Después de mi Divorcio 2

Después de mi Divorcio 2
Vino el de la inmobiliaria a casa, hizo fotos… etc, etc y Ramón me invitó a comer en un restaurante cerca de nuestra casa, la verdad es que apenas hablamos de la reunión que íbamos a tener en su casa exceptuando que dijo que finalmente iban a venir dos amigos con los que solía verse y que lo iba a pasar muy bien. Aunque eran como él en cuanto a sus preferencias, bisexuales pero con más tendencia a jugar con hombres, también dijo que aunque no frecuente, cuando se unía una mujer al grupo era un morbo añadido y la temperatura subía muchos grados. Ambos venían desde Murcia, Javier y Andrés y tenían 26 y 43 años respectivamente, volvió a insistir en que lo iba a pasar bien.
En ningún instante se me pasó por la cabeza lo que iba a hacer, la verdad no; era la primera vez que iba a hacer algo semejante y estaba tan caliente que no pensaba que visto en mi hasta entonces forma de vida no era normal lo que iba a hacer; lo normal cuando se hace esto por primera vez es que surja en una reunión de amigos y te dejes llevar por la situación o algo semejante, pero en este caso todo estaba muy meditado y preparado de antemano y lejos a amedrentarme miraba el reloj esperando que dieran las cuatro y media y los minutos se me hacían horas.

Regresamos a casa de Ramón antes de las cuatro, faltaba más de media hora para que llegaran sus amigos, primero se desnudó él y se puso una tanga de cuero negro con una cremallera en el centro y recolocándose la polla para que estuviera totalmente oculta bajo la prenda. Siempre pensé que los hombres estaban ridículos con esa ropa interior pero la verdad era que Ramón tenía un cuerpo con unas nalgas tan firmes que mirándole por detrás bien podía parecer que tenía 25 o treinta años menos. Subimos al piso superior, donde están los dormitorios; estaba el suyo y otro más pequeño donde evidentemente tenía sus encuentros. Dos camas individuales estaban juntas formando una sola de buenas proporciones, sobre una cómoda podía haber más de treinta pollas de plástico y vibradores de todo tamaño (algunos enormes desde mi punto de vista) y colores aunque predominaba el negro, una percha con varias prendas fetichistas de cuero y látex y sobre otro mueble una televisión de pantalla extremadamente grande para el tamaño de la habitación. Me pidió que si llevaba una tanga de ropa interior me quedase solo con ella y tras buscar entre docenas de cajas parece ser que encontró la película que estaba buscando: dos hombres con una mujer que miraba como tenían sexo entre ellos masturbándose o les encelaba con un vibrador mientras se la mamaban entre ellos.
Intuí con todo esto lo que me esperaba y cada vez me sentía más excitada, de todos modos por si no era suficiente Ramón miró el reloj calculando cuanto quedaba para que llegasen Javier y Andrés y se inclinó para lamer mis pezones.. le apreté la cabeza contra mi pecho, estaba mojando otra vez, tras unos minutos cayó en la cuenta y alcanzó un spray y con su dedo depositó crema bajo la tira de mi tanga, justo en mi ano, lo dejó sobre una mesita junto a la cama y dijo que estaba ahí por si a lo largo de la tarde lo necesitaba.

