Las vacaciones en Itapirubá III

Las vacaciones en Itapirubá III
El encuentro con las veteranas cincuentonas Profesoras había abierto una nueva etapa en mi vida sexual, de lo cual ya me referí, el vernos con un Alumno de ellas junto a su madre sumaría adrenalina a unas inolvidables vacaciones.
Cuando regresamos de caminar con las primeras y conocí a la madre de su Alumno decidí dejar solas a las primeras e ir a la pileta con la joven cuarentona madre. De la misma se podía ver el frente de los balcones del hotel.

Una mirada me permitió advertir que casi todo el mundo, hombres y mujeres, estaban con el mínimo de ropa posible, ellos en zunga, nosotras en tanga. Los cuerpos y sus dimensiones no importaban, sin duda la mayoría de los argentinos que compartíamos el lugar estábamos liberados y lejos de los tabúes y códigos de nuestros clubes o playas.
Pude observar algunas mujeres haciendo toples, pero en los balcones, dada la altura de las barandas no dudo que algunas estuvieran desnudas. El ambiente era muy familiar, de parejas, y con algunos niños y adolescentes de ambos sexos.
Los segundos de sexo masculino en algunos casos usaban zungas y no podían disimular sus erecciones, muchos se ponían boca abajo. Uno de ellos el joven alumno de mis amigas recientes.

Su madre de charla muy agradable compartía la habitación con él y dejaba que anduviera por el hotel en un lugar donde no había peligros para nadie. Había ido sola de vacaciones con su hijo mientras su esposo quedaba en Buenos Aires trabajando con un hijo mayor. Quedamos en que nos acompañaría en la caminata matutina del día siguiente.

En el desayuno coordinamos encontrarnos a una hora y salir las cuatro juntas, sin duda ella era la más atractiva de todas, su tanga era a****l print y de ella no sobresalía nada, no así en mis cincuentonas amigas.

Ellas, aunque no lo conversamos, querían esconder su condición sexual frente a la madre de su alumno y era entendible. Asi fue que armamos el Grupete y a caminar se ha dicho.
A los pocos metros y fuera de la vista de nadie me saqué el corpiño y como siempre lo até al morral, las profesoras se miraron sin decir nada y me adelanté al grupo quedando sola en la delantera. Que pasaba atrás mio no lo sabía y en un momento dejé el morral en el suelo y me quedé desnuda parada mientras ellas se acercaban. Las tres seguía con sus mallas,sin duda las Profesoras querían disimular su relación y gusto por el nudismo, recientemente vivido.
Ya cerca de ellas les dije si les parecía bien quedarse ahí y dijeron que sí, así que aproveché y me metí en el mar. Ellas armaron un lugar para compartir y ya de regreso mio comenzaron a tomar mate.

La charla transitó en temas varios, ex novios, hijos pero nada pasó de lo superficial, yo sentada como Buda, ellas con las piernas recogidas. En un momento la madre del Alumno dice que va al mar a hacer pis. Aprovecho su ida para preguntarle a mis amigas si se iban a desnudar y ambas me dijeron que desistían de ello ya que no querían que su Alumno se enterara por dichos de su madre.

Al regreso de esta la charla entró en una meseta de ideas y las cuatro nos tumbamos en nuestras toallas o pareos a tomar el sol que estaba a pleno. Boca abajo las tres se aflojaron el corpiño, en un momento les pido un cigarrillo y dos se dan vuelta para abrir sus bolsos a la vez de incorporarse sin cubrir sus pechos_ Hora de toples les dije, sonrieron y la tercera con los brazos sobre sus senos gritó _Viva el toples!!!!!!!!!!!!!!

Las cuatro comenzamos a reir a carcajadas, en definitiva para las profesoras era algo nuevo y para la madre del Alumno también. Confesó que siempre había tenido ganas de hacerlo y su esposo no la dejaba ni en su casa.
Cuando las profesoras fueron al mar me quedé sola con ella y le sugerí que se desnudara, que estábamos solas, que nadie nos veía, que era cómodo, ella fue reticente no quería que las Profesoras lo conversaran en su Comunidad Educativa.

Las profesoras seguían en el mar y aunque querían disimular algunas actitudes dieron a entender su orientación sexual. En un momento la madre me dijo en tono imperativo_Ché estás no serán pareja? Yo contesté con una expresión inexpresiva.
Al regresar las dos les dije a las tres _Chicas me imagino que así como no van a contar en el Colegio que hicieron toples, tampoco dirán que hicieron nudismo porqué no se desnudan por favor?
Sonrisas nerviosas y de a poco las tres se sacaron la tanga. Invité a la nueva amiga al mar dejando a las Profesoras en la playa, las olas suaves nos permitieron nadar un rato y jugar con ellas. Sin querer volvimos del mar de la mano, al darnos cuenta nos miramos y sonreímos. Sin duda había una química entre nosotras pero yo era nueva en experiencias sexuales con otras mujeres.

De regreso al hotel se acercó el hijo con un grupo de adolescentes de ambos sexos que iban hacía donde nosotros habíamos estado, la madre les recomienda que se cuiden, yo en tomo de sorna le digo_Se irán a bañar en bolas? Ella sin pensarlo me dice_Ojalá es maravilloso.

Luego de la cena me fui a mi habitación, al rato golpearon la puerta, yo me cubrí con una toalla abrí y me encontré con la nueva amiga del grupo. Venía con una solera, estaba evidentemente sin corpiño y sus desnudos pies sólo tenían unas mínimas ojotas.
Con la escusa de “pasé y vi luz” entró y nos pusimos a conversar en le balcón, sus ojotas quedaron en la habitación, yo seguí con mi toalla y escuchando el ruido del mar, los gritos de los pocos bañistas en la pileta comenzamos a conversar de nuestras vidas. Sin querer, o queriendo? Nuestros pies comenzaron a rozarse, en una danza apasioanada, acompañada por sonrisas sonrrojadas.

