La sexentona

La sexentona
LA SEXENTONA.
No es una falta de ortografía, he querido enfatizar que mi experiencia de sexo a través de la red, fue con una mujer madura de sesenta años.
Recién incorporado a una red social, ahora que tenía tiempo libre, tras mi separación.
En uno de los grupos alguien estaba de cumple y por rutina la felicité. La felicitación fue por cubrir el expediente y sin más recorrido, ni me había fijado en la foto ni la edad. Cuál es mi sorpresa cuando me envía un mensaje por privado.
-Hola, gracias por la felicitación.- Dijo Loli
-De nada, y otra vez felicidades. Por curiosidad y sino es indiscreción ¿cuántos cumples?
-Estreno década 60 años.
-habrás tenido muchos regalos y felicitaciones.
-Que va nada, hoy me he quedado solita. Me voy a tomar el postre yo sol. ¡ay! que tristeza.
-Pues yo en nada salgo al centro comercial a recoger un paquete y ya me quedo libre.
-Yo vivo cerca, tomamos un café, sino te m*****a acompañar a esta viejecita. Sesentona.
-Vale, por mi encantado, un café en que cafetería “XXX” ¿y como te reconozco?
-Sé cuál es. Te espero al fondo, siempre hay sitio.
Y con la misma me aparece una invitación de cámara web; acepté y allí estaba una señora madura, de pelo corto rubia y con una blusa blanca transparente bajo la que se adivinaban un sujetador rojo.
-¡Hola! Se te ve muy guapa y elegante
-Bueno ahora serás capaz de reconocerme iré vestida así.
-En una hora más o menos tendré la compra echa, la dejo en el coche y subo a la tercer planta, espero no retrasarme.
-Nos vemos.
Llegué a la cafetería casi 20 minutos más tarde, la cafetería estaba casi desierta, pero al fondo había una cabecita de pelo corto rubio de espaldas, me acerque a ella y la saludé.
-Hola, disculpa por el retraso, pero creo que me he liado más de la cuenta haciendo la compra en el hipermercado.
-No importa, gracias por venir, creí que me daban plantón el día de mi cumple.
Después de unas cervezas y conversación le dije de irme, que se estaba haciendo tarde.
Ella me dice: Vale, nos vamos si quieres. Yo vivo cerquita si quieres puedes venir a tomar a mi casa un trozo de tarta y algo más, y dejas el coche en mi parking.
Al decir esto se había abierto la chaqueta y podía ver que llevaba puesta la misma blusa blanca transparente sobre la que se marcaban dos pezones inmensos y unos senos caídos pero sugerentes.
Durante el camino me contó cosas de su vida.
En el ascensor estuvimos en silencio, su chaqueta abierta mostrándome la trasparencia de su blusa sus pezones y sus senos.
Al entrar en su casa se quito la chaqueta y me dijo de acompañarla directamente al su dormitorio.
-Follar en la cocina o en el salón está muy bien, pero a mi edad prefiero la comodidad de una cama. Porque has venido para follar conmigo.
Nos estuvimos besando y acariciando, allí tumbados en su cama acaricié cada trocito de su piel, que suaves y sabrosos aquellos enormes senos, con unas grandes aureolas sonrosadas.
Pero Loli tenía prisa, se había quitado la falda y sus bragas.
-Fóllame que llevo toda la tarde mojada esperando tu polla, vamos; yo te pongo el condón.
Con que rapidez abrió el sobrecito y me lo puso, me arrastró encima de ella
Le levanté las piernas hasta ponerlas sobre mis hombros y la ensarté, le metí la polla sin miramientos, toda de un golpe.
-Cabronazo, pero sigue no te detengas.
Y comencé un frenético mete-saca, mientras ella se agarraba a las sabanas diciendo: sigue, sigue, cuando noté mi pronta corrida, me moví incluso más rápido, dejándome caer sobre ella al correrme.
Sin esperar a que se me aflojase, me sujetó el pene son su mano rodeando el condón y me lo retiró, lo dejé en la mesita de luces y se puso a lamérmelo, y chupármelo, y consiguió que estuviese de nuevo listo.
Esta vez Loli me cabalgó a mí, se fue metiendo poco a poco el pene en su culo.
-No te muevas, déjame hacerlo a mi, siempre he querido saber que se siente al tener una polla en el culo, pero mi marido es un clásico y nunca ha querido.
Se fue dejando caer suavecito hasta tenerla toda dentro de su culito, y se quedó unos instantes quieta. Yo pensando que igual necesitaba un lubricante, pero mi polla estaba aun pringosa. Luego comenzó a subir y bajar, despacito para ir un poco mas rápido, yo notaba su esfínter apretándome, y más rápido. Pero pronto se cansó, le dije de ponerse a cuatro patitas para hacerlo a lo perrito y se la colé de nuevo en su culo y a empujar hasta correrme en su culo.