Llegaron más o menos puntuales, tras las presentaciones Ramón preparó unas bebidas y subimos a la habitación; yo estaba expectante, no sabía como funcionaban estas cosas y decidí esperar sin tomar ninguna iniciativa aparte de sonreír a unos y otros como una bobalicona, se desnudaron, ambos llevaban también tanga y estaban totalmente depilados, Ramón encendió el TV con la película que antes me había mostrado y nos sentamos sobre la cama apoyando la espalda en el cabecero, yo estaba sentada entre Ramón y Javier, el más joven de todos, Andrés estaba sentado junto a Ramón y con los primeros dos minutos de vídeo las manos de todos revoloteaban en el cuerpo que tenían más cercano. La mano de Javier se había posado en mi muslo y poco a poco iba avanzando hacia mi sexo, pensé entonces que él tenía menos años de los que yo le llevaba a él, 27 y como si fuera una experta en ese tipo de encuentros me decidí a poner la mano sobre su polla y luego meterla entre la tanga y acariciarle directamente; Javier exhaló un suspiro y empezó a lamer mis pechos mientras su mano, ya más decidida separaba la fina tira de mi tanga y hurgaba entre mis labios vaginales. Empecé a masturbarle pero él me sostuvo la mano tratando de que fuera más despacio, supongo que no quería correrse demasiado pronto. No prestaba atención a Ramón y Andrés aunque les sentía moverse, Javier continuaba tocando mi coño mientras yo le masturbaba despacio y metió la otra mano bajo mis nalgas haciéndome sentir su dedo alrededor de la aureola de mi ano; me ahuequé levemente para facilitarle las cosas mientras acerqué mis labios a los suyos para besarle, el gel que antes había puesto en mi ano Ramón resultó efectivo: di un pequeño respingo cuando unos centímetros del dedo de Javier se introdujeron como sin querer en mi ano, sentí una especie de quemazón y algo diferente y quizá desagradable al principio pero en pocos segundos me sentí mejor y aunque la sensación de quemazón continuaba también tenía sensaciones agradables, sobre todo porque al menos dos de sus dedos de la otra mano estaban haciendo chapotear mi ya muy mojado coño. Era mi manera de decirle que me gustaba, metí la lengua totalmente en su boca y aceleré el movimientos de mi mano sobre su polla, noté como empujaba su dedo tratando de entrar más en mi culo pero temiendo otra m*****ia que me cortara apreté mis nalgas contra la cama aprisionando su mano y evitando que entrara más, luego separé levemente mis labios de los suyos y le susurré que nunca mi había metido nada “por ahí” y necesitaba tiempo para acostumbrarme; volvió a besarme metiendo la lengua en mi boca y luego se separó unos centímetros para susurrarme: “es lo más, te va a gustar, te lo dice un experto… ”

Ramón y Andrés se movían demasiado y este último cada vez jadeaba más escandalosamente, volví la cabeza hacia ellos y me encontré con el espectáculo más morboso que nunca hubiera podido imaginar: Ramón continuaba sentado con la espalda apoyada en el cabecero de la cama y sus piernas estiradas, Andrés se había sentado sobre él dándole la espalda y con sus manos apoyadas sobre las rodilla de Ramón que tenía las suyas sobre las nalgas de Andrés y controlando sus movimientos miraba como su polla entraba y salía del culo de éste. Era la primera vez en mi vida que presenciaba algo así y conociendo el tamaño de la verga de Ramón me parecía imposible que la tuviera metida hasta la empuñadura. Entre jadeos y con palabras entrecortadas Andrés decía palabras y frases inconexas describiéndole como le gustaba y lo bien que le follaba.
Empujando con su mano mi espalda Javier me aproximó con él a ellos y me hizo inclinarme con él junto a la verga de Andrés, le lamió el tronco y luego se metió la polla en la boca, se la mamó unos segundos y sujetándola con la mano me miró y comprendí que quería que también yo me aproximara a ellos. No podía verme, pero solo pensar lo que estaba haciendo me tenía al borde del orgasmo: Javier y yo, cada uno por un lado pasábamos nuestras lenguas por el tronco de Andrés y alternábamos profundas mamadas mientras él continuaba disfrutando de la verga de Ramón en sus entrañas, Javier puso su mano sobre i cabeza guiándome en la mamada que estaba haciendo a Andrés, él, de rodillas sobre la cama se fue moviendo hasta colocarse a mi espalda entre mis piernas, pasó la palma de la mano abierta entre mi coño y noté la punta de su verga rozando mis labios vaginales, me moví ligeramente separando más mis nalgas y le sentí entrar dulcemente…. ¡Dios! que maravilla de instante; uno de sus dedos acariciaba mi aureola mientras me follaba y oi a Ramón que le dijo: “toma, ponla un poco de esto” . Era el gel lubricante, noté perfectamente como lo depositaba en mi ano antes de volver a sentir otra vez esa quemazón que poco a poco se transformaba en algo distinto y agradable.
