Relatos con Megaculos: ” Mi Tia Bertha, y su
Yo tenia la edad de 23 años cuando me hablaron de Monterrey para una oferta de trabajo, gracias a un amigo que estudio junto conmigo en la facultad pude conseguir esta oportunidad de trabajar en esta ciudad. Mi amigo Carlos se había ido a trabajar a Monterrey desde hace 2 años, yo le había encargado que en la primera oportunidad que tuviera me echara la mano para irme para allá, siempre supe que en esa ciudad había mucho trabajo y pues ese era mi deseo irme a trabajar en aquel lugar, considere de abuso el pedirle también a mi amigo Carlos que me diera posada en su casa de tal manera que tuve que acudir a los únicos familiares con los que yo contaba, unos Tíos por parte de mi mamá, ella era la Tía Bertha quien se había casado con un hermano de mi mamá, sin embargo la Tía Bertha vivía sola ya que mi Tío Alberto hermano de mi madre tenía alrededor de 12 años de haberse ido a trabajar a los Estados Unidos, mi Tía solo tuvo una hija quien también vivía en Monterrey, gracias a ella mi Tía se sentía aun con vida ya que mi Tío Alberto al parecer había ya hecho otra vida en los Estados Unidos, así que cuando mi Madre le hablo a mi Tía para decirle que me ayudara a asistirme en su casa mientras conseguía un lugar donde vivir, mi Tía Bertha inmediatamente acepto, dijo que estaría encantada, fue así como me fui de Chihuahua a Monterrey.
De mi Tía me acordaba poco ya que cuando yo era pequeño mis Tíos en varias ocasiones nos llegaron a visitar en Chihuahua de tal manera que me acordaba poco de mi Tía, lo único de lo que si me acordaba es que era una mujer alta, de tés blanca y muy voluptuosa, particularmente muy nalgona, siempre usaba vestidos o faldas, nunca la vi en pantalones, ahora comprendo el porqué ya que su enorme trasero quizás le incomodaba al usar pantalones. A mí en lo personal siempre me han gustado las mujeres nalgonas pero entre más maduras mejor. Resulto pues que me fui a Monterrey una tarde de enero hacia frio y le hable a mi Tía tan pronto llegue, ella se ofreció a ir por mí a la central de autobuses aunque la idea era irme en un Taxi a su casa pero ella insistió dado que yo no conocía la ciudad, por lo que finalmente acepte y llego por mí, yo inmediatamente la conocí pues a pesar de sus casi 60 años pude saber que era ella, su figura estaba casi igual, nada más que si la note mas culona todavía, ella tenía 57 años y tenía unos gluteos precioso, gigantescos como balones, demasiado caderona, pero muy acinturadita, de cabello largo castaño pero con luces, se le veía muy bien, arreglada de buen porte, siempre fue un poco seria y esta vez se veía algo sonriente pues a pesar de lo que le había pasado con mi Tío ella no perdió el ánimo. Cuando me vio me dijo Tu eres Daniel y le dije “Si claro, y Usted es mi Tía Bertha”, ella me dijo “Si”, pero mira cómo has crecido que grande estas y me dio un fuerte abrazo y un beso en mi mejilla, les confieso que al abrazarla sentí un placer enorme pues el roce de sus tetas al juntarnos y deslizar mis manos por su espalda donde mis manos fueron frenadas por su tremendo trasero fue un deleite, este abrazo duro como un minuto, la verdad me excito, pero lo tome como algo natural pues me imagine que ella estaba contenta por mi llegada y para hacerle compañía ya que vivía sola, mi prima Leticia era su única hija que también vivía en Monterrey sin embargo la visitaba poco, tome mi equipaje y nos fuimos caminado a donde se encontraba estacionado su auto, al ir caminando note las miradas de varios hombres que la veían con una mirada morbosa, le veían ese gran trasero que rebotaba llamativamente, que al parecer mi Tía no llevaba calzones pues al caminar se le incrustaba su vestido de poliéster por entre sus gigantescas nalgas, esto me volvio a excitar, pero tenía que guardar mucha cordura al respecto por ser mi Tía obviamente. Al subir al coche pude observar lo bien que estaba, su vestido se le subió un poco arriba de su rodilla al momento de sentarse a conducir y pude ver que a pesar de su edad su piel se conservaba bastante bien.
