La primera vez como pasivo

La primera vez como pasivo
Eran las 18 horas de uno de esos días nublados que no sentís mucho frío pero el calor escasea, aburrido dejé a mi socio trabajando en la oficina con unos presupuestos, salí con la excusa de hacer trámites pidiéndole que cerrara, ya que no regresaría hasta el día siguiente, me dirigí a un ciber cercano a chatear en dos de los canales de mi ciudad, uno general y otro gay.
En mis primeras ocasiones cuando quise probar que se sentía estar con otro, sólo me animé a los clásicos “touch and go” con tiempos mínimos, en los que al conocer a la otra persona y tener la sensación que hay piel llegaba a franeleár, besar, algún toqueteo pero no pasaba de un 69, aunque en tres ocasiones de estos encuentros, me pidieron penetrarlos, acción que no les negué.

Como es casi costumbre en los chats, al contactar con alguien seguís un “formulario virtual” con las mismas preguntas. Creo que, llama mas la atención cuando hay una encuesta mas original. En vez de interesarte en un segundo, conocer la búsqueda de la otra persona se puede llegar a saberlo de una forma mas interesante. Entiendo que muchos intentan concretar rápidamente, sin embargo me parece que una buena charla con algo de seducción y comprensión, ayuda a conocer el perfil del otro sin aburrirse.
Tener sexo después de chatear en pocos minutos, con personas totalmente desconocidas, no es mi estilo, pero éste día, mi novia estaba de viaje y me dieron ganas de hacer algo con otro.
Al conectarme, estuve un rato entretenido charlando en la sala general, hasta que soy contactado por un nick apodado “benjamín”, quien me cuenta que, recién llegaba del trabajo a su casa y quería conocer a alguien para hacer algo esa noche ya que un amigo con quien compartía el departamento, había viajado por una semana. Él se encontraba solo, igual que yo, con ganas de liberar el libido.

Mientras íbamos conociéndonos, se describió como una persona tranquila, discreta, bisexual, siete años menor, morocho, pelo corto, ojos marrones, 170 centímetros de estatura, con poca experiencia entre hombres, de contextura normal, no era de esta ciudad pero intentaba establecerse, por eso compartía el alquiler con un amigo de su lugar nativo. También me comentó que era tímido, no tenía muchos amigos, tampoco era de salir a lugares de ambiente. Tanto su cuerpo, como la forma de expresarse eran similares a mi perfil corporal y de búsqueda.
Entre nuestras preferencias existía la idea de pasarla bien con alguien que por mas de estar con otro hombre no perdiera la condición de tal, en un marco de respeto e higiene. Éstas coincidencias nos hicieron sentir cómodos y acordé ir a su casa a las 22:00.

Rondaba en mi cabeza sentirme penetrado, ya que una noche de verano contraté un travesti para que me practicara el sexo oral y al mismo tiempo me fue introduciendo muy lentamente un dedo, hasta que acabé en su boca cuando sentí que eran dos. También alguna que otra vez, en momentos de calentura, estando sólo, había probado meterme algún dedo como así el mango de un cepillo lo cual esos roces con las “paredes anales” me producían placer que me generaban deseos de probar alguna vez, tener un rol mas pasivo, opuesto a las anteriores.
Mientras me daba un baño, empecé a prepararme, lubricando con saliva e introduciéndome primero uno, hasta lograr que entraran dos dedos, pero no lo hice por mucho tiempo ya que prefería hacerlo con él.
Marché a su casa, encontrándome que era igual a como se había descrito. Nos sentamos en un sillón, nos tomamos un café que luego de dejar las tazas no aguantamos mas el deseo de fundirnos en un abrazo, besos, caricias, que nos llevaron a dirigirnos a su habitación caminando con los pantalones bajos a la rodilla, no existiendo casi parte corporal que no fuera acariciada, manoseada o besada.

Tenía una cama de dos plazas, vestida con un acolchado verde y sábanas blancas las cuales cubrieron nuestras caricias por corto plazo ya que muy lentamente fui llegando con la boca acompañada de las manos para chuparle la pija llenándola de saliva mientras me metía un dedo en mi ano llegando rápidamente a ponerme arriba suyo e intentar meterme su pene. Al entrar solo su cabeza, por mi lado sentí muchísimo dolor lo que tuve que subir y sacármela, él por su lado estaba tan excitado que no se pudo contener y eyaculó ni bien dejó de estar adentro mio, ésta vez los nervios nos habían traicionado, fuimos al baño, mi culo había sangrado un poco, nos lavamos y le propuse si no quería que nos viéramos al día siguiente mas o menos a la misma hora contestándome que si bien nuestros nervios nos jugaron una mala pasada, sentía que teníamos mucha piel.

