Soy sus Manos y Algo Más – Cap.3

Soy sus Manos y Algo Más – Cap.3
Capitulo 3.- Mi boca también me sirve para aliviar a mi hijo

Ocho días despues, Lisa aparcó su coche en el garaje y llevó la compra a la cocina… Dejó caer las bolsas sobre la mesa, ansiosa por ver cómo estaba Adam… Hoy fue la primera vez desde que lo trajo del Hospital en que lo dejó solo en casa.

En los últimos días habían establecido una cierta rutina diaria… Adam la despertaba por la mañana, viéndola totalmente desnuda, y ella “relajaba” su erección matutina dándole una rápida masturbación… Luego se duchaba y preparaba el desayuno… Después del almuerzo, lo llevaba al hospital para que le trataran las manos quemadas, y luego volvían a casa, donde ella haría los quehaceres después de comer, mientras él hacía una siesta… Por la noche, cenaban y luego mirarían la tele hasta la hora de acostarse… Antes, ella le daba una ducha, seguida de otra “relajante” masturbación en la cama.

Y Lisa se iría a su propia cama y se masturbaría mientras pensaba con la polla de su hijo… Se sentía culpable de este infierno, pero ¿qué podía hacer?… No sabía, ni podía controlar sus pensamientos, especialmente cuando estaba acostada sola en la cama, en la oscuridad de la noche.

Había estado preocupada por dejarlo solo esta tarde, pero se estaban quedando sin comida y él le había asegurado que estaría bien, que podría ir a la tienda mientras dormía la siesta… Sólo se había ido alrededor de una hora, pero estuvo preocupada todo el tiempo que permanecio fuera de casa.

Cuando dejó las bolsas en la cocina, se deslizó silenciosamente por el pasillo para no despertarlo si todavía estaba dormido, pero cuando se asomó a su habitación, lo encontró sentado en el borde de la cama, mirando al espejo de su tocador.

– “¿Adam?”, preguntó, entrando a la habitación.

Sobresaltado, él la miró y luego rápidamente apartó su mirada, pero no antes de que ella notara sus hinchados ojos rojos y sus mejillas llenas de lágrimas… Ella se sentó junto a él y le puso tiernamente la mano en el hombro.

– “¿Qué te pasa, cariño?… ¿Te duelen las manos?”… Él olfateó ruidosamente y negó con la cabeza, sin querer mirarla… – “Entonces, ¿qué te pasa?”, le preguntó, agarrándole la barbilla y girándole suavemente su rostro hacia ella.

Él la miró a los ojos brevemente y luego su mirada se dirigió hacia el espejo.

– “Me veo grotesco”, murmuró… Unas lágrimas se desprendieron de sus ojos y se deslizaron por sus mejillas.

– “Oh, cariño… Eso no es verdad”, respondió Lisa con voz llena de compasión… Le dolía verlo tan deprimido… – “Te ves, bien”.

Él sacudió la cabeza negándolo, pero ella sostuvo su rostro entre sus manos y lo obligó a mirarla a los ojos…

– “Mira”, dijo, limpiándole tiernamente las lágrimas de sus mejillas… – “Tu pelo ya ha comenzado a crecer… Muy pronto te verás igual que antes.”

Lo miró y lo acercó a ella besando sus saladas mejillas, y luego lo abrazó con fuerza… – “Y tus manos mejorarán, y en poco tiempo ni siquiera te acordarás de lo que te pasó”… Aunque ella sabía que el médico le había dicho que sus manos nunca podrían estar al 100% y quedarían con cicatrices de por vida.

Mantuvo a su hijo abrazado durante mucho tiempo… Finalmente, le dijo en voz baja… – “¿Descansaste un poco, cariño?”… Adam negó con la cabeza pero mantuvo la cara enterrada en su cuello… “¿Por qué no tratas de dormir un poco?”, le sugirió.

Ella comenzó a apartarse, pero él parecía reacio a dejarla ir y dió un pequeño gruñido de protesta… Así que lo recostó en la cama, con los brazos acunando su cabeza contra su pecho… Ella le acarició la espalda y el cuello, murmurando palabras suaves de consuelo… Su cabeza estaba apoyada en su pecho y su cara enterrada en su escote, pero su camisa se abrió… Los movimientos minuciosos de la cabeza de su hijo buscaban la sensación reconfortante de la piel desnuda de sus pechos, lo cual estimuló sus pezones, que comenzaron a crecer y ponerse duros.