Llegamos a la casa de mi Tía la cual no se encontraba tan lejos de la central de autobuses , baje mis maletas y de forma inmediatamente mi Tía me empezó a mostrar su casa, no era muy grande vivía como les dije en el centro de Monterrey, era una casa antigua construida con sillares que contaba con una sala, un comedor y cocina juntos, dos recamaras y un baño que se encontraba entre las dos recamaras, es decir este baño era compartido por las dos recamaras, tenía un patio grande y la cochera, su casa tenía dos pasillos uno por cada lado de la casa, me llevo a la recamara que tenia libre, la cual me dijo que esa recamara la tenia para cuando mi prima Leticia la visitaba, pero que casi nunca se quedaba a dormir ahí, era una recamara bastante cómoda, estaba junto a la de ella, ambas tenían una ventana que daba hacia el patio, el baño me dijo seria compartido por los dos, en cada habitación tenía una puerta que daba a el baño de tal manera que cuando uno de los dos lo fuéramos a usar teníamos que poner seguro a la otra puerta y al salir quitar el seguro, eso sería para ambas partes, pasaron los días y Yo inicie con mi trabajo de contador en un despacho ahí volví a encontrarme con mi amigo Carlos, al paso de los días platicaba mucho con mi Tía en la mañana antes de irme a trabajar y al regresar por la tarde, como no conocía la ciudad acostumbre a ir de la casa de mi Tía al trabajo y del trabajo a la casa, por las mañanas mi Tía regularmente se levantaba a preparar el desayuno, que por cierto nunca la vi sin arreglar, siempre que la veía estaba peinada y pintada, en una ocasión tuve que regresar a la casa porque se me habían olvidado las llaves de mi oficina, ese día mi Tía no se levanto por la mañana ya que un día antes había tenido una reunión con sus amigas y se había acostado tarde, de tal manera que cuando yo me regrese por las llaves ella se encontraba en la cocina con una bata que seguramente usaba para dormir, era una bata semitransparente, ella estaba en la estufa cocinado algo para desayunar, al entrar mi Tía se sorprendió y me dijo ¿eres tu Daniel, Se te olvido algo?, le dije si Tía se me olvidaron las llaves de mi escritorio, llegue a mi cuarto y recogí las llaves, con todo propósito fui a donde estaba cocinando y me pare atrás de ella, con la escusa de ver lo que estaba cocinado, y pude apreciar sus enormes y muy bien torneadas culote, y como atrás de mi estaba la mesa el roce de mi cuerpo con el de ella era inminente, estaba más que pegado, ella sintió mi miembro, el cual ya se encontraba erecto pues desde que entre pude observar su descomunal trasero, al estar junto a ella le dije que rico estas cocinando Tía lástima que tengo que devolverme a trabajar, ella me contesto bueno Daniel tú te lo pierdes esto me está quedando muy bueno, casi estuve a punto de no regresar a trabajar pero la verdad tenía mucho trabajo y le dije “mira Tía mejor nos vemos por la tarde”, asi que decidi que esos roces tenia que hacerlos tan pronto se me presentaran otras oportunidades, aunque ya en otras ocasiones había hecho lo mismo en distintas circunstancias, a veces la rosaba con mis manos o con mis piernas, según se presentara la ocasión, yo sabía que ella lo sentía sin embargo disimulaba bastante bien, trataba de mantenerse templada es decir cómo que no pasara nada, así fueron pasando varias semanas pero les juro que casi a diario me masturbaba pensando en ella, inclusive a veces lo hacía en la regadera para que ella escuchara los jalones al contacto con el agua, en el baño había un cesto para la ropa sucia y de ahí aprovechaba cuando me metía a bañar para sacar sus calzones que usaba y con gran ansiedad los olía, disfrutaba de ese olor intimo de su vagina tenía una tangas grandes y también usaba ligeros regularmente de color rojo o negro, que a propósito dejaba colgadas en el toallero para que ella se diera cuenta de que yo las había sacado del cesto de la ropa sucia y que supiera que por algo las había sacado, siempre me dio la impresión de que mi Tía era una persona muy cachonda en su forma de vestir íntimamente, sin embargo no tenia forma de saber si así también era en su comportamiento.
