Un nuevo comienzo

Un nuevo comienzo
Hola, me han ordenado que escriba mi historia. Soy una mujer liberal, cerca de los 30, con estudios y que tras una convivencia de cuatro años con un joven encantador, descubrí que era encantador con casi todas las mujeres que conocía. Yo trabajaba en una empresa con diversas sucursales y decidí aceptar un traslado a una ciudad donde reiniciar mi vida.
En la empresa tenía un cargo de responsabilidad con cinco personas a mi cargo , y una supervisora que revisaba mis trabajos. Era una mujer sobre los 50, ligeramente emtrada en carnes, muy elegante, y muy seria y puntillosa. Nadie envidiaba mi puesto que conllevaba mucho tiempo con ella aguantando sus palabras y críticas.
Llevaba más de un año trabajando cuando revisando unos papeles apareció una cantidad de dinero que no parecía ser de nadie, revisé varias veces las cuentas y seguía sobrando ese dinero. ¡Dulce tentación quedárselo!. Pero no lo hice, informe a Carmen, mi superiora la cual, como cabía esperar dijo que debíamos buscar su origen. Así pues, el viernes por la tarde, en lugar de iniciar el fin de semana me vi quedando con Carmen, sin duda me esperaba un largo fin de semana.
En estos casos o bien quedabamos en su casa o bien en un hotel de la ciudad. Ese día me pidió que la siguiese hasta una casa que tenía en la playa.
Revisamos varias veces los papeles, no paro de quejarse, protestar y echarme la culpa de aquel lío, pero no había ni rastro del origen de ese dinero.
-Podrías haberte quedado el dinero- me dijo
Sonrei y conteste: No creas lo pensé, pero…esto siempre se sabe.
Su contestación me dejo helada. -Ojala lo hubieses hecho, así ahora podría ordenarte que te desnudaras para mi. La mire a los ojos y sentí miedo ante lo que iba a decir. -En fin, yo lo pusé ahí.
Empezó a recoger los papeles con sus ojos clavados en mi cuerpo. Lentamente me levanté, desabroché mi vestido y lo dejé caer, quedándome con la lencería.
-TODO- gritó, y así lo hice. -Sabía que eras así- nadie tolerá mi trato tanto tiempo.
– No se porque lo he hecho, pero….
Se levanto y paseó junto a mi cuerpo, sus dedos rozaban mis pechos, hombros, cuello, estaba excitada, no sabía que quería, pero se que me gustaba esa situación.
-Vas a ser mi juguete, Rocio
– Nunca he estado con una mujer, Carmen
Al oirme me apretó con fuerza uno de mis pezones y no pude evitar lanzar un grito, Aqui no soy Carmen, aquí soy tu Ama, entendido?
Dije que si con la cabeza. Me cogió la barbilla y besó mis labios. -Hoy vamos a aprender muchas cosas, cariño. Me cogió de la mano y me sentó en el sofa. Se quito la blusa y los pantalones, mostrando un cuerpo cuidado vestido con una lencería muy sexy.
Se puso frente a mi y dirigió mi boca a su coño.-Ahora PUTA, cometeló como te gustaría que te lo comiesen a ti. Así lo hice y debí hacerlo bien porque se corrió muy pronto en mi boca. Aquello me gustó, me gustó la sensación y me gustó el sabor de su corrida.
Veo que te ha gustado, sabía que deseabas ser mi nena, me besó y acarició todo el cuerpo, jugo con mis pechos y pezones, con mi lengua y mi coño, no recuerdo las veces que me corrí entre sus toqueteos, besos e insultos.
¿Has disfrutado, perra?
Si, Ama
Bien, a partir de hoy tu vas a ser muy obediente conmigo
Bueno…. No pude seguir hablando, me abofeteó con rabia. Vas a obedecer y nada más, lo entiendes ahora?
Si, Ama
Perfecto, ahora ves a la cocina y prepara unos sandwichs, no te vistas, quiero ver mi pertenencia.
Fui a la cocina pensando en todo lo que estaba pasando, podría haber cogido la ropa e irme, lo pensé, pero, en verdad estaba disfrutando como nunca antes lo había hecho.
Así me converti en su sumisa, ya ire contando otras historías que hemos vivido en estos tres años

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