos minutos regresaba al baño a darme otro ratito con ese cepillo, andaba bien caliente, mucho mucho mucho y me cogía con el cepillo cada que entraba al servicio. Al rato la cuñada de Chuy nos trajo unas tortas, leche y galletas a su hijo y a mí para que cenáramos y se fue a la mesa de vuelta a la charla. Las carcajadas continuaron durante horas, pero horas de verdad!!, quién sabe qué tanto decían, sólo se escuchaban murmullos y luego explosiones de risa de los tres. Yo me sentía tan frustrada y tan aburrida que medio me dormí a lado del niño cuando de repente escuché a Chuy llamarme. Me levanté y fui a la mesa donde estaban y me paré junto a él. Me tomó de la mano y me dijo: VERDAD, CARO, QUE TU MAMÁ LE TIENE MUCHO MIEDO A LOS FANTASMAS? Yo nomás lo confirmé con mi cabeza y seguí allí a su lado mientras ellos seguían comentando a cerca de eso. Me pegué más al cuerpo de Chuy y empecé a acariciarle la pierna con mi mano disimuladamente para que sus parientes no se dieran cuenta. Fue sólo cuestión de tiempo, a los tres minutos él me hizo canchita y me tomó de la cintura para poderme pasar entre su cuerpo y subirme a su regazo poniéndome de nalguitas contra su verga medio parada y con mis codos sobre la mesa, muy mona yo bien agregada a la plática. Me preguntó la señora de su primo si yo le temía a los espíritus y a los espantos como mami y le dije que sí igual o más que ella y que a veces oía ruidos raros y me daba pánico. Todos se rieron y yo me acurrucaba más entre los brazotes de Chuy, mimosa y caliche de mí. Ya los tres se notaban muy borrachos y simplones y se burlaban a las claras de mí, pero me valía un cacahuate, al fin que ya estaba sobre lo que tanta falta me estaba haciendo desde que llegamos. Uno de los brazotes de Chuy estaba perfectamente acomodado sobre la mesa y yo enredaba sus bellitos con mis dedos mientras su otro brazo me rodeaba por la cintura y me acariciaba la panza y el ombligo sobre mi blusa. Apoyaba yo bien mis pies sobre el suelo y me echaba para atrás haciendo la mayor presión posible con mis nalgas sobre el bulto de él que ya empezaba a despertarse de nuevo. Presionaba y aflojaba prensándome con disimulo encimas de él, bien rico mientras ellos seguían platicándose detalles de espantos de vivencias propias y de conocidos mutuos y familiares. Chuy me agarraba de la panza y me rotaba despacio sobre su bultote masajeándoselo con mi traserito puntiagudo, pues aunque no tenía las grandes nalgas de mami, sí tenía el culito muy respingado, como con puntita, eso le encantaba a él. Sin que se dieran cuenta sus parientes, o quién sabe si sí se darían, Chuy me hacía como quería encimas de él, yo nomás sentía como la verga ya me atravesaba de lado a lado las dos nalgas, pues era tan larga como para abarcarme ambas, sólo faltaba poco para eso, yo era de trasero estrecho pero muy parado, tenía las pompis muy hinchaditas. Con el silencio que había cuando Edgar o su esposa contaban una historia tétrica, en veces hasta se podía escuchar el ruidito de las telas del pants de Chuy frotándose lentamente contra el mío porque ya él me movía con firmeza contra su enorme bulto, riquísimo. Yo abrí mis piernas y agarré su mano retirándola de mi estómago y poniéndomela en medio para que me frotara también la puchis sobre mi pants. Él así lo hizo y por debajo de la mesa me daba una santa cachondeada con la mano y con la verga, por delante y por detrás, que casi me ahogaba de la emoción. Las anécdotas iban aumentando de terror, pero a mí me valía poco, estaba en la gloria sintiendo tan rica la manota por delante y la vergota por detrás que no había Llorona u Hombre Lobo que me asustara en ese momento. No sabía para donde presionar mi cuerpo, si para adelante abriéndome mucho de patas para que Chuy me manoseara bien la vagina o para atrás cerrándolas para que se me parara más el culito y embarrárselo mejor en la vergota como