Era como una rueda sin fin, Ramón la tenía metida en los más profundo de Andrés y yo, a cuatro patas, se la estaba mamando a éste, entre tanto, Javier, me estaba follando lentamente y a la vez había logrado meter buena parte de un dedo en mi culo y entraba y salía con él lentamente, tuve un primer e intenso orgasmo, echaba mis nalgas hacia atrás como si buscara una penetración más profunda de parte de Javier y él aceleraba su ritmo. A partir de ese instante no puedo saber si transcurrieron diez, quince, veinte minutos o más, sinceramente no lo sé. Recuerdo que Andrés me dijo: “¿te gusta tragar?” por toda respuesta intensifiqué los movimientos de la lengua alrededor de su capullo y aumentó la cadencia de sus jadeos, de repente empezó a correrse y su esperma golpeaba en mi paladar, cerré fuerte los labios alrededor de su falo tratando de que no escapara nada, su corrida era tan abundante que tenía que tragar porque no cabía en mi boca. Con pocos segundos diferencia Javier aceleró sus golpes de riñón y soltó una exclamación a la vez que su polla escupía toda su descarga dentro de mi, continuó bombeando y estaba apunto de correrme otra vez cuando en un brusco movimiento su polla salió de mi, Andrés se había separado de Ramón y estaba tendido sobre la cama como si no pudiera más y Javier continuaba a mi espalda con una mano entre mis nalgas y la otra zarandeándose la polla como si quisiera ponerla dura otra vez; el único que no se había corrido era Ramón que nos miraba sonriendo mientras se limpiaba la polla con una toallita húmeda y como ruido de fondo los gemidos de la película del TV. Ramón abandonó su posición en la cama y se dirigió a mi, me echó boca arriba y separando mis piernas noté como su polla se abría paso en mi coño, siendo la polla de Javier perfectamente normal en todos los sentidos notaba gran diferencia al sentirle entrar a Ramón; me folló durante unos minutos, el tiempo suficiente para acabar lo que Javier había dejado a medias y salió de mi sin correrse, me parecía imposible la capacidad de Ramón para aguantar tanto tiempo sin eyacular. Sin permitirme cambiar la posición Andrés metió la cabeza entra mis piernas lamiendo mi coño, Javier se arrodilló junto a mi cara y puso la polla entre mis labios y Ramón, tumbado de lado sobre la cama nos observaba acariciándose despacio; mis jadeos indicaban que estaba otra vez a punto de tener otro orgasmo, Ramón volvió a meterse entre mis piernas apartando a Andrés y otra vez entró en mi de golpe, no fueron necesarios más de tres minutos para que volviera a correrme como una cerda y volvió a salir de mi otra vez sin correrse, entretanto, benditos veintiséis años, Javier se había puesto duro otra vez y ocupó el puesto de Ramón de inmediato, otra vez tenía una polla dentro y veía como Andrés se la machacaba y parecía que también comenzaba a recuperarse. Nuevamente estábamos como al principio, los tres estaban duros como una roca y yo comenzaba a perder la cuenta de las veces que me había corrido.