Con la escusa de ir al baño en él me puse a pensar como seguir con eso o no seguir. Era una mujer casada, con hijos, en la charla no me dio la idea de que fuera bisexual, yo no tenía ,casi, experiencia con mujeres.
Regresé con unas gaseosas y ella me pidió que le hiciera un masaje en la parte superior de su espalda con una crema, se bajó los breteles del solero y la dí un suave masaje. Una sensación de placer me comenzó a invadir, en un momento sus manos tomaron las mias y mi cuerpo se electrizó, mi vello se erizó en todo mi cuerpo, de mi vagina comenzó a fluir líquido y creó que hasta me oriné, algunas gotas cayeron al suelo.
Ambas de la mano, sin vernos, ella de espalda a mi sentada, nos quedamos unos minutos mi placer era mucho, en un momento me dice¬ con una sonrisa_Es todo por hoy.

Antes de irse sellamos el día con un beso en nuestras mejillas y ese “por hoy” quedó golpeteando en mi cabeza, mientras me arrojaba desnuda en la cama a entregarme al placer de la autosatisfacción.
Al día siguiente se repitió la caminata de las cuatro pero al regreso me dijo_Quisiera ver ese pareo que me dijiste. Sin duda yo no le había dicho nada de un pareo para ver y ella quería estar conmigo a solas.

Ya en la habitación ella se dirigió al balcón, yo le acerqué una gaseosa y le dije que me iba a bañar para sacarme la sal de la piel y la arena, ella asintió con una sonrisa, en el baño me preguntaba como salir de la situación, me bañé , me dejé el pelo mojado y me puse un pareo sobre mi desnudo cuerpo.
Al llegar al balcón seguimos conversando en un momento le digo _lo del pareo era una escusa?
_Sí, me respondió, me darías un masaje?

Mi cuerpo tremuló, mi piel se erizó, sin duda me gustaba, sus senos voluptuosos de grandes pezones me gustaban, su cuerpo trabajado en el gym era interesante…pero estaba buscando sexo conmigo?
Accedí a darle el masaje, cuando iba a tomar su espalda, como la noche anterior me dice_en todo el cuerpo, te animás? _Bueno nunca lo hice pero si querés probamos le respondí.
Se levantó fue hacia la cama, se desnudó calmadamente mirándome, midiendo cada movimiento, dejó su tanga en el suelo y luego de colocar una toalla sobre la cama se tendió sobre ella boca abajo.
_Bueno empezá, me dijo.

Busqué una crema, mis manos temblaban, mi vagina hervía, y comencé a encremar sus piernas, glúteos, espalda y brazos. Luego comencé el masaje, primero sus pies, sus dedos uno por uno, al masajear su cola dejé que mis manos pasaran por su ano arracandole suspiros. Sin duda tenía un placer que iba más allá de lo que es un masaje, un placer sexual, que a mi me hacía aumentar mi deseo sexual.

En un momento me siento sobre su cola para masajear su espalda y cuello, mi desnudo cuerpo solo cubierto por un pareo no impedía que la zona anal de ambas quedara en contacto. La temperatura de ambas era evidente. Yo dejé mi pareo de lado y en el movimiento de ambos cuerpos se producía un roce anal, genital satisfactorio, era evidente que ambas disfrutábamos. El roce de mi clítoris en sus nalgas me hizo tener un orgasmo que apenas pude disimular.

Le pedí que se diera vuelta, le quise decir algo, ella con su índice en forma vertical sobre su boca me dio a entender que no hablara. Ambas de rodillas en la cama comenzamos a besarnos, su salada piel me gustaba, nuestras manos juguetaban y recorrían nuestros cuerpos en una alocada danza de placer mutuo. Me pidió que le besara los dedos de los pies uno por uno, fue el único momento que me dijo algo. En un momento nuestras bocas estaban en la vagina de la otra, un mar de placer y éxtasis nos inundó a ambas y ambas emitimos gritos de placer.

Agotadas dejamos descansar nuestros cuerpos desnudos sobre la cama, al rato se acercó al balcón, desnuda, caminando con parsimonia, ve hacia afuera y me dice_Mi hijo está volviendo, no quiero que sepa que estuve aquí con vos, me dio un profundo beso de lengua y se despidió.

Las vacaciones continuaron con nuestros encuentros sexuales en mi habitación, las Profesoras me extrañaban y se dieron cuenta de ello, en algunas idas a la playa las cuatro, buscábamos separarnos y tener algo de sexo en pareja.

Antes de regresar a Buenos Aires mi nueva amiga me dio su teléfono, nunca lo contestó. Un día fui al Colegio donde iban mis amigas, las Profesoras, ellas se sorprendieron la verme, les pregunté sobre la madre del Alumno.
_No te enteraste que le pasó.
Esperando una sorpresa de dije _No.
_A pocos días de regresar a Buenos Aires sorprendió a su esposo en la cama con un amigo, no lo pudo sorportar, abandonó la casa con sus hijos y se fue a Salta. No supimos más nada de ella.

Ya en mi casa me arrojé en la cama, pensando en su salado cuerpo, en el beso de sus dedos del pie uno por uno, en el juego de nuestros pezones rozándose mutuamente, en sus dedos en mi vagina, su dedo índice penetrando repetidamente mi ano hasta hacerme llegar al éxtasis ó su frondoso vello pubiano, con sal de mar, transpirado, con algunas gotas de orina que despendía un olor que me enloquecía.

Con esos recuerdos desnuda en la cama no me cansé de masturbarme y tener orgasmos hasta que un profundo sueño me invadió.
A Itapirubá no volví más, por unos años.

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