Del chat a la vida real …

Del chat a la vida real …
La conocí en un chat.
Debo decir que los chats me dan un morbo especial, realmente puedo llegar a calentarme mucho y cuando además lo trasladas al mundo real y te encuentras a una persona maravillosa, sinceramente, pocas experiencias veo mejores.
Empezamos a chatear y a ponernos calientes, Nerea es simplemente espectacular, una mujer de bandera con un cuerpazo increible, tetas de cuento de hadas y una sonrisa capaz de ponerte en modo sumisa al instante.
Ya desde el primer momento hubo una conexión especial, nos buscábamos, nos esperábamos, yo pensaba en ella fuera del chat …
Por supuesto casi todas las charlas acababan igual, corriendonos como locas y disfrutando desinhibidas la una de la otra.
Nerea trabajaba en una zapatería y eso me dio una idea que no dejaba de rondarme la cabeza. Y la puse en práctica.
Pillé un vuelo de avión, me organicé para poder pasar un par de días fuera y aún sabiendo el riesgo que conllevan estas cosas me lancé y fui al encuentro.
Ella no sabía nada. La noche anterior nos habíamos despedido como las últimas, deseandonos dulces sueños despues de habernos sacado todos nuestros juguitos.
Tenía la dirección y más importante la decisión.
En el vuelo estaba nerviosa como una niña chica, yo le había contado todo, que era trans, le había mostrado fotos reales, ella a mí, nos deseabamos tal como éramos y habíamos llegado a conocernos con una intensidad si cabe mayor que con alguien a quien hubiese conocido fuera del chat.
A las pocas horas me encontraba en una terraza justo enfrente de la tienda. Totalmente excitada, alterada, sin dejar de mirar al local tratando de verla. Y la vi.
Allí estaba, como una diosa entre mortales, preciosa, me parecio que tenía un aura especial de tanto que la adoraba.
Con un vestido corto, escote generoso, no paraba de decirme que le gustaban mucho sus tetas y que no sabía llevar nada sin escote y debo decir que siempre agradecí eso. Sus piernas largas inacabables y los zapatos divinos de tacón alto que estilizaban aún más esas pantorrillas que tantas veces había lamido virtualmente.
Yo llevaba una falda tejana por encima de la rodilla, un top azul marino sin bra dejando mi ombligo al aire y también escotado.Creo que me hacía un canalillo muy sexy. Sandalias de tacón alto que estrenaba, compradas especialmente para impresionar a una experta en zapatos, jiji.
Y así estaba buscando fuerzas para cruzar la calle cuando no se me ocurrió otra cosa que ir al baño, quitarme el tanguita y meterlo dentro del bolso. Esa fa

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