Al día siguiente después de contenerme y no masturbarme llegó la hora, fui mas preparado aún, me había puesto gel lubricante, mientras me secaba de la ducha. Al entrar a su hogar, no llegaron a pasar ni dos minutos de saludarnos y sentarnos en el sillón del living que nuevamente nos estábamos fundiendo en un beso casi interminable. Ésta vez Benja, habia preparado un sommier al lado del sillón lugar que esa noche nos acostamos mucho mas relajados, me confesó que mientras armaba todo, no había resistido la tentación de masturbarse pensando en lo que iba a vivir, nos fuimos desvistiendo lentamente, entre caricias y lenguas, quedándonos bajo una sábana blanca, girando uno arriba de otro, rozándonos nuestros instrumentos que se encontraban en su punto máximo de erección.

Ambos sabíamos que no teníamos que ir rápido. Entre revolcadas, aparte de un 69 que fue tan excitante que casi nos hace acabar, volvimos a apoyar nuestras cabezas en la almohada. No pasaron dos minutos, que tomé la iniciativa de bajar a su verga, me la metí esta vez casi entera nuevamente en la boca para volverla a llenar de saliva tras algunas arcadas, con las dos manos iba acariciandosela, esparciendo el liquido para que no tuviera un solo centímetro sin lubricar, era un instrumento que mediría 18 x 4, con la cabeza un poco mas gruesa. La chupé como si de ello hubiese dependido la existencia humana, razón por la cual me la retiró de la boca porque no quería que terminaramos ahí. Me sentía preparado para montarlo. No estabamos nerviosos, encima nos comunicabamos todo el disfrute que estabamos viviendo.

Volví a su boca, él me acarició mi cola en toda su extension, luego me incorporé encima suyo, llevé mi mano hacia atras, dirigí su miembro a mi ano, el cual ésta vez, aceptó casi sin dolor el ingreso lentamente de su cabeza para despues al mismo ritmo pasar a tener todo el tronco adentro. Le había pedido que me dejara hacerlo solo y no se moviera, pedido que accedió por un rato. Cada centímetro que entraba y salía eran caricias dentro mio, por esto fuimos aumentando la intensidad, se notaba en él, el goce. Al pasar unos minutos de acostumbrarme, me tomó de la cintura para que en el momento de bajar darme una estocada cada vez mas intensa, sin cambiar nunca de posicion noté a mi amigo como una fiera, un león enjaulado. Mi culo ardía de felicidad, aceptaba esas embestidas buscando llegar mas profundo. Era tal, todo lo que nos pasaba que llegamos a un punto de sentir que eramos dos protagonistas de una pelicula porno.

No nos dimos cuenta que había transcurrido mas de media hora estando arriba suyo, de a ratos, pasaba mi mano por sus testículos y comprobaba que ese pedazo de carne entraba y salía de mi cuerpo dándome una mezcla de morbo y placer inigualable, a su vez preguntaba si le gustaba, comentándo que era una sensación intensa, caliente, algo que tampoco nunca habia vivido. Desde mi visión observaba eso, su cara lo transmitía. Me acerque a besarlo, se incorporó un poco y comenzó a chuparme los pezones suavemente, acción que pedí que parara porque estaba por estallar de placer, respondiéndome que no me preocupara porque él también, luego apoyó su cabeza nuevamente en la almohada, y en ese momento como su fuera una recta final en un carrera, con una mano tomó mi pene, con la otra pelllizcaba suavemente mis pechos provocando que aumenté mi cabalgata, de repente sentí como su pene crecía aun mas, eyaculando, llenando mi interior de semen y al mismo tiempo lo estaba haciendo yo coronando la primera vez que adoptaba un rol pasivo, acabando sobre su estomago y pecho.

No queria parar, seguí montando un rato, ya que todavía sentía su dureza, encima su leche estaba bajando lubricando aun más, siendo sincero, me encontraba disfrutando tanto que hubiese podido continuar varias horas. Cuando siento que se había relajado, abandoné la posición, acostándome a su lado quedándonos dormidos unas horas.

Al despertarme miré el reloj y tenía que ir a encontrarme con unos amigos, nos levantamos para asearnos, cambiarnos y despedirnos, no sin antes pasarnos nuestros teléfonos para concretar una proxima vez que ya relataré.

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