Lisa suspiró cuando su mejilla le rozó su pezón y ella pensó… ¿Podía Adam darse cuenta de lo difícil que es todo lo que ella le hacía?… ¿Podría escuchar su acelerado corazón?… ¿Se daba cuenta del efecto que todo esto estaba teniendo en ella?

Como respuesta a sus preguntas sin voz, la cabeza de Adam se giró y sus labios recorrieron su pecho, emitiendo ella un pequeño grito de asombro… Antes de darse cuenta de lo que estaba haciendo, se desabrochó la blusa y la abrió… Desabrochó el sujetador que se abría por delante y guió la boca de su hijo hacia su pecho.

Sin vacilar, la boca de Adam se cerró sobre su pezón rígido, chupando suavemente el mismo seno del que se había alimentado cuando era un bebé… Un gemido escapó de los labios de Lisa y sus muslos se cerraron alrededor de la pierna de Adam, pegando su entrepierna a traves de sus jeans.

Sus pechos siempre habían sido muy sensibles… Cuando Adam era un bebé, a menudo se excitaba tanto mientras lo amamantaba que tenía que masturbarse después de alimentarlo… Se había sentido terriblemente culpable al respecto, preguntándose si era una especie de pervertida, hasta que vio un programa de entrevistas sobre el tema, con mujeres discutiendo abiertamente el mismo problema, y ??un médico le explicó que era perfectamente natural… Simplemente era una reacción a la estimulación del pezón que implica la liberación de ciertas hormonas.

Y ahora le sucedía a ella lo mismo… Lisa gimoteaba y frotaba su entrepierna en el muslo de su hijo mientras éste succionaba cada vez más fuerte sobre su temblequeante teta.

– “Oooh, cariño”, susurró… Lisa repentinamente pusó su mano en la entrepierna de Adam mientras éste ahora atacaba con avidez su otra teta… Su polla, medio dura, cobró vida y rápidamente se la puso completamente tiesa mientras lo exprimía a través de sus pantalones cortos… Su mano temblaba mientras buscaba a tientas la cinturilla de sus pantalones cortos, tirando de ellos hacia abajo para soltar su gran erección… Su puño se cerró alrededor de su inmenso tronco, exprimiéndolo ferozmente cuando un poderoso clímax la abrumaba.

– “¡Oooh, cariño!”, jadeó, ella, refregando su coño en la pierna de su hijo… – “Mi querido bebé”, gimió besando la parte superior de su cabeza mientras continuaba amamantándolo con sus pezones duros y hormigueantes.

Mientras su cuerpo se estremecía buscando desesperadamente el orgasmo, Lisa notó la polla de Adam en su mano, palpitando insistentemente… Después de haberlo masturbado tantas veces, sabía que estaba a punto de correrse… Y si lo hacía en esta posición, su ropa se mancharía… Así que solto su polla y se apartó de él.

-“Mamá, ¿que haces?”, suplicó Adam, con una expresión casi de pánico en sus ojos… – “Mamá, tengo que…”

– “Sé que estás desesperado, cariño”, respondió ella, mirando hacia abajo a su abarrotada erección… – “Voy a arreglarlo… Recuéstate.”

Ella lo puso de espaldas y luego se deslizó sobre la cama…Sin perder tiempo empujó sus pantalones cortos y ropa interior hasta las rodillas y agarró su dura polla por la base… Apenas sin aliento, la miró fijamente y lamiéndose los labios, bajó la cabeza y comenzó a metérsela en la boca… ¡¡Estaba mamandosela!!

Adam gimió ruidosamente y arqueó su espalda, empujando su pene más fuerte dentro de su boca… Ella comenzó a mover su cabeza hacia arriba y hacia abajo, chupando con fuerza mientras sus humedos labios se deslizaban sobre el tronco tieso de la polla de su hijo.

