Sola en el sauna (parte 3)
Salí del sauna seco muy cansada y sin acabar. Fui a pedir un refresco y a sentarme sola un rato para descansar. Se me acercaron algunos hombres pero los rechacé porque en ese momento quería otra cosa.
Deseaba encontrar un chico jóven que me pudiera hacer acabar.
Miré poara todos lados pero no vi nada que fuera interesante, Así estuve unos instantes hasta que como por arte de magia aparecíó un macho muy apuesto, jóven, musculoso, todo depilado y se sentó a mi lado.
Conversamos un rato. me dijo que era boxeador, y me invitó a ir a un reservado para tener mayor intimidad.
Yo le dije que si, pero con la condición de que fuera él sólo. Me dijo que tenía un amigo que también le gustaría participar, me lo presentó y … era bastante jóven y pelado. Bueno le dije, iré con los dos.
Así fue que terminamos encamados, primero con el pelado ,que después de cogerme bastante me pidió que le chupara la verga, la tenía linda pero fina. Se la manocié , la tragué toda, la besé, la pajié suavemente y yo le decía que me llenara la boca de leche. Ahh! cuando se vino, pensé que no terminaba más y me deleité con más leche. El pelado se fue y me quedé a solas con el boxeador, el cual había quedado mirando tímidamente, cómo me cogía al amigo.
Le dije acercate, aquel cuerpo me atraía, pero más aún cuando le empecé a chupar la pija era de un tamaño inigualable, grande y gruesa, cabezona, como a mi me gustan.
Se la chupé con mucho placer mientras él me acariciaba, yo estaba muy caliente y sin poder acabar aún.
Me puse en cuatro y me cogió por el culo. Se sentía muy rica y contorneaba su cuerpo suavemente.
Le gustó tanto mi colita caliente que en un rato se acabó adentro. Quedó como extaciado encima mío.
Yo le dije: ahora tenés que hacerme acabar a mi. Me empezó a chupar la concha como nunca, con una lengua grande y deliciosa que me hizo ver las estrellas, me chuponeaba toda desde mi boca, bajando suavemente por mis tetas hasta llegar a mi clitoris. Eso fue estupendo. El boxeador sabía lo que hacía. Acabé con su lenguita y grité como una gata en celo. Qué placer!!!
Ya era tarde y me sentía satisfecha. Además la gente se emezaba a ir y no quedaban casi hombres en el lugar.
Así que lo llamé a mi marido para que me viniera a buscar y me vestí.
Cuando iba saliendo llegaba una parejita con un negro muy bonito y una chica muy jovencita unos 20 años.
Nos miramos con ella como para partirnos y me dijo si no me quedaba. Pero como ya había decidido irme me quedé con las ganas de encamarme con aquel negro divino y con ella, especialmente con ella porque también me gustan las mujeres por si no lo sabían…
Ya habría otra oportunidad de poder encontrarlos algún día en el mismo lugar.
Saludé a mi esposo que me esperaba ansioso y le di un beso con gusto a leche.
Eso era un indicio o adelanto de lo lindo que lo había pasado.
Nos fuimos derecho al hotel donde nos hospedábamos y les puedo asegurar que estuvimos el resto de la noche cogiendo. Llegamos los dos a tener varios orgasmos hasta que salió el sol.
Parecíamos dos locos que no podían parar de coger. Yo le contaba a él cada detalle de lo acontecido en el sauna esa noche y él se calentaba tanto que me decía: que rica puta tengo! Creo que ahora sé bien cual es la diferencia emtre coger y hacer el amor.
Con mi marido nos amamos y esa noche fui muy FELIZ.
Ahora vamos por más fantasías. Nuestras cabezas no paran.
Y para el que esté leyendo este relato les digo que el sexo está en la cabeza.
Besos para todos/as.