Por fin llego el día que tanto había deseado desde el primer día en que llegue, el dia en que me cogí a mi Tía, ese día había llovido mucho y en mi recamara se había formado una gotera que caía sobre mi cama, al llegar de trabajar y abrir mi cuarto vi que mi cama se encontraba húmeda, empecé a mover la cama para que ya no le cayera, que tan pronto mi tia escucho esos movimientos fue a ver que sucedía, le explique que se estaba mojando mi cama y ya estaba bastante húmeda, ella muy apenada me dijo “hay hijo que pena lo que paso, lo que sucede es que estas son casas muy antiguas y ya necesitan de mantenimiento”, le dije mira Tía no te preocupes yo entiendo, por lo pronto hay que retirar la cama de este lugar para que ya no se moje y poner aquí alguna cubeta para que ahí caiga el agua y así lo hice, después de eso le dije Tía Yo creo que esta noche me quedo en la sala y ella inmediatamente me dijo “No mi hijo, claro que no, esa sala es muy incómoda para dormir, mejor vente a mi recamara, yo no tengo ningún inconveniente en que te acuestes conmigo, total estamos en familia”, en ese momento sentí un cosquilleo en el estomago y unos fuertes latidos en mi corazón como cuando estás haciendo ejercicio y mi verga se empezó a parar rápidamente al saber que iba a estar compartiendo la misma cama con esa imponente hembra, por primera vez entraría en su recamara puesto que desde que llegue fui muy respetuoso de sus cosas por considerar que era muy intimo ese lugar para ella, al entrar vi una cama queen size, compuesta por dos buros, uno de cada lado, también tenía un sofá que se veía bastante cómodo exactamente frente a este sofá tenía un espejo grande y amplio donde te podías ver de cuerpo entero y una televisión con una video, muy elegante el cuarto, de ahí nos pasamos al comedor a platicar, mi Tía acostumbraba tomarse de dos a tres copitas de tequila antes de cenar, ella se sirvió una y a mí me sirvió otra, les juro que en ese tiempo a mi no me gustaba el tequila y solo lo hacía por acompañar a ni Tía y platicar con ella, pues me deleitaba verla mientras preparaba la cena, por lo que aproveche para preguntarle “Oye Tía porque si eres una mujer tan atractiva no has tenido una pareja después de que mi Tío ya no volvió”, ella sonrió y me contesto “gracias por tus piropos Daniel, pero fíjate que si he tenido algunos pretendientes pero la mayoría son más grandes que yo y la verdad no he querido por dos cosas, una porque me daría mucha pena con tu prima Leticia, ella aun quiere mucho a tu Tío Alberto y tengo temor de que al enterarse tu Tío me deje de mandar dinero, pues a pesar de que el ya hizo otra vida por allá, nunca se ha desentendió de mi, no me puedo quejar Alberto me manda muy buen dinero para que viva bien, y la otra porque a esta edad yo estoy para que me cuiden no para andar cuidando”, le conteste “pues tienes razón Tía pero acuérdate que la vida solo se vive una vez y el tiempo pasa yo que tú ya me hubiera ganchado a alguien que me gustara, independientemente de la edad, creo que estas bastante bien como para estar sola, sobre todo en las noches”, esto se lo dije con un doble sentido, ella inmediatamente la pesco y me dijo “pues si Daniel en ese sentido tienes mucha razón, creo que soy demasiado cuidadosa y por eso no me atrevo”, en ese momento aproveche para decirle de mis intenciones, “sabes Tia no sabes como me gustaría poderte ayudar, deberás Tia, estas tan guapa y tiene un cuerpazo que muchas mujeres más jóvenes que tú seguramente te envidian”, ella se medio sonrió metiéndose las manos en su cabellera lo cual le sirvieron de peine. me contesto, “hay Daniel yo me siento que estoy muy gorda, a parte ¿cual cuerpazo?”, le respondí “mira Tía, si me dieran