Lisa no podía creer lo que realmente estaba haciendo… Después de soñar tantas veces con esto, ahora le estaba chupando la polla… Quería que este momento durara para siempre, pero entre lo excitado que estaba Adam y su succión entusiasta, todo terminó en menos de un minuto… Adam gritó, levantando completamente las nalgas de la cama, y ??su semen candente estalló en la boca de su madre.

Ella, al notarlo, cerró los labios alrededor de la polla de su hijo, saboreando el espeso semen, mientras un chorro tras otro se disparaba en su lengua, hasta que se vio obligada a tragar para que no se le saliera de la boca… Con avidez se tragó el semen de su hijo, chupando hasta la última gota de su palpitante polla… Finalmente, soltó la polla después de lamer todos los restos de su semen… Luego volvió a mirar el rostro de su hijo, temiendo que él pudiera sentirse mortificado por lo que acababa de hacer.

Pero Adam estaba recostado, totalmente relajado, observándola con los ojos entrecerrados con una pequeña sonrisa de satisfacción en su rostro.

– “Dios, mamá”, dijo con voz suave y llena de temor… – “¡Eso fue lo mejor que he sentido en mi vida!… ¿Querrás hacerlo así cada vez?”

Lisa le devolvió la sonrisa, aliviada de que él estuviera bien.

– “Ya veremos, cariño”, respondió… Luego le dio a su blando pene un tierno beso antes de volver a ponerle los pantalones cortos.

‘Al menos esto facilitó la limpieza’, reflexionó… Se sentó en la cama y se abrochó su sostén sonriéndole a Adam mientras él la miraba apretar el broche y ajustar sus tetas en las tazas… Se volvió a abotonar la blusa y luego se levantó de la cama.

– “Descansa un poco, cariño”, dijo en voz baja mientras se inclinaba para besar tiernamente a su hijo en la frente.

Lisa pasó el resto de la tarde haciendo las tareas domésticas… No tenía por qué estar preocupada… Cuando Adam despertó de su siesta, lejos de estar traumatizado por lo que había sucedido, estaba de un humor maravilloso y hambriento… Él rió y bromeó durante toda la cena, luego se acurrucó junto a ella en el sofá cuando fueron a ver televisión.

Llegada la hora, Lisa le recordó la ducha y él estuvo de acuerdo… Ella sabía que no era la ducha lo que apetecía, sino el “descanso” que la seguiría.

Después de apagar la tele, ella lo siguió hasta el baño, donde le ayudó a quitarse la ropa y le puso las bolsas de plástico sobre las manos vendadas… Él se quedó mirándola mientras ella abría la ducha y ajustaba la temperatura… Luego él entró mientras ella lo sujetaba por el codo… Sus ojos se abrieron por la sorpresa cuando se volvió y vio que ella se desabrochaba la blusa.

– “Es una tontería que me empape toda”, dijo mientras dejaba que la camisa resbalase por los hombros y cayera al suelo… – “No te importa si estoy así, ¿verdad?”… Adam negó con la cabeza sin apartar sus ojos de su cuerpo mientras ella desabotonaba sus jeans y los empujaba hacia abajo… – “Además, si nos duchamos juntos, ahorraremos en agua”, continuó diciéndole mientras se quitaba los pantalones y estiraba la mano para quitarse también el sujetador.

Adam abrió los ojos mientras veía como su madre tiraba el sujetador, se bajaba las bragas y también las tiraba fuera… Él la miró maravillado mientras ella se mostraba completamente desnuda, estirando su cabello hacia arriba en una cola de caballo para que no se mojara.

Ella saboreó la sensación de los hambrientos ojos de su hijo observando cada curva de su cuerpo y notó que su pene estaba mostrando también su apreciación positiva por lo tieso que lo tenía… Finalmente, entró en la ducha y cerró la cortina.

Se quedaron silenciosos uno frente al otro durante un momento, a escasos centímetros de distancia bajo el rociador de la ducha… Luego Lisa se inclinó para alcanzar el jabón y dejó que su pecho rozara su brazo… De pie en posición vertical, ella lo giró y comenzó a pasarle el jabón por la espalda y los hombros… Le pidió a su hijo que subiera las manos, cubiertas por el plástico, por encima de su cabeza, pudiendo así pasar sus manos para enjabonarlo por delante.