tanto le gustaba. Debo de haber estado bien colorada de la cara por la excitación pues soy blanca de piel y sentía muchos sofocones, pero no me importaba si se daban cuenta de cómo me tenía Chuy, total no era mi problema dar explicaciones, sino de él mismo en caso de que se dieran cuenta de lo que me hacía. Y él por su parte, tal parece que tampoco le importaba porque me estaba dando una terrible agasajada delante de ellos sin expresar mayores temores al respecto, bueno mejor para mí, no? No se necesitaba ser muy observador para imaginarse los que estábamos haciéndonos pues se debe haber visto claramente como él me tenía trepada de nalgas encimas y como yo me meneaba moliéndole el chile con las nalgas, pero no parecía ser para ellos algo importante y seguían conversando de sus aventuras de ellos y de otras personas. En eso la señora recaló en su hijo dormido en la alfombra desde hacía ya un rato y se quiso levantar a verlo, pero que casi se cae de lo peda que andaba!!. Edgar la alcanzó a sostener de un brazo y le dijo que qué le pasaba, ella le dijo riendo que estaba muy borracha y se enderezó para caminar a donde estaba el niño. Cuando llegó le dijo a su esposo que la acompañara a llevarlo a acostar porque podía caerse con él, pero él le dijo que lo que pasaba era que le había dado miedo la plática de terror que tenían y todos nos reímos y ellos se fueron con el niño al segundo piso de la cabaña a acomodar a su hijo en la cama. A los dos se les veía muy borrachos y apenas podían subir las estrechas escaleras, andaban bien pedotes. Yo seguí encima de Chuy que me seguía moviendo como boleándose la verga con mis nalgas. En cuanto ellos se perdieron de vista me recargué completa sobre su pecho y voltié mi cara y abrí la boca pidiéndole que me besara. Él se medio agachó y nos dimos un besito muy rico de lenguas sin dejarme de mover en su chilote loco de grandototoe. Me supo a puro alcohol su beso, pero con lo caliente que estaba me supo a gloria. Me levanté de encima de él y lo rodié con mis brazos para darle más besos así parada entre sus piernas y estrechándome con su cuerpo sentado en la silla. Nos separamos y baje mis ojos a su bulto y estaba súper voluminoso, riquísimoooo!!!! Como me lo recetó el doctor. Se lo empecé a apretar con la mano y él se quejó diciéndome que ya se andaba orinando. Me alejó de él y se levantó para ir al baño. Cuando se puso de pie le dije: MIRA COMO LA TIENES!! BIEN GRANDOTA! Chuy se la agarró con la mano y se la apretó fuerte y me dijo: ASÍ ME LA PONES HIJITA, TE LA VOY A METER TODA LA NOCHE, VAS A VER…. y yo le dije desesperada mirando semejante burrada de vergota: ÁNDALEEE, YA VÁMONOS A ACOSTAR PARA QUE ME COJAS…. TENGO GANAS. Me dijo que horita veíamos como le hacíamos y se metió al baño. La esposa de Edgar bajó mientras Chuy estaba en el servicio y me preguntó si ya tenía sueño mientras se servía otro vaso con más de tequila, bien borracha la vieja, yo le dije que sí y ella respondió que esperáramos a Chuy para ver cómo nos íbamos a repartir, que su esposo ya había caído dormido de borracho con el niño en la cama y que sólo había esa cama y un catre mediano pero de buen tamaño. Cuando él salió del baño venía con la verga bien acomodada y visible y ella se le quedó viendo al bultote medio turbada, pero Chuy no se sentó sino que se recargó en el frega trastes en las meras narices de ella que se notaba sacada de onda, entraron en una charla fuera de tema y ella le pasaba los ojos seguido por allí. No creo que Edgar hubiera estado como su hermano muy dotado de allí, pues yo lo hubiera notado desde hacía tiempo que lo conocí, a como era de fisgona, pero a él no se le veía tan bueno el asunto como el de mi papi, así que esa vergota despertaba el interés de su cuñada también. Luego ya empezaron a decidir cómo dormiríamos y lo más recomendable según ella, era que nosotras durmiéramos juntas con el niño