a escoger entre una mujer de mi edad y tú, yo te escogería a Ti”, en ese momento se puso roja e inmediatamente me pregunto, “¿y tú, tienes novia?”, y le comente “mira Tía la verdad si tenía una pero ella me corto antes de venirme ya que no estuvo de acuerdo en que yo me viniera a Monterrey”, “¿y es de tu edad Daniel?” pregunto, le dije “no Tía ella es más grande que Yo, ella tiene 39 años”, “¿Y porque te lleva tantos años Daniel?” pregunto sorprendida, “pues es que la verdad Tía a mí siempre me han gustado las mujeres mayores que yo, desde que era chico, no sé, las de mi edad no me llaman mucho la atención, a mí mas bien me gustan que tengan experiencia”, “¿experiencia en que Daniel?” con curiosidad preguntaba, en ese momento me decidí a que de una vez supiera mis intenciones reales con ella, total que podía perder, quizás lo único que pasaría es que de manera diplomática me dijera que me fuera de ahí o que fuera buscando ya otro lugar donde vivir, tomando en cuenta que ya había pasado cierto tiempo de haber llegado a Monterrey, ya conocía la ciudad y con lo que ya estaba recibiendo de sueldo, podría rentar algún lugar donde asistirme, asi que me llene de valor y después de darle un sorbo a la copa de tequila le dije, “Mira Tía a esta edad que tengo ya no soy un niño, a mí me fascina mucho el sexo y mas hacerselo a mujeres maduras y sobre todo que esten muy nalgonas”, mi tía ciño una ceja y se puso un poco roja, “anda ahora si comprendo porque los de Chihuahua dicen que son muy aventados” me dijo, ahí se cerro la plática y nos fuimos a la cama, yo no quise cenar nada ya que me urgía irme a la cama y ella como que también quería lo mismo, pues solo se comió unos bocados de queso que había cortado antes.
El agua de la lluvia no paraba, revise la cubeta que había dejado en mi cuarto antes de pasar a su recamara, la cubeta tenía poca agua por lo que vi que no había problema alguno, entonces me fui a la recamara, ella se metió al baño a cambiarse, solo encendí las lámparas que se encontraban sobre los buros, Yo aproveche para quitarme la ropa, me puse una playera y me deje la trusa, me metí sobre las sabanas y encendí la televisión, la verdad solo por hacer tiempo, al salir mi Tía del cuarto de baño observe que traía la bata con la que la había visto el otro día, era una bata semitransparente, pero en esta ocasión no traía sostén por lo que sus grandes tetas se le apreciaban bastante bien, sus pezones se le veían grandes y sus caderas enormes, en ese momento mi verga ya se encontraba al borde de hacer explosión, al pasar por enfrente de mi pude observar sus gigantescas nalgas redondas lo cual me dejo anonadado, se sentó sobre la cama y me dijo, “mira Daniel, yo soy un poco desordenada para dormir regularmente me volteo mucho de un lado para el otro, espero que no te vaya a incomodar”, Yo le dije “para nada Tía, no te preocupes por mi, yo de cualquier modo me acomodo”. También le pregunte que si ese lado que le había dejado era el suyo y me dijo que si que ese era su lugar, lo supuse pues encima del buro de ese lado estaba una revista y el control de la TV, apague mi luz para según esto disponerme a dormir y ella al acostarse hizo lo propio, al estar acostada me dijo, “fíjate Daniel que a mí me trae mucha nostalgia la lluvia, me gusta que llueva de noche no sé porque creo que es más acogedor”, yo le dije que a mí también me gustaba que lloviera, después de esto ella se acostó y se volteo dándome la espalda, sentí inmediatamente como esa masas de carne rosaban las mías, eso me calentó mucho asi que deje pasar unos 10 minutos y tan pronto pude me di la vuelta y quede atrás de ella, pude sentir ahora si sus tremendas nalgas entre mi verga la cual le acerque