Con sabor a Mar

Con sabor a Mar

?? CON SABOR A MAR ??

Era una noche preciosa de luna llena y el agua estaba a una temperatura ideal. El cielo era de un negro intenso y el firmamento brillaba en todo su esplendor. No había una sola nube y la brisa marina me refrescaba por todos los poros de mi piel. En la orilla se veían luces de pescadores aficionados y el ir y venir de las olas constituía un rumor acompasado tremendamente relajante. Olía a mar como a mi me gusta.

Camine por la playa a la luz de la luna, con mi vestido blanco ajustado a mi cuerpo y mi bikini negro, ahí estaba en el silencio de la noche. Decidí extender la toalla donde me llegaba hasta mi nariz el olor a sal, el ruido del oleaje y mi vista alcanzaba a ver ese velero. Cierro los ojos en ese intento de no recordar y dejar de pensar, pero es inevitable no recordar esa velada, que recuerdos…

Recordando…

Me levanté para tomar un baño, tenía mucho calor y necesitaba el frescor del agua para calmarme un poco, aunque con él al lado era algo imposible. El saber que era observada, hacía que me excitara mucho más. Como buena provocadora me quite la parte de arriba del bikini acariciando mi pecho y liberando una risa de pillina, pude ver por el rabillo del ojo como sonríes y con la mirada detrás de mi, siguiendo cada movimiento mío con total atención, por lo que me contoneo con descaro a cada paso para que no me pierdas de vista.

Mis pies rozaron la espuma de las olas y encogí los pies por el frío. De pronto sentí que alguien se aproximaba a mí. Noté un roce en mi hombro y la piel se me erizó. Siguió bajando por mi espalda, subió por la curva de mi trasero y bajó hasta la otra nalga para después volver a subir hasta el otro hombro. Apoyé mi cabeza sobre su pecho y dejé que continuara el roce por mi clavícula, bajando por un pecho, rozando el pezón varias veces provocándome un hormigueo en mi entrepierna. Siguió bajando por mi estómago, rodeó el ombligo y continuó hacia abajo, por mi pelvis, hasta rozar el clítoris. Hizo a un lado el bikini y su ágil dedo se introdujo en mi hendidura ya mojada y separé un poco las piernas para dejarle más acceso. Besó mi cuello y giré la cara para que se encontraran nuestros labios.
Me besó con ansia. Los dos bebimos el uno del otro, nuestras lenguas bailaban al unísono. Me giró y mis manos tocaron su cabello, mientras profundizaba más el beso. Él retiro su mano de mi entrepierna, para rodear mis pechos y acariciarlos.

Me susurro con ese tono: “Me encantas bonita”, tenía la voz ronca por la excitación que hizo estremecerme de placer. Recorrí mis manos por su torso sin dejar de besarle. Es alto y tenía que ponerme de puntillas, pero eso no me importaba. Lo tenía ante mí, besándome y acariciándome con ansia. ¿Dónde mejor que entre sus brazos?
Lentamente, nos fuimos introduciendo dentro del agua. Cuando nos cubrió hasta la cintura, mis manos entraron dentro de su bañador y acaricié con lentitud su pene erecto. Él siseó de placer y acogió en su boca uno de mis pezones. Lo succionó para después acariciarlo con la lengua. Le deje juguetear con mis pechos, mientras mi mano le daba placer, ¡Dios, me ponía a mil oír sus gemidos!

Mis piernas temblaban de puro placer y ya no aguanté más. Necesitaba sentir su miembro dentro de mí. Rodeé su cintura con mis piernas y mis brazos en su cuello. Era maravilloso tenerlo así de cerca, saborearlo, tocarlo, sentir la excitación que le provocaba mi cuerpo.

Él agarró con la mano su miembro y lo llevó a la entrada de mi sexo. Lentamente fue introduciéndolo en mí interior, provocando un dulce placer en mis paredes, haciendo que alzara mis pechos ante él y dejara caer mi cabeza hacia atrás.

Las olas movían mis cabellos, mientas él succionaba mis pechos y se adentraba más dentro de mí. Una vez estuvo por completo, me incorporé y comenzamos a movernos, friccionando mi clítoris en su pubis, entrando y saliendo su pene de mi sexo. Nos miramos un momento a los ojos y vi el placer en su rostro. Nuestros labios volvieron a juntarse entre jadeos. Él envestía con suavidad, lentamente, disfrutando del momento. Y yo me derretía de placer. Agarraba mi trasero y apretaba hacia él a la vez que su miembro entraba dentro mí. “Sigueeeee, no pares” le decía entre jadeos.

Mi orgasmo se acercaba por momentos. La fricción que me proporcionaba sus embistes era increíble y su lengua en mis pezones hacía que hormigueara mi clítoris el doble. No pude aguantar más y comencé a moverme más deprisa, necesitaba llegar al éxtasis cuanto antes.
Él notó mi ansiedad y no dudó en proporcionármela. Se agarró a mi hombro, mientras con la otra mano empujaba mi trasero hacia su pene. Era delicioso el placer que recorría mi cuerpo. Me hormigueaba toda la pelvis y el clítoris ya hinchado estaba a punto de explotar.
Comencé a sentir un ligero placer, seguido de otro más fuerte y potente por todo mi sexo y no pude contener el grito de éxtasis. Había llegado al orgasmo en cuanto él se movió más deprisa. Pero no me detuve, mi sexo estaba a punto de mojarse con su corrida. Comenzó a temblar y un desgarrador gemido de placer, salió de su boca.
No me soltó, siguió abrazándome mientras recuperaba el aliento con su frente apoyada en mi hombro. Nos miramos y nos lo dijimos todo, sellando los suspiros en un beso con nuestro abrazo, impresionante describir tantas sensaciones de ese momento, sin palabras y eso que no callo ni debajo del agua.

Las voces de los pescadores, los pasos acelerados de la gente y las primeras gotas de lluvia me devolvieron a la realidad… ¡Joooo!

Sólo decir…

Intenso el año que ha pasado, intensas las vivencias y enormes los cambios que imagino sentada en mi playa mirando el infinito mar que me regala su compañía.
Con la misma ilusión que pongo en cada paseo por mi playa, sigo adelante, unas veces dejándome llevar por el vaivén de las olas, dejándome sorprender, empapándome de sensaciones nuevas y otras con los pies en la arena, observando como muere la fuerza de su ola en la orilla… mi mar me enseña, a resurgir, a vibrar, a convertirme en furia o en una suave caricia…
Con este intenso olor a sal, me encanta recordar lo vivido con una sonrisa, que revitaliza alma y cuerpo, te invito a continuar, un año mas, paseando por mi playa… ¿Te vienes? te espero… “Con sabor a MAR”

? Sin fantasías que aburrida sería la vida ?

? Morena83 ?

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