Con cuatro personas moviéndose como nosotros en una habitación tan pequeña aquello se había convertido en una sauna, Ramón abrió una ventana y descansamos unos minutos sentados sobre la cama bebiendo zumo, era la primera vez en mi vida que tenía a tres hombres duros frente a mi, nunca hubiera imaginado lo diferentes que son todas las pollas e hice un comentario al respecto haciendo hincapié en la diferencia de tamaño de la de Ramón con las de los otros. El más gráfico fue Javier, dijo que aunque más m*****o los primeros segundos era mucho mejor para su culo una polla grande, sobre todo gruesa y Andrés coincidía con él; a mi me parecía imposible que una polla como la de Ramón pudiera entrar en el culo de alguien pero disiparon mis dudas mostrándome los vibradores y plugs que Ramón tenía sobre la cómoda algunos de ellos monstruosos. Ramón dijo que nunca había tenido problemas para follar a un hombre pero sin embargo si los había tenido con alguna mujer a la que no había podido penetrarla totalmente. Javier insistía en que tenía que probar el anal y puesto que era el menos dotado de los tres se ofrecía a ser el primero…. no pudimos evitar reírnos los demás; dijo que tenía 16 cm y no era muy gruesa, le pregunté a Andrés por su tamaño y dijo no saber pero aproximadamente 18 cm, riéndose, Ramón puso uno de los plugs gigantescos al lado de su polla, la verdad es que era un poco más largo que su polla aunque bastante más grueso y cuando ya muy curiosa le pregunté respondió que casi 27 cm y unos seis de diámetro, de grosor -dijo- es igual que una lata de cerveza. No se me hubiera ocurrido hacer semejante comparación pero entonces comprendí el porqué cuando traté de mamársela la primera vez tuve que conformarme con lamer y meter en la boca solamente el glande.

No sé como ocurrió pero de repente estaba echada sobre la cama y las manos de los tres estaban por todo mi cuerpo, el más hábil o activo era Javier, había metido su cara entre mis piernas y me comía el coño y el culo casi agresivamente mientras Ramón lamía mis pechos y Andrés frotaba mi clítoris con sus dedos cuando la lengua de Javier le dejaba sitio y yo solo pensaba en que no parasen. Fue Ramón quien tuvo la idea, me hizo poner a cuatro patas sobre el borde de la cama y poniendo gran cantidad de gel lubricante en mi ano preguntó quién quería ser el primero para luego intentarlo él; supe entonces que Andrés jamás había penetrado a una mujer, declinó la oferta en favor de Javier, Andrés estaba con mujeres en casos como este pero era totalmente pasivo, cada vez que intentan meterla dijo que se le bajaba, le gustaba que se la chuparan pero jamás había penetrado a nadie. Ramón había dejado de lado las delicadas maneras que había tenido desde que estuvimos juntos por primera vez, cuando ponía el gel empujaba con su dedo para meterlo lo más dentro posible y ahora lo hacía como si tuviera prisa o estuviera más excitado, en uno de esos empujones su dedo entró repentinamente en mi provocándome dolor y me quejé por ello, en lugar de sacarlo pasó la otra mano por mi coño y con dos de sus dedos a modo de pinza frotaba mi clítoris. Andrés estaba sobre la cama de rodillas como si estuviera sentado sobre sus piernas aunque éstas las mantenía algo separadas, observé entonces que se estaba sentando sobre un plus negro de silicona no sé si largo pero si extremadamente grueso, mucho más que la polla de Ramón, estaba frente a mi, a menos de un metro y cuando terminó de metérselo apareció una sonrisa de satisfacción en su rostro y comenzó a masturbándose mirándome a la cara.
Ramón sacaba su dedo muy despacio de mi ano, antes de que saliera del todo volvió a echar gel y noté la polla de Javier rozando los alrededores, era Ramón quien le iba guiando y nada más sacar el dedo Javier apoyó el glande estando mi ano todavía dilatado y acertó a meter un poco, no me m*****ó, se quedó quieto unos segundo y con sus manos abiertas apoyadas en mis nalgas presionaba hacia abajo al tiempo que muy despacio empujaba; creo que no lo esperábamos ninguno, aunque empujaba muy despacio de repente ocurrió como si una barrera invisible se abriera y sin pretenderlo de repente se metió totalmente dentro de mi. En honor a la verdad no sentí ningún dolor, solamente un ligero escozor a la entrada del ano y una terrible sensación de sentirme llena y desear expulsarlo, igual que cuando tienes la urgente necesidad de ir al baño a hacer de vientre.