Esto hizo que sus pechos se apretaran contra su espalda jabonosa cuando sus brazos rodearon su torso y sus manos recorrieron sensualmente su pecho y su vientre plano y apretado.

Pasó el jabón aún más lejos y enjabonó su vello púbico… Sus dedos rozaron la base de su polla rígida y le masajearon sus huevos… Lisa podía sentirlo temblar y un gemido escapó de su garganta mientras sus manos se cerraban alrededor de su polla y la acariciaban a lo largo de toda su longitud.

Adam se volvió y sus tetas se aplastaron contra su pecho… Su erección presionó su vientre… Ahora, las manos de Lucy enjabonaron las apretadas nalgas de su hijo y sus dedos se adentraron en la peluda grieta para hacerle cosquillas en el culo… Una vez más, Adam volvió a gemir suavemente.

Lisa levantó la vista y sonrió ante el placer evidente en la cara de su hijo… Ella se movió arriba y abajo, acariciando su polla con sus pechos… Cuando Adam volvió a gemir y comenzó a hacer pequeños movimientos de empuje con las caderas, ella empujó sus pechos con sus antebrazos, encajonando su gran polla entre sus tetas.

Adam instintivamente meció sus caderas, jodiéndola entre los pechos con movimientos cada vez más deliberados… Miró hacia abajo, viendo cómo la cabeza morada y jabonosa de su polla sobresalía de las tetas de su madre con cada embestida que daba.

Luego, de repente, gimió, aplastando fuertemente las tetas de su madre contra su pecho y comenzando a tirar semen que le caía directamente en su rostro… Lisa se estremeció, pero Adam continuó disparándole chorros de esperma caliente y resbaladizo sobre su cara, cuello y parte superior del pecho… Finalmente terminó y se dejó caer contra la pared con un gemido de satisfacción.

Lisa lo miró, llena de semen en su cara y en su pecho… Levantó una ceja, dándole una mirada severa pero luego se rió ante la vergüenza que tenía el rostro de su hijo.

– “Lo siento mamá”, se disculpó… “No pude contenerme.”

– “Bueno… Al menos no me hiciste un estropicio”, dijo mirandose a sí misma… – “Menos mal que estoy desnuda… Si hubiera llevado mi blusa, si que estaría enfadada.”

– “Qué bien, no?”, respondió… Ambos estallaron en carcajadas.

Al encontrar el jabón en el fondo de la bañera, Lisa volvió a lavar el pene de Adam… Luego se levantó y enjuagó el semen de su hijo de su cara y su pecho.

Rápidamente se enjabonó y enjuagó su cuerpo mientras Adam se retiraba un poco hacia atrás mirando cómo se balanceaban sus pechos mientras lo hacía… Cerró el agua, echó hacia atrás la cortina de la ducha, salió de la bañera y agarró una toalla… Ella se envolvió alrededor de ella y luego ayudó a Adam a salir… Mientras lo secaba con otra toalla, ella levantó la vista y notó un ceño fruncido en su rostro.

– “¿Qué pasa, cariño?”, le preguntó, deteniéndose con la toalla en su pecho.

– “Nada, mamá” respondió, mirando hacia otro lado mientras su cara se sonrojaba levemente.

– “Bueno, debe ser algo”, dijo, alzando la mano para girar su cara hacia ella… – “Dime, cariño… ¿Es porque me bañé contigo?”

– “No, mamá”, dijo, ruborizándose de nuevo… “Eso me gustó mucho.”

– “¿Es lo que sucedió en la ducha?… ¿No te gustó?” preguntó ella, preocupada de que hubiera ido demasiado lejos haciéndole una cubana.

– “¡Oh no!”, respondió rápidamente… “Me gustó también mucho.”

– “¿Entonces que pasa?”

– “Es sólo… que esperaba que,… ya sabes,… como hoy”… Sus ojos se movieron evitando encontrarse con los de ella.

– “Oooh… ¿Querías que yo ‘te relajase’ de la misma forma que lo hice esta tarde?”,… suspiró Lisa con alivio.

Adam asintió… Finalmente ambos se miraron a los ojos.

Lisa le sonrió de manera tranquilizadora cuando comenzó a secarlo de nuevo.

