Mara, casi siempre calentita

Mara, casi siempre calentita
[b ][/b ][la imagen ][/la imagen ] Soy hombre, tengo 48 años, soltero, vivo solo. Desde antes de que me brotara leche en un orgasmo, ya conocía mucho de sexo: Omar, un familiar, me había hecho mi primera paja. Yo acababa de cumplir 9 años y Omar tenía 8 años mayor que yo y es muy corpulento. Digo es porque habitualmente seguimos viéndonos. Él se casó con a quién llamo Tía y que es una fea, gorda, maloliente incogible. Quiero que sepán que Omar, nunca dejó de ser mi macho, aunque tuvimos períodos de unos pocos meses, sin tener sexo entre nosotros.Nuestra historia nació en ocasión de estár bañándome en casa de mis abuelos, donde vívía Omar. Él, con toda naturalidad, entró a baño y luego se metió bajo la ducha conmigo.- Prestame el jabón, me ordenó y me lo quitó de las manos. Lo llevó directamete a su miembro que era ENORME, de verdad, y ya estaba bastante parado, pero a medida que se lo masajeó en el jabón, se puso enorme… – Sabés hacerte una paja, me increpó. – SI, le contesté, con sorpresa. – Mostrame, a ver?, me ordenó con vos desafiante. LLevé mi mano a mi pija y comencé a hacerme la paja, pero al instante, no había hecho dos movimiento, él, con fuerza, sacó mi mano de mi pija, revoleó mi brazo por el vigor con que la quitó y me agarró mi pija. Bailaba en su mano grandota, pero al mantenerla en su mano, sin cerrar los dedos, mostrándome mi propia pija como quién me mostraba algo nuevo mi pija comenzó a crecer… así, solita. Una vez que estuvo como un fierro caliente, me puso un dedo en la boca que me hizo hacer arcadas, luego lo llevó a mi culo y me lo frotó suavecito. Desde atrás me tomó de la cintura y me alzó,yo colcaba como una bolcita, hasta que mi culo llegó a la altura de su cabeza, me abrió las piernas y me escupió el culo, sin apoyarme en el piso, primero me tomó un tobillo, luego el otro, volvió a subirme con las piernas abiertas hasta su cara y abrió mis nalgas con su barbilla y me escupió con ganas, repetidamente. Casa vez que sentía el estallido de su saliva caliente en el botón de mi culo… se me fruncía. Mi pija era, para esto, un pedazo de carne durísima. Me bajó, me puso de pié como un soldado y me agarró la pija con una mano… yo creía explotar y me metió un dedo, que se deslizaba con excelente lubricación, de a poquito, entrandolo y sacándolo con velocidad. Mi pija estaba descontrolada, ya en manos de él, que no dejaba de hacerme la paja. – Si acabás así, ya sos puto, me dijo mientras a mí comenzaba a latir la cabeza de mi pija hasta que acabé. no me salió nada, pero puedo asegurar que fué mi primer orgasmo… lo más. me encantó y desde allí, en nuestra intimidad, comenzó a llamaarme Mara.

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