al voltearme, estaba a punto de reventar, ella simulo que ya estaba dormida, yo aproveche para empezar a acariciarle la espala muy despacio ya que temía que me dijera algo o que se enojara, a si estuve hasta que llegue a tocarle sus descomunales gluteos, me dejo que le hiciera eso durante algunos 15 minutos, de repente se paro de la cama, yo sentí que me iba a correr, pero cuál fue mi sorpresa que solo se levanto a quitarse la bata y se volvió a costar, le pregunte que si no le m*****aba lo que le estaba haciendo y me dijo “No Daniel siento rico sigue”, uff pues ahí seguí ahora pasándole mi mano por entre sus tetas y empujando mas mi verga en su trasero, ella se volteo que para sorpresa mia su mano fue directamente a agarrar mi verga, entonces note que su respiracion se tornaba agitada, busque sus labios y empecé a besarla, parecía pulpo en su cuerpo, empecé a besarle su cuello y luego sus enormes tetas, ella solo empezaba a respirar mas fuerte cada vez, en eso ella desesperada me quito la playera y la trusa y me empezó a mamar la verga, era una delicia, era una experta en mamar, la verdad estaba a punto de venirme y le dije Tía estoy por reventar y me dijo espera aguanta, en ese momento se subio arriba de mi sin introducir mi verga en su vagina y me dijo, “mira Daniel quiero decirte algo, desde que tu Tío me dejo solo lo he hecho con un Señor que me pretendió por mucho tiempo, pero después lo deje ya que era casado, tu la verdad me llamas la atención por tu color de piel morena, siempre me han gustado los morenos, si te acuerdas así es tu Tío Alberto, solo quiero pedirte un favor lo que vamos hacer de aquí en delante quiero que lo guardes como un secreto muy especial, no quiero que nadie se entere de esto, de acuerdo”, le dije “claro Tía cuente con eso no tenga ningún pendiente”.
Entonces ella se levanto de la cama y encendió las lámparas y la luz principal, se puso unos zapatos de tacón alto, ya para ese momento mi verga estaba como roca lista para taladrar ese enorme culo, mi tia se quito los calzones que traía y se puso una tanga, se veía sumamente espectacular, grandota, al fin pude apreciar esas masas de carne enormes que tenia de nalgas que le rebotaban al caminar eran realmente descomunales, blancas redondas, su culo se veía parado y su cintura pequeña, tenía un poco de pancita pero nada que ver para su edad, y lo voluptuoso de su cuerpo, entonces se puso frente al espejo apoyándose en una de las paredes, me dijo “ven bebe, quiero que me complazcas con algo que me gusta y que desde que me separe de tu Tío nadie me lo ha hecho”, le dije “que quieres que te haga Tía”, y me dijo “quiero que me lambas mis nalgas y que me hagas el oral por atrás”, Uff para pronto me hinque y empecé a besar esas descomunales balones de carne, les juro que con mis dos manos muy apenas abarcaban una de sus nalgotas, ella se veía y me veía por el espejo y gemía de placer, me decía, “así Daniel, hazme mas, méteme la lengua entre mis nalgas, hay que rico sigue sigue,mmmmmmmmmmmmmm….aaaaaaaaaaaaaaasssssssiii que rico bebe”, empezó a gemir fuerte, cada vez más, para mí eso era un manjar, y así se lo dije “Tía esto para mí es un manjar”, y ella me respondió “pues aquí lo tienes, sigue Daniel lámbeme toda, en todas mis nalgas, dame mas”, y así estuve por un buen rato, sentía un placer enorme al ver como estaba bien caliente Mi Tía, luego intente meterle la verga pero no quiso me dijo “no por favor, todavía no, sigue así, lambe mis nalgas anda”, en ese momento se abrió sus gigantescas nalgas con las manos, entonces le pude ver su enorme vagina, tenía unos labios grandes que le colgaban, los cuales le chupe con ansias ella lo disfrutaba mucho, gemía y gemía de placer, después