– “Bueno… Tan pronto como te recuperes, no creo que eso sea un gran problema”… Ella movió la toalla hasta sus ingles y sintió su polla de inmediato comenzar a endurecerse y empezar a ponerse tiesa, como si enfatizara su declaración.

– “¿Entonces, lo harás?”, preguntó Adam ansiosamente.

Lisa soltó una risita cuando terminó de secarlo… Luego lo giró y le dio un pequeño empujón hacia la puerta.

– “Dame unos minutos”, dijo… “Ve y siéntate en tu cama y espérame.”

Después de que Adam se fue, Lisa se secó rápidamente, se cepilló los dientes y se fue a su habitación… Sentada desnuda en su tocador, se maquilló la cara, los ojos y se puso un lápiz labial rojo brillante…. Se estremeció cuando se imaginó a la gran polla de su hijo abriéndose camino entre sus labios pintados.

Ella soltó su cola de caballo y se sacudió su cabello castaño, cepillándolo rápidamente… Luego se roció con su perfume más sexy.

Dirigiéndose a su tocador, abrió el cajón de su ropa interior y sacó un liguero negro con volantes, enganchándolo alrededor de su cintura y girándolo en su posición correcta… Luego se puso un par de medias negras de red y se sentó en el borde de la cama para ponérselas… Cuando se levantó, se los abrochó a las ligas… Volvió al cajón y sacó un sujetador negro de encaje con medias copas que levantaban sus pechos pero dejaron expuestos los pezones y se lo colocó… Finalmente rechazó las bragas, dejando su coño al descubierto.

Antes de salir de la habitación se puso un par de zapatos negros con tacones de aguja de cuatro centímetros… Por último, sacó del armario una bata, también negra, que le llegaba casi hasta el suelo, pero tan transparente que realzaba su desnudez en lugar de cubrirla.

Como toque final, volvió a su tocador y abrió su joyero, sacando un par de pendientes de plata y piedras de cuarzo verde que colgaban unos dos centímetros por debajo de sus orejas y se movían y centelleaban con cada movimiento de su cabeza.

Estaba nerviosa… Se daba perfectamente cuenta que se había ‘vestido’ así para seducir a su propio hijo… Aunque pensaba que en realidad, no iba a hacer nada que no hubiera hecho ya con él, pero esta era la primera vez que había pensado en entregarse a él.

– “¿Mamá?” escuchó a Adam llamarla impacientemente desde la habitación contigua.

– “Ya voy, cariño”, le contestó, echándose una última mirada al espejo antes de salir corriendo… Se detuvo en el pasillo, respirando profundamente para calmarse y luego cruzó la puerta.

Adam jadeó cuando sus ojos se fijaron en su apariencia… Estaba sentado al costado de su cama con su polla medio dura colgando entre sus piernas separadas… Esa polla se puso rápidamente se puso tiesa mientras la miraba con asombro como si nunca la hubiera visto antes, a pesar de que ella había estado desnuda en la ducha con él hace unos minutos.

– “¿Valió la pena esperar?”, preguntó con una sonrisa, complacida con su reacción.

Adam asintió, incapaz de apartar los ojos de su cuerpo vestido con ropa interior… ‘Madre mía’, murmuró mientras ella giraba lentamente su cuerpo ante él para que la viese bien vista.

– “Eres hermosa, mamá”, le dijo, cuando finalmente sus ojos se encontraron con los de ella, tras haberle repasado su cuerpo con la vista.

– “Gracias, cariño”, le respondió su madre dándole una pequeña reverencia de gratitud… Ella miró hacia sus ingles y dijo: – “Veo que a tu amiguita también le gusto.”

Adam se miró a sí mismo y se sonrojó, pero no hizo nada para ocultar su órgano excitado.

Lisa frunció sus labios pensativamente y comentó:

– “Parece que necesita un poco de atención.”

– “Creo también, que sí”, respondió Adam con una sonrisa.

– “Hmm”… Lisa se acercó para pararse directamente frente a su hijo y le propuso:

– “¿Por qué no te acuestas y me dejas ver qué puedo hacer por él?”

