Carlos Alberto 3ra Parte

Carlos Alberto 3ra Parte
En realidad, el rollo duró un rato nomás. La madre de Esther, que no es boluda, lo olfateó en el aire. Me llamó un día, a las 5 semanas del primer polvo y 6 polvos más.
– Mirá querido, no te echo por dos motivos. No estoy segura y porqué seguramente fue mi hija la promotora. Pero, la cortan o te vas a la calle.
De nada valieron mis juramentos, mis mentiras. Lo hablamos con Esther.
– Vieja, hija de puta. Me dijo que o la corto o me corta la guita. Carlos Alberto creo que hoy nos echamos el último fierro. ¿De acuerdo?
Me llevó a esos hoteles de lujo, con todos los chiches, cogimos varias veces, le di todo lo que pidió por el culo. Nos besamos y nos dijimos. Se acabó.
La verdad, me chupaba un huevo, la semana que viene, vuelve Esteban y ya me estoy preparando, mi culo, está fuera de forma. Desde ese día, dormí con el tapón puesto, toda la noche, todas las noches.
Domingo a la mañana, suena el teléfono de casa. Atiende mi mamá.
– Nene, es para vos, un tal Esteban.
– Hola.
– ¡Hola, nene! Estoy en casa ¿Dormimos una siesta, tipo 3 de la tarde?
– ¡Sí! Iré sin falta.
A las 3 en punto, toco timbre (que boludo, tengo llave) Me atiende Esteban, entro, y comenzó a besarme.
– Contame, venías a coger acá.
– Solo una vez, no me gustó hacerlo con otra persona, acá es tu reino.
– ¡Qué formal! ¿Se pude saber a quién te cogías?
Le cuento. Y se caga de risa.
– Yo conozco al futuro marido, es un pelotudo, medio putito, así como nosotros, solo que al tipo le gustan más las vergas que las conchas.
– Yo amo tu verga…
Me llevó a la cama, me desvistió, sacó su verga, de los pantalones y me dejó que se la c*** junto con sus huevos, me desesperaba, sufrí mucho la abstinencia. Luego él se sacó la ropa, otra vez ese hermoso cuerpo, me empezó a besar desde la boca hasta el ombligo, mientras me masturbaba con las manos, me hizo girar y me comió el culo, metió su lengua y yo deliraba de placer.
– Te voy a dar duro, ese culito de nene puto.
Se calzó un condón y me penetró de una (gracias al tapón fue placentero) y me cogió muy duro, que placer. Mientras me cogía me daba unas buenas nalgadas, eso fue grandioso. Luego de un rato largo, saca la verga, el condón y lanza la leche en mi dilatado culo.
– Gracias Esteban, sos lo máximo.
Luego dormimos la siesta, al despertarnos me echa otro polvo, casi tan bueno como el primero. Luego toma mi verga con la mano y me masturba.
– Quiero que seas mi amigo, y que en la cama seas mi mujer.
– …
– O sea, que no me penetres.
– OK
– Quisiera que tengas alguna novia. No quiero que te tilden de puto.
– Pero, soy puto, me gusta que me cojas.
– Solo yo te cojo, si me engañás, te fleto.
Así estuvimos 7 años. Me hacía acostarme con tanga y corpiño, odio usar ropa de mujer, pero él lo exigía en la cama. Un día se descubre un quilombo financiero y en 24 horas, abandona el País, no he vuelto a saber de él.
En esos 7 años pasaron muchas cosas. Me recibí de Licenciado en Economía, trabajo en un banco importante de la plaza. Se murió la abuela, Esther se casó y en dos años se divorció. No quise volver a verla. La contadora, vendió todo y se fue a vivir a Israel. Yo sigo soltero, tengo novia y sigo siendo tan puto como antes. Pero sé que no voy a encontrar otro Esteban.

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