Loli no podía más, tardamos un buen rato en recuperar el aliento.
-Ha sido mi mejor regalo de cumpleaños en la vida, ¿te atreves a meterte ahora en la ducha con esta viejecita….
Nos metimos en la ducha bajo un chorro de agua tibia , Loli tomó una pastilla de jabón y se puso a frotarme la espalda, metiendo sus manos entre mis nalgas, llegando hasta mi escroto y acariciándomelo.
Me giré y se puso a enjabonarme la el pecho, la barriga y al llegar a mi zona intima se deleito jugando con mi pene, descapullándolo y rozando el glande con las uñas, y luego los testículos.
Yo reaccioné ante sus caricias con una nueva erección algo más floja, el agua tibias seguía cayendo sobre nuestros cuerpos desnudos.
Intenté acariciar sus senos, sobre los que sobresalían unos pezones ahora levantados, pero Loli me rechazó diciendo:
-Tu quietecito que por ahora no te toca más que recibir tu merecido postre.
Cerró el grifo de la ducha y se arrodilló cogiendo el pene entre sus dedos y comenzó a retirar la piel del glande para luego volver a cubrirlo, metiendo sus dedos entre el glande y la piel. Luego ya con la lengua comenzó a lamerlo, mientras con las manos me acariciaba los testículos y los muslos. Mi pene agradecido fue recuperando su vigor, y ponerse duro de nuevo. Se lo metió en la boca y se puso a follármelo con sus labios, adentro, afuera, adentro, afuera..
Yo me agarraba como malamente podía a la ducha, ahora se incorporó un poco quitándose mi polla de la boca, para meterla entre sus senos y comenzar a masajeármela entre ellos, que sensación más cálida y agradable, yo puse un poco de energía de mi parte, embistiendo sus senos y llegando hasta sus labios donde era recibido con un lametón de su lengua, así estuvimos hasta que me corrí entre sus pechos y salpicando su cara.
Loli engulló mi pene ya flácido y dentro de su boca la lengua le dio un repaso todo alrededor, provocándome un segundo orgasmo y corriéndome en su boca, casi se atraganta con el semen recibido por sorpresa.
Ahora fue mi turno en la ducha, con la pastilla de jabón comencé a enjabonarles la espalda suavemente, hasta llegar a sus nalgas y a meter la mano y la pastilla de jabón en su canal, deslicé uno de mis dedos en su culo y lo introduje y lo quité varias veces, haciéndolo girar al tiempo.
Loli comenzó a dar gemidos, así que le retiré el dedo y seguí enjabonando, pero ahora con mucha suavidad, fueron sus senos los que recibieron las caricias y el jabón, me demoré acariciando los senos, los pezones, de nuevo los pezones. Retiré el jabón con la mano y acerque mi boca para volver a chuparlos, recorrerlos con la lengua y succionarlos sucesivamente, ahora uno ahora el otro.
Ya luego bajé con el jabón hasta su barriguita y su muslo, al llegar al mismo me hizo parar.
-Mejor ahí sin jabón que luego se me irrita.
Abrí el grifo de agua, seguía saliendo templadita y con mis manos fui acariciando su cuerpo, con la disculpa de retirar el jabón. Ya luego mis manos se apoderarón de sus muslos, pero Loli me llevó la mano directamente a su vagina, la cual estuve acariciando, apretando y subiendo y bajando mis dedos entre sus labios grandes, descubrí lo que ya me había imaginado mientras follábamos: un gran clítoris.
Así que ahora era mi turno de arrodillarme y comenzar a besarlo y jugar con mi lengua recorriéndolo, haciendo círculos. Ahora era Loli la que intentaba sujetarse en la ducha. Metí primero uno de mis dedos en su concha, y luego otro para follarla con la mano. Estaba mi sesentona totalmente despatarrada en la ducha, con la mano libre busqué su esfínter anal y metí de nuevo mi dedito en él.
Loli estaba ahora llena, su clítoris bajo la acción de mi lengua y sus agujeritos rellenos de dedos. De repente me empujó lejos y se dejó caer al suelo temblando, jadeando y suspirando.
Ya luego nos vestimos y me invitó a una copa de cava y un trozo de su tarta de cumpleaños, mientras devoraba el postre y la bebida, la llamó su esposo al móvil para felicitarla por su cumpleaños y decirle que le había dejado su regalo escondido en el cajón de la cómoda, para que no lo echase en falta ese día..
Me dio su teléfono y casi todas las semanas recibo una foto suya, supersexy ligerita de ropa o desnuda. La semana pasada me envió un vídeo suyo jugando con un regalito especial que le hice luego por su cumple .

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