Empujó suavemente a Adam hacia atrás, buscando las almohadas y deslizándolas debajo de su cabeza para que pudiera mirar… Luego lentamente se arrodilló entre sus piernas… Se inclinó hacia delante, dejando que sus pechos descansaran sobre sus musculosos muslos… Cogiendo su polla rígida en las puntas de sus dedos, la levantó y se inclinó hacia ella para darle un pequeño beso en la punta, lo que provocó un gemido de Adam… Inclinando su cabeza, comenzó a darle besos a lo largo de toda su longitud

Luego apartó su polla para poder lamerle sus huevos y hacerle cosquillas en la piel arrugada con la punta de la lengua antes de meterse el primer testículo grande y luego el otro en la boca y darles a cada uno, una suave chupada.

Dejando sus huevos, ella volvió su atención a su pene, lamiendo la parte inferior, dejando un rastro de saliva desde la base hasta la punta… Adam estaba gimiendo de deseo cuando su lengua alcanzó la parte inferior sensible de su glande.

Pasó un minuto entero lamiendo lentamente la pequeña grieta debajo de la pequeña rendija en la abultada cabeza de la polla de su hijo, mirándolo a sus ojos mientras él la miraba.

Manteniendo sus ojos fijos en los suyos, ella le dio una pequeña sonrisa, luego abrió sus labios rojos y lentamente se metió su pene palpitante en su boca… Adam gimió cuando ella engulló su polla, bajando, y bajando, hasta que todo quedó en su boca caliente, húmeda y absorbente… La cabeza de su polla era rítmicamente masajeada por los movimientos de deglución que hizo su madre mientras se deslizaba por su garganta.

Pero el coño de Lisa también estaba en llamas, lo que provocaba que ella se volcase más y más en satisfacer a su hijo… De rodillas, chupaba la hermosa polla de Adam con toda la habilidad que sabía… Había pasado mucho tiempo desde que le había dado a un hombre una buena mamada, sin embargo, no había perdido la destreza a juzgar por el éxtasis que se reflejaba en los ojos de Adam mientras ella comenzaba a mover la cabeza hacia arriba y hacia abajo con movimientos largos, lentos y absorbentes.

Después de unos minutos a un ritmo lento y deliberado, ella comenzó a moverse más rápido, lanzando miradas hacia la cara de Adam, viéndolo reaccionar con creciente pasión… Tenía la cara apretada y los dientes apretados mientras trataba de contener su corrida, para prolongar el exquisito placer que le daba la boca de su madre… Lisa aumentó el ritmo, moviendo su cabeza más y más rápido, determinada a conseguir ya la corrida de su hijo.

Adam gimió en voz alta, intentando aguantar pero Lisa decidió terminar con su resistencia y riéndose por dentro, metió su dedo índice derecho en el ano apretado de su hijo y lo movió mientras éste gritaba en una tremenda corrida… Ella siguió chupando, tragando su semen tan rápido como salia de su polla… Y la mantuvo en su boca hasta que lentamente comenzó a desinflarse y su cuerpo se relajaba poco a poco, agotado por la fuerza de una corrida tan tremenda.

– “¿Te gustó?”, preguntó su madre cuando finalmente liberó su boca de su pene.

– “Fue increíble”, contestó Adam.

Lisa se rió… Una semana antes habría llegado al cielo si lo hubiera escuchado usar esta palabra, pero ahora estaba feliz de haber sido capaz de complacerlo.

– “Bueno, te lo haré siempre vez que quieras”, prometió.

– “¿De verdad?”, preguntó Adam, sonriéndole… “¡Eso sería genial!”

– “Todo lo que tienes que hacer es pedírmelo”, respondió ella… Y poniéndose de pie, le conminó:

– “Y ahora, ponte bien en tu cama y duerme un poco.”

Adam se rió mientras se levantaba y gateaba mientras ella lo sostenía.

– “Estás jodidamente bien, mamá”, murmuró cansado, ya medio dormido mientras ella lo tapaba con la sábana.

Lisa sintió una cálida ternura por el cariño que sentía hacia él y se despidió:

– “Buenas noches, cielo”, le susurró mientras se inclinaba para besarlo tiernamente… – “Te quiero.”

– “Yo también te quiero, mamá”, murmuró mientras se quedaba dormido, agotado de tanta corrida que tuvo.

Continuará…

© yanine10 ([email protected])

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