en la cama donde estaba Edgar. Sin dejar de tomar tequila, ella pajareando seguido con los ojos el chilote de él y Chuy dejándose ver, discutían sobre el problema de despertar a Edgar quien estaba bien pedote y bien dormido, lo que complicaba la situación. Entonces yo protesté e intervine diciéndoles que yo tendría muchísimo frío en ese cuarto sin la chimenea pues era igual que mi mamá de friolenta y además tenía bastante miedo por todo lo que contaron de muertos y espíritus. Luego fue que íbamos a acostarnos la señora y yo en el catre ahí abajo junto al fuego, pero si se dormían Chuy y su hermano juntos con el hijo en medio lo podían aplastar y no sentirlo por lo borrachos que andaban y en el catre estaríamos las dos muy incomodas y el niño también. A las claras le dije a Chuy que ya no le pensaran tanto y que nos durmiéramos juntos él y yo en el catre, que no iba a ser la primera vez que lo hiciéramos eso de dormirnos juntos, dándole a entender a la cuñada que ese no era un problema para nada ya que vivíamos juntos y lo hacíamos seguido en casa con mamá, desde luego que no era cierto. Chuy me secundó y ella se fue con cara de envidia a acostar con su familia y Chuy se fue con ella a traer al famoso catre. La pura mirada que le echó a Chuy cuando le dijo VAMOS POR EL CATRE CUÑIS?, eso me olió mal y en cuanto se perdieron en la escalera me fui como yo sabía hacerlo, casi desplazándome pegada por el piso y los escalones, como serpiente sin que se dieran cuenta, se me hicieron muy insistentes las miradas de la vieja gorda esa y por lo borracha que estaba de seguro se le iba a lanzar. No me equivoqué y al llegar al último escalón escuché a Chuy decirle que así era él, que qué quería que le hiciera que nimodo de escondérsela y ella le decía que no podía ser posible, que se le notaba demasiado. Seguramente ya le había ido diciendo cuando iban por el catre que se le veía mucho la verga ahí en el pants y que la tenía parada y él le respondía eso, que no estaba parada, que así la tenía. Ella daba risitas resbalosas, maldita vieja ofrecida y le insistía en que no era posible y que nunca se le había visto tan claramente. Chuy le preguntó que desde cuando se la andaba vigilando y ella le dijo que siempre le había llamado la atención como se le notaba, pero que ahora se la había visto más claramente, que apoco la tenía parada. Entonces él le respondió que un poco, que en el baño se le había parado cuando estaba orinando. Entonces ella bien puta le pidió que se la sacara para vérsela tantito. No se veía una señora de esas güilonas, más bien se veía seria y tranquila, pero tal vez por el vino se aventó esa noche con su propio cuñado. Estaban parados en el pasillito del corredor, justo a un lado de la puerta donde estaba Edgar y su hijo, casi a obscuras y hablaban muy quedo pero sí se entendía lo que se decían. Chuy le dijo que no la fregara que ahí estaba su hermano, pero ella le dijo que no tenía nada de malo, que sólo quería verla tantito y lo animaba y lo retaba riéndose cruzada de brazos bien coqueta la vieja cabrona. Él se agarró el elástico del pants y se lo bajó a medias sacándose todo el pitote bien agarrado con una mano. Ella casi se le salen los ojos cuando lo vio, casi le rozaba la panza chico miembrote. Se quedó callada viéndolo y dijo: MADRE MÍA! MIRA NOMÁS COMO ESTAS MUCHACHO… QUE BÁRBARO! QUÉ GRANDE LA TIENES… , Chuy, el méndigo se la masturbaba bien rico y bien orgulloso de lo que le decía la borracha de su cuñada. La ruca no dejaba de decirle lo buena que la tenía, alzaba mucho la voz sin importarle que su esposo estuviera dormido allí a unos pasos de ella, bien emocionada la maldita perra. Chuy le decía que no alzara la voz y ella se llevaba la mano a la boca disculpándose, pero al momento empezaba con sus alabanzas de nuevo casi gritando. Él le dijo que si no se silenciaba se la iba a tener que meter por la boca para