de casi 15 minutos de estarle lamiendo todas esas nalgotas y de pasarle mi lengua por su culo empecé a ver cómo le escurría un liquido transparente y espeso que salía de su panocha en ese momento me pido que por favor le metiera mi lengua, de inmediato clave en su vagina mi lengua, sabia rico, toda mi cara se lleno de ese liquido baboso, yo la veía que apretaba sus labios con sus dientes atraves de el espejo, eso le gustaba mucho, verse y ver cómo le pasaba mi lengua por entre sus nalgotas, ella sabía bien lo que tenia pues claramente disfrutaba al verse en el espejo, en ese momento vi que se seguía viniendo, y seguía con sus gemidos a todo lo que daba, yo pensé que esos gemidos se escucharían con los vecinos pero gracias a la lluvia no salieron de ahí, después me dijo ahora si ponte atrás de Mi, ella se empino mas y me dijo métemela quiero verte, al abrirle sus Nalgotas, ella se empino mas para que Yo la pudiera alcanzar pues sus enormes nalgas me estorbaban para llegar a metérsela hasta el fondo, continuaba ella viéndose en el espejo y me decía mira Daniel como me veo, me excita ver tu Piel morena junto a la Mía y tu verga entre mis Nalgas, dame anda, le di solo unas siete pompeadas y me retire, pues no quería venirme, quería disfrutarla más, aunque tenía toda la noche para estármela cogiendo la quería ver de mil maneras, entonces me dijo mira ven siéntate en el sofá, ella se hinco con el frente hacia Mi quedando exactamente frente al espejo, esa vista fue una delicia, pues empezó a mamarme la verga y al mismo tiempo Yo podía ver su enorme trasero empinado por el espejo ya que el espejo estaba exactamente enfrente del sillón, le dije mira Tía como se te ven tus Nalgotas, ella volteo y se vio, se abrió mas para que el pudiera ver su concha y me dijo “¿Te gustan?”, claro Tía que barbará estas buenísima, si supieras cuantas veces me masturbe pensando en Ti desde que llegue, ella me dijo “¿si Daniel?, yo me daba cuenta pero ahora ya no tendrás que hacerlo”, mientras me la mamaba se volteaba a verse en el espejo, observe que eso la excitaba mucho, creo que por eso lo tenía, así estuvo por unos minutos y luego me tiro a la cama y me empezó a mamar la verga otra vez, deslizaba su boca hasta mis huevos llegando hasta mi culo el cual también lambia, era una sensación tremenda, luego se subió, y se la encajo, que barbará ahí pude ver qué buena era para coger, ella me estaba cogiendo a mi, no yo a ella, pues su gran panocha me succionaba la verga como una aspiradora, en más o menos ocho sentadas que se dio me vine, ella gritaba de placer, me decía “¡¡no me la saques lléname de tu leche!!, ufff que rica la tienes mmmmmmm haaaaaaaa, cuantas ganas te tenia Daniel dame dame anda mmmmmmmm…sssssssssssssssssssaaaaaaa!!”, “eres toda una experta en coger” le dije, “ya ves porque me gustan las maduras”, “Si Daniel hazme Tuya, soy Tuya”, sus tetas le rebotaban fuertemente, gemía fuerte y me apretaba, “¡¡dame!!, ¡¡dame anda dame mas!! así así”, veía como apretaba sus labios con sus dientes y medio cerraba los ojos disfrutando de placer, terminamos, ella se acostó sobre la cama y yo quede sudando a pesar de que la noche estaba algo fresca, de ahí en adelante las cogidas eran a diario, mañana y noche, a veces en la cocina, a veces en la sala y la mayoría en su recamara, los fines de semana eran de maratón, después descubrí que Mi Tía tenia películas porno, la mayoría de hombres negros muy dotados con mujeres blancas, yo no sé donde las consiguió el caso es que los fines de semana las veíamos, a mi Tía le gustaba imitar las posiciones, yo la verdad estaba encantado, así estuve por muchos años, ya no regrese a Chihuahua me quede en Monterrey con mi Tía donde fui muy feliz