Ramón le advirtió de que no se moviera, puso su mano bajo mi vientre y las deslizó despacio hasta mi sexo y con la palma de la mano me frotaba el coño muy despacio, luego le dijo a Javier que me follara muy lentamente teniendo cuidad de que no se saliera del todo en una de sus embestidas…. notaba perfectamente como polla de Javier limaba las paredes de mi ano moviéndose de dentro afuera y viceversa, me iba a correr de un momento a otro y no era por la mano de Ramón en mi coño. Andrés se la pelaba cada vez con más intensidad y le gritó a Ramón. “métesela, fóllale tu a él….” Ramón bajó de la cama y se puso a la espalda de Javier moviéndose tras él, éste se mantuvo quieto unos instantes, dentro de mi pero sin moverse, y de repente sentí que los empujones eran cada vez más violentos. ¡hostia que bueno! gritó Javier, no podía verlo, pero estaba segura que Ramón se la había metido y eran sus empujones los que yo estaba recibiendo con la polla de Javier, Andrés subía y bajaba con el plug dentro y se masturbaba violentamente gruñendo. Traté de acercarme a Andrés pero me tenían tan fuertemente sujeta que no pude, él entendió cuales eran mis intenciones arrastró sus rodillas hasta ponerse a mi alcance y me metí su polla en la boca, él dejó de masturbarse poniendo sus manos sobre mi cabeza y moviendo su pelvis de manera que se follaba con el plug y también era como si estuviera follando mi boca.

Por segunda vez Andrés se corrió en mi boca con un gruñido, no tan abundantes como la primera vez pero desde luego buenas descargas de esperma, nunca hubiera imaginado lo cachonda que me pone tragar; fuera porque había llegado su momento o porque vio a Andrés el caso es que Javier también se vació con un gritos segundos después. Es completamente diferente que se corran en tu coño a que lo hagan en el culo, notaba nítidamente cada descarga de Javier al fondo de mis intestinos y como el flujo de mi vagina se deslizaba entre mis piernas que flojeaban; pero tampoco tuve reposo. Pocos segundos después de correrse Javier se fue deslizando despacio fuera de mi y volví a notar el roce de un falo a la entrada de mi ano, aunque me sentía dilatada, al salir Javier tuve durante unos segundos la sensación de que se iba a escapar caca de mi culo, ahí estaba la polla de Ramón que empujaba sin lograr entrar en mi mas que apenas la punta de su capullo, Con una mano me sujetaba por la carrera y con la otra sujetaba su polla puesta a la entrada de mi ano y le sentía empujar…. por fin me abrí, no era dolor lo que sentía pero sí un fuerte escozor alrededor de la aureola a medida que sentía como iba entrando cada milímetro de su polla, el escozor que sentía se mezclaba con una extraña sensación de plenitud y de estar llena, si hubiera tenido que definir lo que sentía en ese momento no sabría decir si era una inmensa m*****ia por el escozor o una extraña y nueva sensación de placer extremo, por un momento era como si tuviera supla dentro de mi estómago y como no lo había sentido nunca dentro de mi coño la notaba palpitar dentro de mi, el vientre de Ramón estaba pegado a mis nalgas y aunque sus pollas estaban flácidas tanto Andre´s como Javier se la pelaban mirándonos, Ramón se movió despacio dentro de mi de adentro afuera un par de veces y exclamó: “la tienes toda dentro, que calentito y que prieto está….. me vas a hacer correr puta, hummmmm…. no me aguanto, me voy a correr…. ¡joder que puta tragona eres! me voy a correr, me corro….. ¡hostia!…. me corro….” Apretó su pelvis contra mis nalgas haciéndome sentir un fuerte pinchazo en el vientre y empezó a vaciarse, por mi espalda corría un calambre que terminaba en mi nuca y se reflejaba en intensos espasmos en mi vulva que hacían que mi flujo saliera del coño casi como una fuente, era coméis me estuviera orinando; se mantuvo dentro de mi hasta que su polla fué perdiendo rigidez y salió sola pero esto tardó en producirse unos diez minutos y en ese tiempo no estoy segura si tuve otro orgasmo o continuaba siendo el mismo. Me dejé cae sobre la cama con los brazos en cruz, rota pero enormemente satisfecha, no podía más, me resultaría imposible follar otra vez pero mi cabeza quería empezar otra vez.

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