callarla y ella le decía: A QUE NO… A QUE NO TE ATREVES, NO ME CABE, LA TIENES BIEN CABEZONA…. bien resbalosa la caraja vieja. Chuy le dijo que sí le cabía, que lo intentara y que él no se lo iba a decir a nadie repegándole la verga en la barriga para que la sintiera ella. Le agarró una mano y la hizo que la cogiera completa. ESTÁ MUY DURA, CHUY… Y BIEN GORDA… le dijo ella hipnotizada e idiotizada con ese pene de burro en la mano. Se la sobó lentamente y luego ya lo estaba masturbando sin quitarle la vista un segundo. Se inclinó ya sin pensarlo mucho y se puso a mamarle la verga a su cuñado casi en las narices del esposo bien pedote en la cama del cuarto, ahí tan cerca. Me bajé con una trabazón en el estómago, por primera vez sentía celos por Chuy de una mujer que no era mamá, me dio un coraje tremendo y cuando llegué al piso de abajo me regresé y subí la escalera gritándole a Chuy que ya tenía mucho sueño, que porqué se tardaba tanto. Clarito escuché los últimos chupetones de la boca mamadora de ella y luego pasos apurados y sorbidas de saliva, como que la vieja traía el hocico lleno de babas por comerse semejante vergota como yo cuando me la tragaba, desgraciada. Cuando llegué arriba ya no la vi a ella pues ya se había metido al cuarto con su cornudo esposo y Chuy estaba encaminándose con el catre en una mano para la escalera. Traía la verga notoriamente parada, casi rompía el pants y lo tenía bien manchado de ahí, como mojado, pero mucho, pos sí bien ensalivado de la boca de su cuñada. Apenas llegamos abajo y le dije que lo había visto con esa pinche vieja mamándosela toda, estaba bien enojada y muy celosa. Él me respondió bien cínico que comprendiera que así no iba a haber bronca con ella, que de seguro sospechaba que teníamos algo él y yo, y así estaba comprometida y no podría decir nada. Me senté bien encolerizada pero sin poder responderle nada porque con eso me desarmó y él se me acercó y se arrodilló delante de mí y me quería besar diciéndome que yo era su novia, que no me le enojara porque me veía muy fea. Pues claro que con eso me venció, yo sólo era una niña de 10 años, así que para un hombre como él no era muy difícil de contentarme. Nos besamos mucho ahí donde estaba sentada en un sillón, pero mucho bien confiadotes de que la cuñada ya no iba a poder decir nada si se llegaba a asomar para abajo. Nos dábamos mucha lengua bien rico. Luego me empezó a besar y a chupar el cuello y me alzó la blusa para besarme los pechitos uno a uno, yo le peinaba el pelo viéndolo como me lamía los pezoncitos y me los sorbía despacito, papacito me traía bien enamorada de él. Hasta la luz dejamos encendida, nos valía muy poco si nos veían. Me jalaba el pants para sacármelo y yo me medio enderecé y me lo jalé para que me lo sacara por los pies con todo y tenis. Ahí mismo en ese sillón se bajó el pants suyo y me empezó a dar cabezadas en la vagina con su súper verga, mmmmhhhh…. yo estaba que me derretía. Poco a poco me la fue metiendo hasta que me entró la mitad, se dejó caer encima de mí y empezó a coger bien rico metiendo y sacando el chilote de mi vagina. Se me retiró rápidamente y yo pensé que la vieja esa nos estaba mirando, pero se quedó quieto diciéndome que ya mero se venía, que estaba muy sabrosa mi cosita y que no quería vanirse todavía. Me levantó del sillón y se sentó él diciéndome que le pasara mi pants. Lo alcancé del piso y se lo di, se limpió la verga con él y me dijo que me arrodillara entre sus piernas. Lo hice y me enseñaba la vergota en mis propios ojos, la traía muy ancha y cabezona, deliciosa. Se la recorrí desde los huevotes hasta la punta y me la metí a la boca, chupándosela muy rico. Él me decía que despacio porque no quería venirse aún, así que se la mamaba despacito, suavecito y lento. Ya era una mamadora más mejor que su maldita cuñada. Vieja puta.

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